Inés miró a su hijo y a las jóvenes quienes sorprendidos presenciaban la escena, volteó a ver a Victoriano quien aparentemente se había quedado en shock y luego regresó su mirada a la mujer que acababa de pegarle.
Furiosa y sintiéndose humillada le devolvió la cachetada aun con mayor fuerza. Deborah se tambaleo casi cayendo.
—No vuelva a tocarme. —espetó Inés enfurecida. —¿Qué es lo qué le pasa? Si está tan celosa porque Don Victoriano y yo pasamos la noche fuera mejor reclámele a él quien fue el que me buscó.
—Claro, y tu te aprovechaste de eso para metértele por los ojos.
—No hicimos nada mas que refugiarnos de la lluvia ¿o que pretendía señora que nos regresáramos bajo una tormenta?
—Que conveniente para ti Inés. Eres una cualquiera, una mujerzuela, no vales nada.
Inés no pudo resistir y la cacheteó de nuevo.
—No me hable así. Y agradezca que está embarazada porque sino le juro que la arrastraría por toda la hacienda. Usted nunca ha sido santo de mi devoción pero por Victoriano la tolero, no haga que pierda la paciencia.
Deborah con la mano en la mejilla y furiosa comenzó a fingir que lloraba. Se acercó a Victoriano.
—¿Vas a permitir que esta criada me hable así y que me golpee? Vidita yo estoy embarazada, no puedes permitir que ella me trate así.
—Perdóname Deborah pero tú le pegaste primero y la ofendiste, te lo merecías. —dijo molesto y negándose a que Deborah quien lloraba lagrimas de cocodrilo lo abrazara.
Ella abrió la boca indignada.
—¿Te pones de parte de esta mujer después de que pasaron la noche juntos haciendo quien sabe qué? Que descaro.
—Como dijo Inés solo nos refugiamos de la lluvia, no paso nada y de todas formas tú no tienes porque tratarla así.
—Pero esta criada… —él la interrumpió.
—Ella no es una criada y te voy a pedir que no vuelvas a ofenderla Deborah y jamás se te ocurra volver a ponerle una mano encima si no quieres conocerme verdaderamente furioso. —le gritó.
Deborah sintió que se le hervía la sangre producto del coraje. Miró a Inés y se acercó. Le susurró algo para que sólo ella escuchara.
—No te voy a dejar el camino libre con Victoriano, querías guerra, guerra tendrás maldita. —se retiró de ahí hecha una furia.
Inés miró a Victoriano, era la primera vez que él la defendía así de Deborah y le ponía un alto delante de todos. Sintió que lo amaba un poco mas.
Los jóvenes que hasta ahora no habían pronunciado palabra se acercaron a ellos.
—¿Qué le pasa a esa mujer papá, cómo se atreve a pegarle así a mi nana? —preguntaba Diana.
—Porque está loca Didi. —respondía Connie por su padre.
—Mis amores yo no quería que ustedes presenciaran algo como esto pero esa mujer me sacó de mis casillas con sus ofensas por eso le pegué yo también. —se excusaba Inés.
Emiliano la miró a ella y a Victoriano simultáneamente sin decir nada como si estuviera analizando algo.
—Deborah malinterpretó todo hijas y por eso se puso así, aunque eso no justifica nada de lo que hizo, no tenía porque pegarle a Inés.
—¿Qué fue lo que pasó amá, porque te fuiste a la casita del huerto ayer?
—Necesitaba estar sola un rato, mi plan no era quedarme allí pero la lluvia me impidió volver. Luego Don Victoriano llegó porque estaba preocupado de que me hubiera pasado algo, ya sabes que esos terrenos se ponen muy peligrosos cuando llueve. Y bueno nos agarró la tormenta fuerte y por eso no pudimos regresar antes. —le dedicó una mirada discreta a Victoriano, él entendió que ella tenía razón, no era conveniente decirle nada a sus hijos sobre su relación por el momento. Sobretodo a Emiliano quien de por sí estaba molesto con su madre.
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TAN LEJOS Y TAN CERCA... SIEMPRE
FanfictionVictoriano Santos e Inés Huerta se aman a pesar del tiempo que han vivido sin poder estar juntos. Se separaron hace años por culpa de la maldad de Loreto Guzmán, pero aun así se siguen amando como el primer día. Hoy les toca luchar por ese amor en c...