capitulo 28 " Victoria Torres"

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By : Victoria Torres
By : Victoria Torres

Estaba muy preocupada por lo que pasó con Alexia en el spa, tanto que llamé a Fernando para contarle.

No puedo decir con certeza que me pasa con él, pero si sé que me gusta, y mucho. Desde Álvaro que no volvía a sentir algo parecido. Llevamos más de dos meses mensajeándonos, llamándonos, mandándonos fotos, etc. etc. Creo que ambos conocíamos todo del otro, sabía solo con su forma de escribir cuando estaba de buen humor y cuando no tanto.
Prometimos vernos el fin de semana, pero a él le surgió un problema en el trabajo, pero aún sabiendo que capaz estaba ocupado no pude evitar contarle lo que pasó con mi amiga.
Fue tierno de su parte al contestarme rápido permitiéndome que me tranquilizara, me dijo que iba a estar todo bien y escuchó con paciencia mis miedos y, aunque parezca mentira, logró calmarme, solo con su voz me daba paz.

Ya había amanecido cuando escucho unos pasitos rápidos por el pasillo, lo que indicaba que Ángeles ya había despertado y en 3...2...1...

-¿Puedo pasar, mami? -preguntó mientras abría la puerta.

-Ya entraste, Cielo -le abrí las sábanas de la cama para que viniera a acostarse a mi lado.

Ángeles era la luz de mi vida, sin ella no sé dónde estaría ahora. Me encantaba sentir por la mañana su perfumito a bebe, porque aún ya teniendo 5 años seguía conservando el olor a bebe recién nacido.
Se acostó a mi lado y entre ambas acomodo su peluche de uno de los ponys de su serie favorita

-Raily no tiene más sueño.

-¿De verdad?

-Sí... mami ¿puedo llevar a Raily a casa de papi?

Odiaba que llegara el fin de semana, Álvaro se llevaba a Ángeles. Sé que no tenía que ser egoísta, que mi hija tenía que pasar tiempo con su papá, pero odiaba eso, más porque sabía perfectamente que era una obligación para él llevarla los fin de semanas, pero la jueza lo impuso así y debía cumplir.

-Mi amor, la puedes llevar, pero no te la olvides, ¿si? Porque después no la vamos a poder ir a buscar.

-Papi dijo que si quería podía dejar juguetes en su casa que a Karen no le molestaba.

-¿A Karen? ¿Quién es Karen, la nueva cocinera de papá?

-No, mi segunda mamá... o eso me dijo papi ¿puedo tener dos mamás, pero no dos papás? Por que yo quiero otro papás, así le pido las zapatillas de frozen.

Cerré los ojos y conté hasta diez, ¡que digo hasta diez, conté hasta cien! Iba a matar a Álvaro por meterle estupideces en la cabeza a la nena siendo que cambiaba de novia como yo de zapatos.

-Mi amor, vos tenes una mamá y un papá, las parejas que nosotros tengamos solo son eso, ¿si?

Abrió grandes sus ojos verdes...sabia lo que significaba, ¡preguntas! Muchas preguntas...

-Pero mami, papi me dijo que Karen era mi segunda mamá, ¿me mintió?

¡Te odio Álvaro! Idiota con todas las letras y en mayúscula.

-En parte sí, pero no qui,o mentirte, solo se expresó  mal. Lo que papá te habrá  querido decir es que tenes que hacerle caso a Karen porque es un adulto, solo eso preciosa.

-Ahhh.

Siguió jugando con su pony mientras yo me levantaba a prepararle el desayuno; en una hora vendrían a buscarla.

Ya casi terminábamos de desayunar mientras cantábamos la canción de la bicicleta de Shakira cuando el timbre suena.

-¡Papi!, ¡llego papá! Ma, voy a buscar mi mochila.

Corrió hasta su habitación, era hermoso ver el amor que le tenía a su padre. Aproveché que se fue para abrirle y cantarle unas cuantas verdades en la cara a ese idiota

-Victoria...buen día. ¿Mi hija?

-Buen día, Álvaro, mi hija fue a buscar sus cosas..., pero antes de que te la lleves te voy a decir dos cosas: la primera...no le metas ideas a la nena en la cabeza, ¿ok? Ella tiene una madre, que soy yo. Punto. La segunda... si vas a presentarle a una novia distinta por fin de semana, mínimo tene la decencia de decirle que ya no la ves más porque el martes se cruzó con una tal Nadia que la trató bastante mal porque no tenía nada que ver con vos y ella solo quería saludar a la novia de papá, ¿te quedo claro?.

La cara de yo no fui que ponía hacia que me enfureciera más. ¿Cómo pude algún día estar locamente enamorada de un hombre sin cerebro? Por suerte, mi nena llegó para que ninguno de los dos siguiera hablando.

Me estiró sus bracitos para que la alzara.

-Chau, mami, pórtate bien ¿si? Cuida a todos mis juguetes...se buenita.

-Sí, mi angelito, voy a cuidar todo y también pórtate bien. No te olvides de traer de vuelta a Raily.

-Sí, mami.

Observé cómo Álvaro nos miraba con dulzura, nos miró de la misma manera que yo lo hacia cuando los tres éramos una familia, pero yo no fui la que terminó con eso; fueron él y su síndrome  de Peter Pan.

-Cualquier cosa, llámame, y pensa en lo que te dije.

Le entregué  a nuestra hija y se fueron.

Cada vez que me separaba de ella sentía un vacío enorme, pero sabía que hacia lo correcto.

Mi celular vibró en mi bolsillo. Lo saqué y sonreí al ver la última foto de Fernando iluminando mi pantalla con su llamada entrante.

-Buen día.

-Buen día, hermosa.

Suspire y cerré la puerta, caminé hasta el sillón y me dejé caer.

-¿Y ese suspiro?

-Ángeles se fue con su padre, no puedo acostumbrarme a eso.

-Bueno, Vicky, es genial para ella. ¿Si te cuento un secreto me prometes que vas a alegrarte?

-Sí, lo prometo.

¿Ya les dije que me daba paz? Bueno, si ya lo dije, lo repito: me llena el alma con sus palabras.

-Terminé con mi trabajo y a las once te puedo pasar a buscar por tu casa para que vayamos a comer, ¿qué me decís?

Quería chillar como hace Ángeles cada vez que ve un juguete que le gusta. Me levanté del sillón y comencé a dar saltitos por todos lados.

-¿Victoria?, ¡¿hola?!

-Sí, sí estoy acá. Obvio que quiero. ¡Fer! ¿te das cuenta? Voy a conocer por fin a mi amigo virtual

-Y yo a mi amiga.

Cualquier plan o idea que tenía dando vueltas en mi cabeza quedaron cortas. Fernando era... era único, caballero, amable, gracioso, atento .Todo, todo eso estaba en él .

Hablamos como si nos conociéramos de toda la vida, aunque nuestro tema de conversación siempre era mi hija y era lo que más me gustaba. Se reía de las travesuras de la gorda y hasta le trajo un nuevo DVD de my Little pony de regalo, Ángeles lo iba a amar por eso.

Me contó sobre sus padres, sobre su hermana Julieta y sobre su mejor amigo, obviamente yo hable también de mi familia y de Reina. Era tan animada nuestra conversación que no nos dimos cuenta que eran más de la cuatro de la tarde y de que afuera se había desatado una tormenta muy fea.

Quedamos para vernos al otro día. Lo invité a casa. Fui osada y le dije que le cocinaría  en mi departamento, estaba más que dispuesta a dar el siguiente paso.

Me llevó hasta casa en su auto y paramos en la puerta de ésta  para despedirnos.

-Me encantó verte en personaz Victoria. Gracias por el almuerzo más lindo que tuve en mucho tiempo.

Me sonroje y bajé la mirada, él apoyó una mano en mi regazo haciendo que levante la mirada

-Yo... yo también la pasé muy bien.

Se acercó de manera lenta hasta mí, tan lento que yo me encargue de acortar la distancia y nos besamos. No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero nos separó el ruido de un rayo que cayó muy cerca de nosotros.

-Veo que empeoró la tormenta, ¿seguro que no queres que baje y te acompañe?

-No, está bien... de verdad, ¿nos vemos mañana?

-Obviamente, aunque me cueste separarme de vos.

Le regalé una sonrisa y, antes de bajarme, volví a besarlo. Lo saludé con la mano y esperé a que arrancara el auto antes de correr hasta el portal de mi edificio.

Al llegar, sentada sobre la entrada, estaba Alexia toda mojada con una maleta a sus pies.

-¿Alexia?

Levantó la cabeza, se paró y me abrazó fuerte. Creo que estaba llorando por la manera en la que su cuerpo temblaba o era solo el frío que había tomado.

-Alex, me éstas asustando. ¿Qué pasó?

Se separó de mí y se corrió el pelo de la cara

__Yo... yo me enamoré, Kiki.



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