Dos semanas pasaron, dos semanas donde siento que algo me falta, donde ignoro las llamadas y mensajes de Alejandro.
El primer día, su mensaje fue súper tierno, me escribió lo siguiente:
《Reina, no sé que hice mal, pero por favor déjame arreglarlo. Sé que puedo hacerlo. No sé si no pude expresarme, pero juro que te hice el amor... o al menos lo intenté. Me encantaría de verdad que me dejaras hacértelo el reto de mi vida... no me importa Pedro, no me importan las circunstancias que hacen que te alejes de mí, yo voy a pelear. Lo juro.》
¡Dios! Como me contuve para no responderle y decirle que sí.
Al día siguiente, otro y así sucesivamente, hasta que hoy no me desperté con un mensaje suyo. Dolió, pero sé que era lo mejor.
Ya iba a encontrar con quien olvidarme si es que necesitaba hacerlo.
Y Pedro... bueno, Pedro era un caso aparte. Después de que me quedé con Victoria a dormir en su casa, al día siguiente pasó a buscarme. Estaba realmente molesto porque no fui a su casa y no le avisé que ya estaba fuera del Royal tail, me reprochó que tuvo que enterarse por la pagina web del spa que el problema de las compuertas había sido solucionado.
Por supuesto le mentí. Le dije que estaba descompuesta a causa de los nervios que pasé por el mal momento vivido y que mi amiga pasó a buscarme.
Después de que se pasó ese día entero ignorándome, se le pasó el enojo y volvió todo a la normalidad.
Hacia la vida de novia con él, pero cada vez que estábamos juntos, cerraba los ojos invocando el recuerdo de Alejandro, porque deseaba con toda mi alma que fuera el quien estuviera dentro de mí, empujando para alcanzar el orgasmo, que fuera el quien besara cada rincón de mi cuerpo. Pero al abrir los ojos, él no estaba y su imagen desaparecía, dejándome en claro que era otro el que estaba en su lugar, ocupando su lugar en mi cama, había otro hombre allí conmigo por el cual no sentía nada, pero por el que pagaban para hacerlo sufrir.
En realidad, a veces me cuestionaba el porqué seguía haciendo este trabajo, aparte de la plata que ganaba, vale aclarar. Si en realidad el hombre que me llevó a esto no volvió mas a mi vida, ya no le veía sentido el vengar a otras mujeres, si yo estaba incompleta y no era realmente feliz.
Y otras veces insultaba en voz alta a Alejandro por haber desestabilizando mi mundo, porque todo estaba ordenado y perfecto antes de él, o al menos no me cuestionaba nada sobre "Puedo Conquistarte".
Dejé de mirar fijo el teléfono esperando a que llegara el mensaje como cada mañana porque Pedro, que dormía a mi lado, se removió; estaba a punto de despertarse.
-Buen día.
-Buen día.
Me levanté y caminé hasta el baño. No soportaba despertar a su lado.
-¡¿Preparo el desayuno?!
Lo gritó desde la habitación.
-Sí, Pedro, si tenes ganas hazlo, sino salgo y lo preparo.
-¿Nunca un sí, amor, no? Reina, es difícil si siempre estás asi, de mal humor, estás rara de hace semanas. Yo de verdad intento que funcione porque... porque te amo.
¡Por fin! Por fin dijo la palabra mágica, la palabra que esperé escuchar durante tres meses... después de eso ya podía ir pensando cómo dejarlo. No podía disimular la alegría que me provocó, cambió mi humor, todo.
Abrí la puerta del baño, fingiendo arrepentimiento y culpa por mi actitud, pero sorprendida por su declaración.
-Perdón, amor, es que estoy en esos días y mi humor no es el mejor de todos.
Señora menstruación, aprovecho el momento para pedirle disculpas por usarla como chivo expiatorio cada vez que no sabemos lo que nos pasa.
-Ok, hermosa, pero...
-Shh, Pedro, no me digas más. Yo también te amo.
Acortó la poca distancia que nos separaba y me besó. Con movimientos torpes, me sacó el pijama. Comencé a caminar hacia la cama, pero me paró el paso.
-¿A donde vas?
-A la cama, así mi novio me hace el amor.
-Tu novio te va a hacer el amor, pero de parado contra la pared.
Ok, no voy a mentir... .me excitó su propuesta.
Estábamos sentados, desayunando en la mesa del comedor, cuando mi celular vibra por un mensaje recibido.
¡Era Alejandro!
Sé que no debía alegrarme tanto, pero lo hice. Me emocioné.
-Hoy me toqué pensando en vos; es difícil no hacerlo cuando recuerdo la noche que pasamos en el spa... Reina, te extraño, pero creo que vos no, así que hoy prometí que este iba a ser mi ultimo mensaje. No es que me esté dando por vencido, por favor, no me mal interpretes, pero creo que tengo que darte tu espacio y dejar que seas vos la que decida. Cuando lo hagas, sólo escríbeme, yo feliz de la vida voy a responderte.
¿Qué? ¿Justo ahora?
No podía culparlo por cansarse de esperar a que yo respondiera uno de su mensajes. Yo en su lugar en el primer mensaje no respondido dejaba de escribirle, pero esta vez sí pienso responderle. Quería que sepa que solo tenia que darme una semana más, que iba a solucionar todo y que me moría por verlo aunque sea una vez más y que no sea en un sueño.
Ya escuché el "te amo" de parte de Pedro, así que ya podría dejar de actuar como su novia, podría avisarle a Melissa que el trabajo fue realizado en tiempo y forma.
Estaba tan concentrada escribiendo la respuesta que, cuando Pedro me sacó el celular, me tomó totalmente por sorpresa.
-¿A quién le escribís tanto?
Vi cómo, conforme iba leyendo, iba cambiándole la cara.
¡Puta vida! ¿Por qué ahora?
-Devolveme el teléfono, Pedro. ¡Ahora!
Se le tensó el cuerpo, apretó la mandíbula y cerró con fuerza uno de sus puños.
-¿Qué carajos pasó en el Royal Tail?¿quién mierda es Alejandro?
Me quedé congelada en el lugar. ¿Que iba a contestar? No reaccioné hasta que su grito hizo que saltara, literalmente, de la silla y me pusiera de pie.
-¡Contesta, carajo!
-No grites, Pedro, y dame mi celular.
Lo vi pasar por mi costado y sentí como el celular chocó contra la pared, si no llegaba a correrme, me iba a golpear directo en la cara.
¡Hijo de puta!
-¡¿Qué haces, nene?!
-Contesta, Reina... ¿me metiste los cuernos, no? ¡PUTA DE MIERDA!
Estaba sacado; gritaba y le pegaba a todo lo que se encontraba entre él y yo. Me entró un miedo horrible. Caminé hacia atrás hasta que choqué contra la pared.
Pedro caminó a grandes zancadas hasta donde estaba y le pegó una piña a la pared justo al lado de mi cara. Tenía ganas de llorar del miedo, no pensé que esto podía terminar tan mal.
Habló bajo de manera amenazadora.
-Soy capaz de matarte si no respondes. ¡Nadie toca lo que es mío! ¿te quedó claro? Decime quién es ese tal Alejandro.
Traguen saliva y lo miré directo a los ojos. No iba a demostrarle que me intimidaba.
-Ándate de mi casa. ¡Ya! ¡no te quiero volver a ver en mi puta vida! ¿escuchaste?
-No. No me voy a ir porque a mí nadie me deja, ¿te quedó claro?
Intenté separarme de él, pero me tomó del cuello y ejerció un poco de presión. Quería asustarme más de lo que ya estaba.
Dejé de pensar en ese momento, solo hice lo que me salió por instinto, levante la rodilla y le acerté un rodillazo entre las piernas que logró que cayera a causa del dolor. Yo aproveché ese instante donde cayó arrodillado ante mí para huir de ahí, literalmente, salí corriendo, dejándolo solo en mi departamento.
Bajé a la calle y me tomé un taxi directo a casa de Victoria, por suerte era fin de semana y Ángeles no iba a estar para verme llegar en este estado.
Bajé del taxi y le pedí al conductor que esperar que ya iba a bajar alguien para pagarle, en la huida me olvidé de tomar mis cosas. Toqué varias veces el portero eléctrico, pensé que no estaba y ya me estaba desesperando, pero después del cuarto intento, atendió con voz de dormida.
-Soy yo, Victoria. Baja y trae plata, por favor.
-Ya bajo.
Amaba a mi amiga, jamás pedía explicaciones. Cuando la vi bajar, estaba con una bata puesta, la abrace y me derrumbé. Lloré de miedo, de frustración, el mal momento ya había pasado y la adrenalina estaba abandonando mi cuerpo, dejando en su lugar un temblor absoluto.
Detrás de ella, vi a un Fernando totalmente desorientado y con cara de dormido. El taxista tocó bocina y él se encargó de acercarse hasta allí, creo que le pagó porque escuché como arrancaba el motor y se iba.
Victoria me obligó a separarme de ella, tomó mis hombros para que la mirara a la cara. Tenía la mirada llena de preocupación y lagrimas en los ojos.
-¿Qué te pasó? ¡Alexia, no me asustes!
Cerré los ojos con pesar, me llamó por mi verdadero nombre delante de Fernando, y éste alternaba la mirada entre una y la otra, como pidiendo que alguien le aclare lo que escuchó.
Abrí grandes los ojos para que se diera cuenta de su error, se dio cuenta de lo que hizo porque maldijo entre dientes.
-Discúlpame, Reina. No debí llamarte por el nombre que te puso tu padre, sé que lo odias, pero me éstas poniendo nerviosa, ¿qué pasó?. Subamos a casa.
Mientras los tres subíamos en el ascensor ninguno habló.
Yo dejé de pensar en lo que pasó en casa y la preocupación de que Fernando se haya creído la excusa de Victoria ocupaba mis pensamientos, no quería que se pelearan por mi culpa.
Eran novios hace varias semanas y me sentiría culpable si algo así pasara.
Me senté en el desayunador mientras tomaba un vaso de agua que Fernando me alcanzó con amabilidad. Ambos me alentaron a que hable.
-Pedro se volvió loco porque leyó un mensaje que recibí de Alejandro. Me rompió el celular y me quizo pegar.
-¡Hijo de puta! Cobarde de mierda. ¿Nadie le dijo qué a las mujeres no se les pega? Seguro que no porque...
-Amor, para un poco, pones más nerviosa a Reina -mirándome a mí, dijo-. ¿Vos estás bien?, ¿llegó a hacerte algo? Tenes marcado el cuello... ¿no queres qué vayamos a un hospital para que te revisen?
-No, Fernando, gracias. Creo que fue solo el susto, estoy bien, de verdad. Lamento interrumpir su fin de semana, pero no sabia a donde más ir.
Le sonó el celular y lo miró con cara de preocupación, se disculpó con ambas y salió a hablar al balcón.
-Hiciste bien en venir, si me enteraba que te pasó algo así y no acudías a mí, yo misma te mataba. Y otra cosa... perdón por lo del nombre.
Vamos a denunciarlo, no puede quedar así.
-Ya está, Victoria, ya lo eché. Le dije que no lo quería ver más, eso lo puso como loco; lo del mensaje paso a un segundo plano después de eso.
-¿Se terminó el trabajo?
Ambas hablábamos bajo para poder escuchar cuando Fernando vuelva a entrar a la casa.
-Creo que sí.
-¿Entonces?, ¿vas a darle una oportunidad a Alejandro?
-Creo que esta vez voy a vivir mi propia realidad. Ambas vamos a descansar de "Puedo Conquistarte".
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Puedo Conquistarte
RomanceSINOPSIS: ¿Quieres vengarte de alguien? ¿Quieres que alguien le rompa el corazón al chico que rompió el tuyo? ¿Te gustaría que alguien más haga tu trabajo sucio? "Puedo Conquistarte" es tu lugar indicado. Ella se hace llamar Reina, quienes tuviero...