Las chicas se fueron después de que pasáramos toda la mañana juntas. Donde Ángeles miró la primera temporada completa de My Little Pony y yo le contaba a Victoria los detalles sobre Pedro, Ana y Alejandro, obviamente se interesó más por mi encuentro con Dinosso.
En cuanto a él, ignore las llamadas y sus mensajes hasta que Pedro me escribió preguntándome como estábamos refiriéndose a Melo y a mí.
Así comenzó la conversación, un mensaje llevo a otro hasta que me invitó cenar. Quedamos para el viernes en un restaurante que estaba en pleno centro, uno de esos que tienes que hacer reserva días antes de lo exclusivo que se volvió.
Cuando me cansé de mensajearme con Pedro abrí el mensaje de Dinosso. Me causo gracia la cantidad de emojis que había mandado cuando estuve en línea y no leía sus mensajes. Le respondí un simple hola pero él fue al grano, quería que no veamos, obviamente me negué poniendo como excusa que estaba muy ocupada durante toda la semana, no quería verlo más si era posible, no hasta que dejara de compararlo con Marcos.
Me iba a resultar realmente difícil eran muy parecidos... ambos tenían el pelo negro azabache, la misma mirada gatuna que te sacaban un suspiro, ni hablar de sus cuerpos que parecían de modelos de revistas.
Aunque le juré a Victoria que había superado todo lo referido a Marcos no era así del todo, si vamos al caso, por él me convertí en lo que soy hoy, no me refiero a mi cambio de actitud ante la vida, me refiero a que después de su engaño no me permití volver a enamorarme nuevamente. Deje de creer en ese amor de novelas, con sus príncipes azules perfectos con sus vivieron felices para siempre.
Siempre estuve enamorada de la idea de encontrar un amor como los que se encontraban encerrados en los libros, esos que tienen a un chico perfecto a sus pies totalmente enamorado de la protagonista y por un momento Marcos lo fue ,o eso era lo que creía. Es que hasta hoy pienso en las veces que estuvimos juntos, de nuestras charlas después de que hacíamos el amor, pensé que eso no se podía fingir, pensé que no podías fingir amar a la otra persona... hasta que yo me dedique a hacer exactamente lo mismo. Yo fingía que amaba por dinero, lo mismo que Marcos hizo en su momento, fingió que me amaba para ganar una apuesta.
Victoria nunca lo supo pero después de un mes de lo que paso en el campito de la escuela Marcos llamo para hablar, obviamente no lo atendí, lo odiaba con todas mis fuerzas pero no pude hacer nada cuando se presentó a mi puerta una noche de lluvia....
Estaba escuchando música en mi habitación, mi mamá había salido a una cena con sus amigas, sabía que iba a venir tarde porque me pidió que invitara a Victoria para que no me quedara sola, pero le dije que tenía examen, que estudiaría así que no me molestaba quedarme sola.
Tardé en escuchar que tocaban el timbre a causa de los auriculares, cuando logré escucharlo bajé corriendo las escaleras y abrí pensando que era mi mamá. Pero no, no se trataba de ella, un Marcos totalmente empapado a causa de la lluvia estaba del otro lado.
No me dio tiempo a reaccionar, me empujó más adentro de la casa, me arrinconó contra la pared y me besó de manera urgente como temiendo que ese beso terminara una vez que yo lograra sacarlo de encima. Pero tarde en hacerlo porque en realidad con ese beso me sentí nuevamente en mi casa, esos labios eran dolorosamente familiares, eran esos labios el lugar me amaba estar... Pero de repente ese beso se volvió amargo, sentía el gusto a traición en ellos .
Le di un empujón que logro que cerrara la puerta con su cuerpo, quiso volver a intentarlo pero no lo deje…
-¿Qué haces Marcos? ¿Qué apostaste esta vez? ¿Qué vendrías a la casa de la gorda porque estaba sola y la besarías?
Juraría que el dolor y el arrepentimiento cruzo su mirada, estaba derrotado se le notaba en todo el cuerpo.
-Yo... Alexia, yo me equivoqué, sigues siendo mi reina, lo juro. Lo de la apuesta si existió pero yo... me enamoré.
No lo pude evitar, una risa histérica salió de mí, tanto que hasta lágrimas me caían de la risa, sólo me callé cuando Marcos puso sus dos brazos a cada lado de mi cabeza de manera amenazadora
-¡¡Basta, Alexia!! Vine hasta acá para decirte que te amo que no me importa nada. No me importa salir con la gorda como ellos dicen...
-¿Sabes lo que pasa, Marcos? Esta gorda que dices no quiere saber nada con un idiota como tú.
-Alexia. Mi reina, admítelo... no vas a encontrar a otro chico como yo, que te ame así.
-En eso tienes razón, no creo que haya dos idiotas como tú en este mundo. Pero te equivocas en algo... yo de verdad espero encontrar a otro chico que me ame, así como soy porque no pienso cambiar por nadie, solo por mí. Por favor, lárgate de mi casa.
Y se fue así como llego.
Tantas veces planeé vengarme de él de las peores maneras pero no sirvió de nada, porque lo vi y no pude hacer nada contra él, porque me di cuenta que tenía castigo suficiente si era verdad lo que dijo. Porque amar sin que te amen es lo más cruel que te puede pasar.
Esa noche lloré como no lo hice ese día. Sentí que algo se volvió a romper en mí, algo que no pensé que se podría romper más de lo que estaba.
Aunque odiara admitirlo lo amaba con locura, muy en el fondo era capaz de perdonarlo por todo lo que hizo y volver a intentarlo. Pero sé que no podría volver a confiar en El por qué mi orgullo estaba herido y lamentablemente mi orgullo siempre fue más grande que mi corazón.
Me levanté de la cama para cerrar las cortinas de la ventana de mi habitación una tormenta aún más fuerte se desató en cuestión de minutos, cuando miré a través del vidrio vi a Marcos sentado en el cordón de la calle.
No sé qué me pasó, pero bajé las escaleras y salí a la calle. Mientras me acercaba más a él mi cerebro más me pedía que vuelva a mi casa a la seguridad de mi habitación, pero no podía hacerlo, quería cerrar este capítulo en mi vida que solo fue una mentira, sabía que después de hacerlo iba a poder seguir adelante.
Le toqué el hombro y este levanto la mirada, tenía los ojos rojos de tanto llorar aunque sus lágrimas se perdían por la lluvia, se notaba claramente la tristeza que había en su mirada...
-Levántate, Marcos y anda a tu casa.
No hizo ningún movimiento, solo se quedó ahí observándome sin decir ni una sola palabra.
-Vamos, Marcos nos estamos mojando y por la hora seguramente tus padres deben estar preocupados.
-Yo... mi reina, necesito que me perdones, por favor.
Reina, reina, reina, me desarmaba que me llamara así. En un momento romántico después de que hicimos el amor me dijo que yo no era la princesa de un cuento, me dijo que era la reina de su reino... de su mundo
¿Por qué tuvo que arruinar eso?
-No puedo... me destruiste... yo, yo te amaba.
Y no pude evitar llorar por ese amor que perdí, gracias a la lluvia creo que no se dio cuenta que estaba llorando.
-Yo te amo te lo juro, déjame solucionarlo.
-¡No puedes decir que me amas después de lo que hiciste! ¡No puedes!
-¡Soy un idiota! ¡Devolví la plata de la apuesta! Yo les dije a todos de que me había enamorado.
-Es tarde para todo esto, de verdad espero que seas feliz... adiós, Marcos.
-No te mientas, Alexia, no quieres que sea feliz, sí de verdad quisieras que lo fuera me dejarías demostrarte que puedo solucionar lo nuestro... yo soy tu rey y vos mi reina.
-Dejé de ser tu reina... y es verdad no quiero que seas feliz, quiero que sientas lo mismo que yo ¡lo mismo!
Le grité tanto que mi garganta empezó a arder por el esfuerzo.
-Reina yo...
-¡Cállate, Marcos, yo ya no soy tu reina!
Negó con la cabeza y mientras se alejaba me gritó.
-Siempre lo serás... porque siempre te voy a amar.
No me quedé para ver cómo se alejaba, me di la vuelta y volví a mi casa. Pensé que después de que lograra decirle todo lo que sentía en la cara, ese vacío que presionaba mi pecho se iría pero una vez más, me equivoqué, ese vacío creció un poco más.
Esa misma noche surgió toda la idea de "Puedo Conquistarte" y la idea de cambiar mi nombre.
Quería ser la reina de todos esos hombres.
Quería ser la reina de su dolor, la que destruya sus estúpidos egos.
Yo les iba a hacer pagar todo el sufrimiento que le causaron a otra ilusa que creyó en ellos, como yo.
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Puedo Conquistarte
RomantizmSINOPSIS: ¿Quieres vengarte de alguien? ¿Quieres que alguien le rompa el corazón al chico que rompió el tuyo? ¿Te gustaría que alguien más haga tu trabajo sucio? "Puedo Conquistarte" es tu lugar indicado. Ella se hace llamar Reina, quienes tuviero...