No podía ser cierto.
Scott Bathory se talló la cara para ahuyentar el sueño y bebió del café que le acababa de entregar la sub-oficial Botti. Ella y el oficial Lane habían encontrado otro cuerpo durante su rondín.
Colgó la llamada con el Comisario Forrest, después de ponerlo al tanto de todo, y entrecerró los ojos.
—¿Dónde está Shawen? —cuestionó a Lane, pero fue Carla quien respondió.
—Fue a la casa Simmons, dijo que preguntaría a Rebecca sobre su ex esposo o algo así.
Él la miró con el ceño fruncido.
—No me reportó nada —mencionó y Lane abrió los labios sólo para ser interrumpido de nuevo por la sub-oficial.
—Se le da un poco de autoridad y ya se cree superior. No espere mucho de ella, inspector, o se decepcionará.
—Carla —reprendió Lane entre dientes y la aludida se encogió de hombros, dirigiéndose fuera del área acordonada. Bathory la detestó al instante. No soportaba a quienes hablaban mal de otros, menos si no lo hacían de frente.
—Sigue celosa porque no le han dado el ascenso a ella —balbuceó el oficial para disculparla.
—Eso no es excusa. No se debe hablar mal de un elemento que salvó a veinte personas, o a cualquier otro —Lane asintió de acuerdo y se acercaron al cuerpo—. Cuando creemos que tenemos su perfil, nos saca de juego.
Ambos negaron ante la imagen frente a ellos y el oficial Lane suspiró al identificar a la víctima.
—Demonios. Qué bueno que Shawen no estaba con usted —Bathory lo miró confundido y el oficial se explicó—. Es Haley White, esposa del director del colegio. Era amiga de Annie, o lo fueron en la escuela; inseparables. Se distanciaron porque los caminos las llevaron en direcciones opuestas pero, Shawen la quería muchísimo.
Scott miró de nuevo a la mujer. Sus cabellos rubios, la blanca piel, esos ojos verdes opacados por la muerte... Era hermosa.
Los agentes la encontraron en la plaza principal y cerraron las calles adyacentes antes de que, por el horario escolar, el lugar se llenara de ojos curiosos y niños aterrados.
Llevaba menos de media hora muerta, su sangre no se había coagulado todavía a pesar del frío y sus labios y uñas aún tenían color. No entendía, los asesinos en serie no cambian sus patrones.
La mujer también tenía los brazos estirados pero presentaba una puñalada profunda en el pecho y su ropa estaba rasgada, mostrando sus senos abiertamente, a los cuales les fueron cortados los pezones, mientras su intimidad había sido violada por un bate.
Por la sangre, las heridas y el rostro de la mujer, estaba seguro de que seguía viva cuando la penetraron.
Recreaba la imagen en su cabeza una y otra vez.
Por las huellas la veía tranquilamente cruzando la plaza y al asesino avanzar tras ella. La veía siendo apuñalada y desnudada mientras en su agonía soportaba el dolor de ser mancillada sin posibilidad de defenderse.
Casi podía sentirla exhalar sufrimiento en su último aliento.
—¿Qué ha pasado?
La voz de Shawen cortó la línea de sus pensamientos y lo hizo soltar el café que sostenía. Instintivamente se puso frente a ella para evitar que viera pero no fue lo suficientemente rápido.
De nuevo.
—Oh, Dios mío.
Shawen se cubrió la boca y se encogió sujetando su vientre, cómo si hubiese recibido un golpe intenso en él. Scott la sujetó para que no se acercara a la escena y ella cayó sobre sus rodillas sin fuerza, horrorizada al punto del llanto, paralizada.
—Respire, Shawen —Ella negó repetidamente sin emitir sonido, ni siquiera podía sentirla respirar—. Annie, míreme. Míreme —exigió, él la tomó de la barbilla pero la oficial no pudo retirar los ojos de la escena—. ¡Maldita sea, mírame, Annie!
—Ella no —susurró cuando sus cristalizados ojos por fin lo encontraron—. Por favor, ella no. Es... Haley ha sido mi única amiga.
Se ahogó con las palabras y Bathory sintió lastima por la joven.
—Vamos, salgamos de aquí.
La ayudó a levantarse y dio un vistazo alrededor. Todos la observaban con una mueca de compasión. Scott les dirigió una mirada dura y ordenó que terminaran el trabajo para retirar el cuerpo.
—Lane —llamó, y el hombre se acercó en dos pasos—, notifique al director. Tengo que sacar a Shawen de aquí.
El hombre asintió y Bathoryse retiró de la plaza con una oficial tan pálida, como la nieve que llenaba la boca de Haley White.
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No olvides mi nombre©
Misterio / SuspensoTres cadáveres. Tres niños asesinados. Ninguna pista aparente del culpable. Scott Bathory tendrá que descubrir la identidad del asesino antes de que haya otro homicidio. Mientras, deberá luchar contra sus propios fantasmas; esos recuerdos que lo a...