Capítulo 36

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Punto de vista Anastasia:

El teléfono suena y Christian lo levanta, la grava en su voz, ladrando a la persona que llama.

-Grey-. Gracias a Dios la llamada me quita sus ojos perforadores de encima y puedo sufrir el inmenso golpe relativamente en privado. ¿Cómo carajo entendí esto tan mal? ¿Otra vez? Mis pensamientos se arremolinan alrededor de las imágenes de los últimos días, tratando en vano de reconstruir algo, algo que pueda haberme advertido de este momento condenado. La magnitud del shock afortunadamente me mantiene adormecida, el hoyo negro de mi corazón parece haber absuelto todas las emociones. Por ahora, es una cascara vacía.

Tal vez pueda hacer frente a esta grave pérdida poco a poco. Si pienso, así debe ser, una especie de un bocado de piezas de dolor, muy manejable, muy inteligente, en realidad me felicito. Ese será el camino a seguir, procesar y seguir adelante, aunque, no estoy segura de cuánto tiempo tendré que hacer eso. Superar la perdida de Christian Grey no ha pasado en los últimos cinco años así que, de manera realista a lo que estoy viendo, me pregunto, ¿otro cinco más? ¿Diez tal vez? Tal vez, nunca. A través de la bruma de mi adormecimiento, vagamente escucho la voz de Christian subiendo unas octavas, no exactamente gritar, pero casi. Oh-oh él está molesto mi subconsciente me canta canciones. El fuerte sonido del teléfono al ser colgado, junto con los improperios de Christian, me sacuden de vuelta a mí misma.

- ¡Joder, mierda! - dos manos agitadas furiosamente pasan por su cabello, luego ambos puños se lanzan sobre los lados de su cintura.

- ¡Mierda! - escupe de nuevo, mirando al teléfono con ojos de asesino. Él me recuerda y hace zoom a mi mirada fija con ojos bien abiertos.

-Ana, escucha, ese era Taylor, Ross ha dejado que las cosas se le salgan de las manos en Seúl, los empleados de la planta están haciendo disturbios y hemos recibido varias amenazas en relación a la toma de posesión, me tengo que ir, ahora mismo, vamos a hablar de esto después, discúlpame, pero me tengo que ir. El jet está en espera en el SeaTac-. Mientras está hablando conmigo, está metiendo documentos en su maletín, luego lo cierra con un golpe y una mirada de determinación pura. Asiento con la cabeza y él erróneamente identifica mi expresión como miedo. Camina hacia mí y coloca su mano cálida en mi hombro, mi cabeza se gira para verla allí, como si él tuviera algún derecho sobre mí.

-Todo está solucionado, no te preocupes. Por favor dile a Chris que lo compensaré en lo de ir a navegar- él mueve su cabeza hacia mi línea de visión para tratar de atrapar mi mirada y automáticamente mis ojos se hunden en los suyos.

-Por favor trata de no meterte en problemas, ¡lo digo en serio Anastasia! Nos mantendremos en contacto- la nota severa me obliga a asentir otra vez y luego, él se ha ido, sus zancadas haciendo eco en mis oídos. Así que esta es la zona cero en el sentido emocional. Ni siquiera puedo reunir mi preocupación por él, por Taylor y Ross. Por pura fuerza de hábito mi cuerpo se da vuelta y mis pies caminan fuera del estudio, por el pasillo a mi habitación, donde me acuesto y apago la luz. Estoy a punto, lista para el impacto de dolor que no llega desde algún sistema interno inteligente que apaga mi cuerpo antes de freír mis nervios, rápidamente lanzándome a un abismo de oscuridad. Cuando la mañana y el desvelo llegan, abro un ojo y gimo en dolor, debo estar enferma, algún virus creo. Me duele todo el cuerpo y mis piernas bombean llenas de plomo. Exhalo un largo suspiro y obligo a mi mente a concentrarse en relajarse, tal vez puedo volverme a quedar dormida, estoy segura que Christian va a cuidar de Chris...el pensamiento, breve y feliz se hace añicos mientras la fuerza completa de la realidad me golpea en la cabeza y las entrañas y jadeo, rogando que sea toda la ración porque si esto es lo que un poco de dolor se siente; he llegado a mi fin. Me enrosco en una bola en posición fetal y me pregunto cómo voy a hacer para superar el día. Muero por rebobinar la noche y nunca haber ido por ese último vaso de agua. Oh dulce ignorancia que era una bendición, por primera vez realmente comprendo plenamente esa expresión. Me siento completamente sola, estoy aquí en una ciudad extraña, casi no conozco a nadie en un apartamento del cual no me puedo ir no tengo la energía para discutir con Christian acerca de volver a casa. No que él esté aquí, sin embargo, debo admitir que es un consuelo. No creo que pueda enfrentarlo hoy. Tengo una necesidad profunda de hablar con mi mama y tal vez con Ray también, solo por si acaso. Espero que Chris no esté tan decepcionado por no ir a navegar, no estoy segura que pueda manejar a un niño con mal humor hoy. Mis músculos protestan el movimiento fuera de la cama y me arrastro a la ducha, esperando lavar un poco de cordura en mi misma. Chris toma la noticia relativamente bien y soborno su cooperación de hoy con cantidades de horas en la TV que generalmente no permito. La mayor parte de la mañana simplemente me siento, y miro fijamente hacia el espacio, mi cabeza perforando solo una pregunta ¿Por qué?

Cincuenta sombras de Grey y mas (una desicion puede cambiar tu futuro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora