Capitulo 13

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Maratón 2/?

Punto de vista Anastasia:

Después del desayuno, hago una llamada a la recepción, con la esperanza de conseguir un corte de cabello de emergencia. Estoy impresionada de mi suerte; tal vez esto va a marcar un punto de inflexión para mí. Voy a mi cita a las 8:30, con un renovado sentido de optimismo.

Mi cabello es brillante y sedoso; veo las ondas caer a mí alrededor, me miro de un lado y del otro en el espejo de la peluquera.

-Buen trabajo- Sonrió con aprecio a su reflejo. Cuando me dispongo a pagar la deuda, sufro un golpe de culpa. No debería estar gastando el dinero que no tengo.

Una carrera rápida me lleva de vuelta a nuestra habitación donde me cambio. Elijo un vestido blanco y negro con chal, con detalles sexis en color rosa y de manga japonesa. Es una mezcla de algodón/licra combinados, así que se ajusta en los lugares correctos. Es femenino, coqueto y justo por encima de la rodilla. Estoy agradecida que es de una marca de diseñador, a pesar de haberlo comprado en una venta de muestras.

Lo combino con unas sandalias de tacón, negras, delicadas con tiras y dejo mi cabello suelto en una melena salvaje alrededor de mi rostro. Brillo labial y algo de rímel completan mi look natural. Por lo menos me veo descansada y aun estoy ruborizada por la gloria de mi dulce despertar en la mañana.

"¡Mmm, debería hacerlo de nuevo, o mejor aún, hacer que Christian me lo haga...!"

"Estás adelantándote mucho a los hechos", mi subconsciente me pone en mi lugar. Ella tiene razón por supuesto. Yo debería estudiar mis expectativas cuidadosamente.

Tomo prestado el perfume de mi mamá y lo rocío alrededor de mi. Es ligero y florar con un toque de aroma sexy. Sé muy bien que tan evocador un olor puede ser, el de Christian, debe ser una de las cosas más atractivas de él.

Sé que me veo bien por la reacción de mi mamá. Ella no me ha visto bien vestida en años. Ella me da un silbido de lobo y Chris aplaude con alegría.

-Mami, te ves bonita, como una princesa- él me abraza por mis piernas. Mi corazón se derrite; un gran elogio, "¿qué más puede pedir una mami?", alboroto su cabello y me agacho para darle un fuerte abrazo.

-Te ves hermosa mi vida, trata de no llorar, los hombres siempre se ponen nerviosos alrededor de una mujer llorando- Es la sabiduría de despedida para mi, mientras me dirijo a mi cita con el destino.

Es domingo, por lo que el tráfico es misericordiosamente ligero. Mentalmente paso por las cosas que quiero proyectar hoy. Quiero mostrar confianza, pero aun quiero mostrarle a Christian que estoy profundamente arrepentida. Quiero demostrarle que he cambiado, que soy más madura y capaz de manejar las cosas que él y la vida me presentan.

Quiero dirigir su auto desprecio claramente y tratar de convencerlo de que, el feliz, despreocupado Christian que conozco está escondido en alguna parte. Aun no estoy segura de cómo manejar las preguntas sobre Chris, especialmente si él quiere conocerlo. Creo que tal vez tendré que calibrar su estado de ánimo en el momento y hacer un esfuerzo para ser tan complaciente como sea posible. Él es el padre de Chris después de todo. Espero fervientemente que haya superado lo peor del shock.

Más que todo, no quiero pelear con él. Voy a hacer un esfuerzo monumental para permanecer calmada y tratar de no llorar. A pesar de que he ocupado tiempo en mi apariencia para seducirlo, no quiero que nos apresuremos a ir a la cama, solo para lamentarlo más tarde.

Si todo marcha según lo planeado, tenemos que trabajar mucho, darnos tiempo de sanar, tal vez incluso empezar a salir como gente normal. Tal vez si no hubiésemos ido de cero a cien kilómetros por hora en dos segundos, como la última vez, no estaríamos en esta situación. Me siento reservadamente optimista, pero las mariposas en mi estomago están frenéticas.

El taxi es otro gasto no deseado, pero ¿qué puedo hacer? No había manera de que aceptará la oferta de Christian de mandar a Taylor a recogerme, su mirada de desaprobación es más de lo que puedo manejar en este momento.

Una vez que estoy en la acera en frente del Conrad, me aliso el vestido sobre mis muslos y tomo aire profundamente. El mantra que repito en mi cabeza es "la calma entra, los nervios fuera". Entro al hotel y sigo los letreros al Bar en el piso 25. Cuando paso a través de la puerta de arco, la atracción familiar estalla en chispas mientras nuestras miradas se encuentran.

Mi corazón se detiene y continua, clavándome en el piso. Sus ojos grises, traicionan su sorpresa, posiblemente porque luzco muy diferente de ayer. Él en su impresionante estado habitual, con camisa de lino blanca y unos jeans perfectamente ajustados. Me siento ligeramente con más confianza y me sorprende la gracia con la que me muevo para encontrarlo.

Mi diosa interna está vestida sexy con ropa roja, recostada sobre un piano negro, cantando una melodía sexy, casi sin respiración. Sus ojos de habitación revoloteando seductoramente a él.

Él toma la iniciativa en nuestro saludo para nada torpe como el de anoche. Pone una mano sobre mi codo y se inclina para besarme suavemente en los labios. Mi palma sube al encuentro con su pecho y lo siento ponerse rígido en respuesta, así que mantengo mi toque ligero. Nuestra reunión cautelosa da paso al asombro, cuando rápidamente una sesión de flashes me ciega momentáneamente. Cuando recupero mi visión veo por detrás a un hombre traje de mala calidad, batiendo su retirada rápida.

-¡Maldito paparazzi!- Christian grita con asco -Se podría pensar que en un sitio como este, estarías libre de esta basura de curiosos- sus ojos están nublados con irritación. Le toma un largo tiempo antes de que vuelva a mí.

Cuando lo hace su enfoque es intenso, fijándose en cada detalle.

-Te ves hermosa Anastasia- su voz es una caricia para mi nombre, una ligera ondulación marca su frente mientras voltea su cabeza de lado, como si estuviera tratando de visualizarme y leerme.

El rubor en mis mejillas no se compara con mi sonrisa tonta en agradecimiento. Mi subconsciente se ve violento, mirándome por encima de sus gafas. "Colegiala".

-Por favor, siéntate- Como siempre tan caballero que es, retira una silla de mimbre y me siento en el borde, mis tobillos entrecruzados y mi espalda derecha. Le sonrío y noto una curva de buen humor en su hermosa boca.

Nuestra mesa es pequeña, rodeada de cuatro sillas. Espero que él se siente en frente de mí, pero en su lugar se sienta en la silla contigua a la mía y yo elijo tomarlo como una señal. Una muy buena señal. Él descansa sus codos en la mesa y entrelaza sus manos enfrente de su boca, ligeramente pasando un dedo sobre sus labios.

-Te ves relajada, incluso con un brillo especial-, él entorna sus ojos hacia a mí e inclina su cabeza de nuevo, asegurándose del color ruborizado de mis mejillas.

-Si no te conociera mejor, diría que tuviste sexo- tiene una sonrisa como de esfinge, indecentemente coqueta y extremadamente inquietante.

"¿Qué c...? Espera un momento, esta conversación es indignante. Él debería ser reservado, formal, incluso tal vez estar molesto, pero en cambio me estoy enfrentando al Sr. Juguetón. Y otra cosa, ¿Cómo diablos lo sabe?"

Inmediatamente mi sonrisa se cae junto con mis ojos que encuentran el suelo. No sé qué decir,

-Yo... ummm- tartamudeo mientras me retuerzo en mi asiento, el rubor rosa de mis mejillas, se ha convertido en un rojo alarmante.

-Anastasia, ¿tienes algo que decirme?- Inmediatamente el Sr. Juguetón se transforma en Sr. Molesto. Su voz es suave y amenazante, sus ojos duros como la piedra. Aprieta su mandíbula, tratando de aferrarse a su desgastado temperamento.

Estoy jugando desesperadamente con la servilleta sobre mi regazo. Y se me ocurre que él debe pensar que he tenido relaciones sexuales con alguien.

-¡No es lo que piensas!- le digo, ansiosa por corregirlo pero muerta de vergüenza. No soy lo suficientemente valiente para enfrentar su ira.

-Entonces me podrías informar. Tal vez no puedas recordar que yo estuve casado contigo. Uno no olvida el rubor en el rostro de su primer y único amor, después de obtener placer- Extrañamente lo que dice me parece algo romántico, pero sé por su tono que apenas puede contenerse, su sola mirada podría derretir los icebergs polares.

"¡Maldita sea! Así no es como quería que se desarrollara esta conversación".

Cincuenta sombras de Grey y mas (una desicion puede cambiar tu futuro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora