Victoriano al escuchar la voz de su esposa se separó bruscamente de Mariana como regresando a la realidad de golpe, esa mujer lo había besado, en fracción de segundo y todo fue tan rápido que no le dio tiempo a reaccionar cuando ya ella tenía sus labios sobre los suyos al tiempo que abría la puerta y dando paso para que Inés viera la escena que obviamente se prestaba para malas interpretaciones.
—Inés… mi amor, esto… esto no es lo que parece… yo… —estaba tan nervioso y asustado por lo que su esposa pudiera estar pensando que no encontraba las palabras exactas para decir.
Inés los miraba a ambos, esa maldita mujer seguía tocándole el brazo a su esposo y la miraba con cierta expresión de burla y una ceja levantada. Victoriano la miraba como angustiado… claro lo había cachado en la movida.
O eso era lo que ella creía.
—¿Ah no es lo que parece? ¿Y qué es?
—Inés… ella me besó, yo… no me dio tiempo a reaccionar.
Mariana se alejó de él, se limpió el labio y luego volteó y miró a Inés con una sonrisa burlona.
—Nadie obliga a nadie a besarse… menos una mujer a un hombre. Yo no vi mucha resistencia de su parte… querida. —le dijo Mariana a su contrincante quien parecía querer sacarle los ojos.
Inés entró a la oficina y la miró de arriba abajo y entonces habló.
—Vaya que desde ayer me di cuenta de lo resbalosa que eras pero hoy lo compruebo. ¿Qué no tienes respeto por ti misma? Victoriano es un hombre casado. —la fulminaba con la mirada.
—Y ya ves… eso no le impidió que me besara.
—¡Que yo no te besé! —gritó él. —Mira Mariana, yo no sé que es lo que tú pretendes pero no te va a resultar, yo amo a mi esposa y no me interesas en lo absoluto. Vete ahora mismo antes que te mande a sacar… —la guiaba hasta la puerta.
—Victoriano, como puedes estar casado con una mujer tan… simple como ésta, tan mayor en comparación a tú ex esposa, mereces algo mejor.
Inés respiró hondo aguantándose las ganas de cachetearla, pero cuando Mariana la miró altanera y como burlándose, no se pudo aguantar mas las ganas y levantó la mano para golpearla.
—Eres una zorra… —le gritaba al tiempo que le estampaba la mano pesada en su mejilla.
—¿Qué te pasa estúpida? —Mariana estaba en shock, según ella una mujer como Inés, con esa carita de mosca muerta que tenía sería incapaz de algo así, sin embargo, allí estaba ella, con la mejilla roja y latiéndole por culpa de la mosca muerta como la llamaba internamente.
—¿Qué creíste, que yo era de las mujeres dejadas que se dejan poner el cuerno? Pues no, yo defiendo lo mío.
—Deberías cachetear a tu marido, él dejó que lo besara.
Victoriano suspiró molesto y negó con la cabeza. También estaba sorprendido por la furia de su mujer, no sabía que tan fiera podía llegar a ser cuando se ponía celosa.
—Lárgate de aquí… sea como sea se nota que eres una ofrecida, una resbalosa de lo peor.
—Vete Mariana, y no vuelvas a molestar. —le exigía Victoriano. —Ah y de una vez te digo que las negociaciones con tus clientes las prefiero tratar con otro abogado.
La mujer abrió la boca en sorpresa y fingiendo estar indignada.
—Pero Victoriano, no puedes poner las cosas personales por encima de las de trabajo, yo soy la abogada del contrato.
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TAN LEJOS Y TAN CERCA... SIEMPRE
FanfictionVictoriano Santos e Inés Huerta se aman a pesar del tiempo que han vivido sin poder estar juntos. Se separaron hace años por culpa de la maldad de Loreto Guzmán, pero aun así se siguen amando como el primer día. Hoy les toca luchar por ese amor en c...