Capitulo 15

820 62 1
                                    

Maratón 4/?

Punto de vista Anastasia:

"¡Allí esta, lo dije!" Me felicito con una palmadita en la espalda por mi valentía, por exponerme ahí una vez más. Trato de medir la emoción en su rostro, pero algunas veces él es muy difícil de descifrar.

Oigo su inhalación violenta, nubes de tormenta inundando sus ojos.

-Anastasia, yo no quiero jugar juegos y no te quiero engañar. Y no sé si nosotros podemos confiar el uno en el otro de nuevo- sus palabras son concisas y seguras mientras que su mirada me está pidiendo entender. Frunce el ceño y sus rasgos se distorsionan con el peso de sus palabras.

La sangre y la respiración dejan mi cuerpo al mismo tiempo, simplemente evaporándose. Como mecanismo de defensa diseñado para la insoportable ruptura de mi corazón, mi psique se hace cargo y nos aleja, afortunadamente haciéndome observadora imparcial en esta tragedia de decisiones.

"¡Pero él dijo que también estaba herido!"

Supongo que la conmoción y el dolor son claros en mi rostro blanco como las hojas, cuando él trata de explicar.

-Dolió mucho Anastasia, si mi corazón era oscuro antes...- se caya, todo rastro del Cincuenta juguetón se desvanece como un truco de magia, sus ojos mirando con un brillo terrible. Su apretón en mis manos es contundente.

-No creo que pueda...- continua, -sí te dejo entrar... ¿Cómo podría funcionar?- Se ve totalmente abatido, sus ojos ardiendo y su pregunta hace un agujero más profundo en mi conciencia.

-Además- toma una bocanada de aire y lo veo encontrar su centro de nuevo, su mirada se centra una vez más mientras desenvuelve su vulnerabilidad.

-No somos solo nosotros ahora.-

"¿Cómo hace eso, encontrar equilibrio a pesar de su confusión emocional?" Es tan claro como el día que él quiere estar conmigo, pero su inmenso autocontrol y terror indeciso lo están deteniendo a la fuerza. Esa es para mí una pared muy alta de derrumbar.

-No- tartamudeo, -si... por supuesto, tienes razón- susurro avergonzada, tragando fuerte contra la masa seca que expande mi garganta. Presiono mis dientes en mi labio inferior para contener las lágrimas al acecho. No lo puedo mirar y no puedo quitar mis manos de su agarre.

"¿Qué diablos estaba pensando, qué diablos esperaba?"

-No quiero hacerte daño-, reconoce mi angustia, sus ojos apenados y adiestrados atentamente sobre mí, -sí yo invierto en esto, en ti y en el niño y tu huyes... Ana...- su voz es suave y tensa, capto el dolor detrás de su razonamiento -eso me va a matar-

Él busca mi boca y libera el labio de mis dientes. Mi control decadente colapsa bajo su entrañable preocupación y sé que me debo ir en este instante si quiero evitar tener un colapso nervioso frente a él. Paso la parte posterior de mis manos sobre mis ojos llorosos y fuerzo mis piernas temblorosas a empujar la silla hacia atrás con mi peso.

-Me tengo que ir-. No puedo soportar mirarlo; mi voz es un murmullo ronco y el mundo una mancha acuosa e inestable.

-Anastasia no me puedes dejar así- él se levanta e intenta agarrar mi brazo, pero ya estoy fuera de su alcance.

Mi respuesta de lucha esta inyectándome adrenalina, obligándome a actuar, cuando me doy cuenta que no voy a lograr llegar afuera si no me apresuro. Estoy consciente que me está siguiendo, así que extiendo mis pasos, apurándome por el lobby y en un momento de inspiración, entro al baño de damas. Un pequeño momento de alivio se apodera de mi cuando lo encuentro vació.

Es pequeño, pero con un asiento lujoso acolchado en donde me hundo agradecida mientras me dejo llevar. Grandes sollozo corren por todo mi cuerpo y pongo mis manos sobre mi rostro. Es claro para mí ahora, que a pesar de que no estábamos juntos, siempre había esperanza. Esperanza de que tal vez algún día podríamos estar juntos. Un secreto, codiciado, y una fantasía enterrada profundamente que he alimentado por los últimos cinco años, ahora aplastada al polvo por el golpe de la realidad.

El tiempo y el espacio se convierten en abstractos. Estoy profundamente retraída de mis pensamientos, alimentando mi dolor, ciento que el mundo se ha detenido a mí alrededor. Somos solo yo y estos implacables golpes en mi corazón, que traen consigo un cansancio profundo, mi voluntad esta moreteada y rota. Cuando la conciencia se hunde lentamente de nuevo en mi mente, es suficiente para asumir la responsabilidad de un comportamiento arraigado. En algún lugar, en lo profundo de mi mente, me pregunto ¿Por qué Christian no me siguió dentro del baño?; no es misericordia pequeña, que nadie se ha entrometido en mi miseria.

Me muevo en la corta distancia al lavabo de mármol. Cuando me veo en el espejo, puedo ver el peso del dolor desnudo. Mis ojos vacios están enrojecidos y manchados con grumos de rímel. Mis mejillas tienen manchas feas, por donde corrían mis lágrimas.

Tanto para lucir lo mejor de mí, pienso con tristeza. Me lavo la cara con agua fría y me seco. Que error tan épico en mi opinión. ¡Otra vez! Suelto un largo y tembloroso suspiro, y arreglo en lo más hondo de mi mente, el coraje para enfrentar el mundo exterior.

Al menos, hay un mañana, me aferro desesperadamente a la promesa de mi reunión con Julie Logan un pequeño rayo de esperanza consoladora.

Cuando abro la puerta, tengo que esquivar un cono naranja de tráfico puesto en el medio del corto pasillo que conduce al baño de damas. "Qué raro". Miro hacia atrás, sobre mi hombro y veo un letrero pegado en la puerta. Es un letrero improvisado en papel blanco con letras negras que dice (fuera de servicio). Cada movimiento y pensamiento llegan a un abrupto fin, mi piel pica con la comprensión. Cuando me quedo sin aliento, mi mano vuela a mi boca; cortando en corto: ¡Christian!

¿Cómo es que él en la más jodida de las situaciones, se las arregla para poner una alfombra debajo de mí, haciendo estos gestos totalmente románticos? En momentos como este, él está tan en sintonía con lo que necesito, e imagino que nuestros cuerpos deber estar metafísicamente conectados. Me deja sin aliento.

Esta cosa tan simple, crearme un espacio privado para llorar es profundamente conmovedora. Tan amable y atento, típico de Christian, ordenando a mi corazón que se llene de amor por él. También está marcado por el contraste de su rechazo a intentarlo de nuevo, me doy cuenta que tan asustado está él.

Nuestra conexión esta aun ahí, innegable y tan fuerte como siempre, son sus palpables sentimientos hacia mí, pero esta resguardado detrás de una pared, aferrado como un escudo en contra de todas las emociones que invaden. Una fuerza de hierro fortifica su miedo y se para solida y firmemente en el camino de nuestro (felices para siempre).

Él nunca va a dar su brazo a torcer. Si lo quiero de vuelta, va a tener que venir de mí. Tendré que cincelar cada uno de los ladrillos para llegar hasta él. Sé que tan culpable soy de la construcción de este muro, así que es lógico que debiera ser yo quien lo derribe. El tiempo para revolcarme en la autocompasión ha terminado, si no lo puedo alcanzar, nunca tendré la oportunidad de compensar lo que hice, y es vital que lo haga, por él, por Chris y por mí.

Resolver, tanto como el concreto endurece y agudiza mi mente y por primera vez, soy capaz de poner sus necesidades por encima de las mías. A pesar del dolor y del daño, haré todo en mi poder para hacernos una familia de nuevo.

"¡Sí!" Misubconsciente y diosa interna chocan sus manos la una con la otra.

Cincuenta sombras de Grey y mas (una desicion puede cambiar tu futuro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora