Carla Botti sabía que aquello iba a pasar.
Por eso la había llamado.
Cuando vio a Shawen y notó el dolor en sus facciones se sintió fatal, supo que se había pasado pero estaba tan enfadada porque había ganado su puesto que no pensó en nada más que hacerla sentir mal.
Llevaba once años como policía, subió de tercera a primera en poco tiempo pero después se estancó. Era de los mejores elementos, ya le habían comentado que era probable que la ascendieran y entonces... Entonces llegó ella.
Annie Shawen, una chica que había sido ignorada casi toda su vida. A quien maltrataban en la escuela y manoseaban en la secundaria, siempre ahí en los rincones, callada y temerosa. La vio ser una donnadie y convertirse en la salvadora del pueblo.
Sólo porque evitó que un adicto matara veinte personas en un autobús.
¡Mera suerte!
Shawen recién se había graduado de la academia de policía, era elemento del escalafón más bajo y justo ese día su auto decidió fallar, obligándola a tomar el transporte público donde ese debilucho tipo intentó asaltar a punta de pistola.
Y fue todo.
De pronto todos sabían que existía y la veían como heroína, dándose cuenta de lo mal que la habían tratado, incluida ella, y exigiendo al Comisario Forrest que le diera un mejor puesto.
Y le dieron su puesto.
Subió a oficial en un parpadeo y ella se quedó saboreando las amargas mieles de un sueño que no se volvió realidad.
Desvió la mirada de Haley, fue la única persona que se interesó por Annie y se sintió peor. No eran tan diferentes. Annie también soñaba, ella sólo quería una amiga y Carla, soñaba con ser oficial.
Ninguna había obtenido lo que deseaba.
Bathory le dio a beber té.
Y su compañera casi se lo tomó de un trago.
—Estoy bien; disculpe mi reacción, por favor —pidió con voz temblorosa y al darse cuenta de que no le funcionaba hablar para fingir serenidad, guardó silencio.
—Supe que era tu amiga. Lo siento mucho —acertó a decir, ella negó y cerró los ojos, llevándose la mano al rostro.
—Por favor, inspector, no quiero hablar de eso —Él asintió aunque no podía verlo y se aclaró la garganta. No estaba seguro de qué hablar y mientras pensaba qué decir, ella habló—. Fue el mismo hombre, no hay duda. Pero esta fuera de su patrón...
—No tenemos que hablar del caso —interrumpió él y Shawen le dio una mirada molesta.
—No me tenga lástima —Bathory alzó la mano pero ella continuó—. Es nuestro trabajo.
Scott asintió y los ojos de Shawen parecieron secarse al instante.
—Sé que mencionaste que no podía ser alguien de este pueblo, que nadie era capaz. Pero está claro que las víctimas lo conocían, lo dejaban acercarse, confiaban. Este tipo está entre nosotros, Shawen.
—Por cierto, Rebecca me dijo que ella llamó a James para que viniera a verla. Él ya sabía lo que había pasado con su hija pero no quiso venir desde que se enteró. Creo que estaba en negación —Annie se encogió de hombros—. Ella dice que si está aquí, no lo sabía. No ha ido a verla.
—No podemos descartarlo, no sabemos cuánto lleva aquí ni dónde se ha estado quedando. Deberíamos enfocarnos en encontrarlo.
Shawen asintió pero hizo una mueca.
—Estoy de acuerdo pero, si soy honesta, no creo que fuese él —confesó—. Parecía feliz ya. Todo lo que hizo por su hija; soportar abandonarla, pelear contra su alcoholismo, para ser mejor padre y luego, ¿asesinarla de esa manera? No sé, lo dudo.
Bathory negó.
—La mayoría del tiempo los peores monstruos se esconden tras brillantes sonrisas.
Se quedaron en silencio, disfrutando del calor de la cafetería mientras los ensombrecidos pasados de ambos se daban la mano.
—Fui educada en casa un largo tiempo pero sabía que en algún momento debía integrarme a la escuela pública. Mi madre no creía en eso de que una mujer estudiara o estuviera fuera de casa —contó.
Hizo una pausa y él la miró atentamente.
—Fui el bicho raro, la repudiada —suspiró y miró por la ventana hacia la calle—. Creí que era invisible —dijo con una triste sonrisa—, pero ella me vio. Haley prometió ser mi amiga. Fue la única que me trató como igual, fue la única que me sonreía si me equivocaba para que no me sintiera mal, la única que me ofreció su hombro cuando necesité llorar.
Miró a Bathory a los ojos y él intentó no parpadear.
—La amaba —susurró, respirando suavemente—. Dígame que lo vamos a encontrar.
—Lo haremos —prometió él enun murmullo—. Y lo va a pagar.
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No olvides mi nombre©
Mystery / ThrillerTres cadáveres. Tres niños asesinados. Ninguna pista aparente del culpable. Scott Bathory tendrá que descubrir la identidad del asesino antes de que haya otro homicidio. Mientras, deberá luchar contra sus propios fantasmas; esos recuerdos que lo a...