capitulo 9 " mejor imposible"

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Una risita ahogada hace que me gire y detrás mío había un hombre de unos treinta largos que la verdad no le pintaba nada la onda de roquero.

¡Por Dios, estaba para no dejarlo ir!

Aunque con solo mirarlo me di cuenta que me recordaba mucho a Marcos, seguramente estaría así de bueno a esa edad, tienen el mismo color de pelo, oscuro casi negro y esos ojos claros, robaban el aliento a cualquiera con esa mirada casi gatuna que te dan al observarte.

Fingí que no me sorprendía su hermosura, lo miré de arriba a abajo para asegurarme que era de verdad, cuándo llegué a sus ojos solo le giñé uno de los míos y me giré.

¿Por qué tuve que hacer esa boludes?

Me ponía inquieta sentir que estaba a mi espalda, me sentía observada, así que saqué del bolso mi celular y le mandé un WhatsApp a Kiki

《Esta noche no está siendo lo que pensamos, está con una chica. Igual me voy a quedar para averiguar de qué van juntos. 》

《ufaaa, pensé que tendríamos material. No te preocupes voy a averiguar otros sitios de posible encuentro 》

《Sí, hazlo porque hoy no va a poder ser 》

《Diviértete, Reina... olvídate de Pedro, podemos empezar otro día :) 》

《Los plazos...》

《Faltan meses =) 》

《ok, besos =). 》

La fila avanzó y entramos al lugar, me acomodé en la mesa que me correspondía, pude ver como Pedro y esa chica estaban acomodados una mesa delante mío, Victoria pensó en todo.

Tenía una vista genial, me relajé y llamé al camarero. Pero sin llegar a hacer contacto visual con uno de ellos, un camarero se acerca a la mesa y me trae un gin tonic.

-Buenas noches señorita, el caballero de la mesa 12 le manda esto a usted.

Deja la bebida acomodada frente a mí.

-Gracias pero devuélvaselo, no me gusta el gin tonic y tráigame una corona bien fría, por favor.

-Esta pagó el trago y además todo lo que consuma, el caballero pidió que se lo pongan en su cuenta

¿Perdón, quién se creía que era?

Me giré para ver la mesa, estaba en un reservado vip, al hacerlo un nene (porque sí lo era) me saluda y sonreía de manera arrogante

¿Lo había llamado caballero?

Si tenía 20 años era mucho, en la mesa de al lado suyo estaba sentado el hombre de la fila alternando la mirada entre el chico y yo, como si él también estuviera sorprendido de lo que hizo.

-Gracias, pero puedo pagarme las bebidas.

-Me compromete, señorita -bajó la voz así solo yo podría escucharlo -es el hijo del dueño, por favor acepte el trago.

Asentí con la cabeza, pobre me dio pena, estaba entre lo que yo le decía y lo que el hijo del dueño le pide, así que solo le dije que lo dejara y me trajera la cerveza.

Esto lo arreglaba yo sola.

Me levanté y fui hasta la mesa, el muy pendejo se reclinó sobre la silla con una mirada y una sonrisas de triunfo...pensó que me tenía a sus pies.

-Disculpe, ¿usted es el... caballero que mandó ese gin tonic?

-Sí, fui yo, preciosa ¿te sientas conmigo? Me gustan las rellenitas... así como vos.

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