En la hacienda Las Dianas Victoriano quien había regresado de la procesadora temprano ese día se encontraba en su despacho revisando unos documentos importantes y realizando algunas llamadas. Aprovechaba que Inés aun no regresaba pues había salido con Connie al centro comercial. Últimamente se la pasaban de compras por insistencia de la joven pues quería decorar la habitación de los bebes e ir comprando cosas para la boda, aunque entre los dos habían decidido casarse luego de que nacieran sus hijos. Inés había dicho que se iba a sentir mas cómoda así por cuestión del vestido y demás y él había estado de acuerdo, quería complacerla en todo y que ella se sintiera satisfecha y contenta. Esa era su misión en la vida, hacer feliz a esa mujer, a su mujer, su morenita.
Y mientras la esperaba, revisaba unos informes, encendió su IPad para ver unos balances pero antes decidió echar un vistazo a las noticias como siempre acostumbraba a hacerlo, le gustaba mantenerse informado de lo que ocurría en el país.
Pasaba entre diferentes notas, pero fue una en la sección de noticias recientes la que llamó su atención.
«Varios confinados se escapan de la Penitenciaría Varonil de la Cd. México.»
Victoriano se acomodó mejor los lentes muy interesado en aquello y leyó la noticia.
«En la mañana de hoy se produjo un incendio en las instalaciones de la cárcel de varones, varios guardias de seguridad resultaron heridos y cinco reclusos lograron escapar de la prisión en medio del caos. Aun se desconoce la causa del incendio, pero se piensa que pudo haber sido provocado por los propios reos. Entre los confinados que escaparon se encuentran…»
Él leía la nota prestándole atención a cada palabra, cuando llegó a los nombres de los cinco reclusos que habían escapado leyó los primeros dos tranquilo, pero fue cuando llegó al tercero que su rostro palideció… Loreto Guzmán. Soltó el IPad y se pasó las manos por la cabeza.
—Ese desgraciado se escapó… maldito. Estoy seguro que algo se trae entre manos, ahora que está libre no se va a quedar tan tranquilo… infeliz.
Su preocupación y sus pensamientos fueron interrumpidos por la llegada de Inés y de Constanza. Apagó rápidamente la Tablet antes de que éstas se acercaran.
—Ya llegamos daddy. —venia cargada de bolsas.
—Hola mi amor. —dijo Inés acercándose para besarlo en los labios. —Me avisó Jacinta que ya estabas aquí, yo te hacía en la procesadora.
Él hizo su mayor esfuerzo por cambiar su rostro serio por uno mas relajado, no quería angustiar a Inés con esa noticia que recién había leído. Tenía que averiguar antes como estaban las cosas, quizás ya habían logrado atraparlos y Loreto estaba de vuelta en la cárcel. No iba a mortificarla tan pronto con ese tema, eso sería destruir la paz que habían tenido en el ultimo par de meses.
—Decidí venir temprano, quería ver a mi mujer, pero resulta que mi mujercita se había ido a andar por ahí sin mi. —la sentaba en sus piernas y le acariciaba la panza.
—Lo siento papá, me la robé un rato, te hacíamos trabajando, no sabes todo lo que compramos para la habitación de los bebés. Y también ropita. Mira esto. —sacaba de una de las bolsas unos mamelucos de bebés, uno azulito y otro rosado.
—Que hermosos. —Victoriano los tomaba con sus grandes manos y parecían diminutos entre ellas. —¿Y esto les quedará?
—Claro que sí mi amor, ¿no recuerdas cuando tus hijas eran bebitas? Así de pequeña era su ropita.
—Estoy ansioso de que nazcan, ya quiero cargarlos. —y mientras le acariciaba el vientre la besaba.
—Bueno yo mejor voy a subir a dejar estas cosas en el cuarto de los bebés, ya ustedes se pusieron de cariñosos y no me quiero traumar. —agarraba las bolsas con una sonrisa y los dejaba solos.
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TAN LEJOS Y TAN CERCA... SIEMPRE
FanfictionVictoriano Santos e Inés Huerta se aman a pesar del tiempo que han vivido sin poder estar juntos. Se separaron hace años por culpa de la maldad de Loreto Guzmán, pero aun así se siguen amando como el primer día. Hoy les toca luchar por ese amor en c...