*Rancho Las Dianas*
*Tiempo actual*Con los años Victoriano Santos había aprendido a vivir con los recuerdos del pasado y había intentado borrar el dolor de aquellos tiempos; sin éxito. Porque por más que quisiera aparentar que ya nada le dolía, muy en el fondo de su corazón todavía tenia heridas que aun no sanaban y que de vez en cuando sangraban, sobretodo en noches nubladas y lluviosas como ésta, donde los recuerdos se agolpaban en su mente como una nube gris, y el dolor, el rencor y el coraje se apoderaban de el azotándolo con látigos de amargura…
*Despacho de Victoriano*
Se encontraba en su despacho, pensando, ya llevaba rato recordando lo bueno y lo malo que había vivido junto a ella… Inés… su gran amor pero también su peor tormento. La había amado, sí, y muy profundamente, había estado dispuesto a todo por ella, a huir juntos a llevársela lejos para ser felices y empezar una nueva vida pero nada de eso fue posible porque ella jugó con él, se burló, lo engañó, destrozó su corazón en mil pedazos, al menos eso era lo que el creía y así como ella se fue, volvió pero esta vez para estar tan lejos y tan cerca al mismo tiempo.
Recordaba lo vivido a su lado, cuanto la había amado… y recordaba sobre todo aquella noche cuando la tuvo entre sus brazos y la amó en alma.. y en cuerpo. Aquel establo había sido testigo silencioso del encuentro apasionado de dos jóvenes que se amaban con locura, que lástima que todo empezó y terminó tan rápido, muy poco les duró la felicidad de aquella velada…
*Flashback*
La lluvia caía a cantaros esa noche, una brisa fría azotaba los matorrales de los alrededores del pequeño rancho, y ahí en un sencillo establo donde habían algunos caballos se refugiaban del agua un par de jóvenes que a pesar de las circunstancias de su vida se amaban mas que nada en el mundo.
—Mira como nos mojamos Inés
Inés. —él la miraba mientras ella reía sin parar mientras se intentaba secar un poco del agua de la lluvia.—Fue tu idea salir a dar un paseo a estas horas y con la tormenta que se avecina.
—Si ya sé que fue mala idea pero mojarse vale la pena si es para estar juntos un rato, además fue romántico correr de la mano bajo la lluvia. —se reía.
—Eso dices pero deja que agarremos una pulmonía que ya no te parecerá tan romántico. —estaba temblando del frio.
—¿Tienes frio?
—Si. —respondío ella, él se acercó a abrazarla, ella hundió su cabeza en su pecho y en ese momento supo que ahí estaría segura toda su vida. —¿Que haremos Victoriano? Esta lloviendo muy fuerte.
—Nos quedaremos un rato aquí, hasta que baje la intensidad de la lluvia, fuera de broma, no quiero que te vayas a enfermar.
Inés miró a su alrededor y vio unas mantas que usaban probablemente para tapar algunos productos que usaban en los caballos.
—Mira ahí hay unas mantas, pásame una, de verdad estoy muriendo de frio
Victorianose despegó de ella, agarró una manta grande, la ayudó a sentarse en la paja, él hizo lo mismo y se cubrieron ambos temblando del frio.
—Ya mismo se nos pasa el frio, tranquila, estoy aquí para protegerte, hasta del clima si es necesario.
Inés lo miró a los ojos, amaba a ese hombre, y por su mirada sabía que el también la amaba a ella.
—Gracias Victoriano… aunque la ropa mojada no creo que ayude mucho a que se nos quite el frio. —ambos rieron.
Victoriano la miró profundamente a los ojos.
ESTÁS LEYENDO
TAN LEJOS Y TAN CERCA... SIEMPRE
Fiksi PenggemarVictoriano Santos e Inés Huerta se aman a pesar del tiempo que han vivido sin poder estar juntos. Se separaron hace años por culpa de la maldad de Loreto Guzmán, pero aun así se siguen amando como el primer día. Hoy les toca luchar por ese amor en c...