Comienzo

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Era un día como cualquier otro, el sol brillaba más que nunca. Una joven de vestido rojo paseaba por la aldea, una hermosa sonrisa se dibujaba en su rostro. Como todos los días los ciudadanos la saludaban al verla, menos un guapo joven de coletas. Que corrió lo más lejos posible de ella, pero como siempre ella lo perseguía. 

El muchacho trata de escapar de aquella, según él, irritante mujer. Corre entre las casas y al poder voltear en una esquina e introducirse en un callejón pudo perderla de vista. Suspiro, ya no iba a ser obligado a besarla. Comenzó a caminar rumbo a su casa pues alguien lo esperaba. 

Se dirigió al bosque de bambú donde se hallaba su hogar. Paso por los lugares donde entrenaba con Aybo, donde se escondía al ser acosado por Pucca. Pero ya era suficiente tenía que vivir su vida, a sus 20 años había estado evitándola a toda costa y enfocándose a su entrenamiento. No había tenido tiempo para él.

Al llegar,  Ring Ring estaba sentada en uno de los sofás de la sala. - Dime, ¿Cuántas veces te beso antes de llegar? -  tenía la mirada perdida. Mientras dejaba la revista que tenía entre las manos, volteo a verlo. El muchacho no respondió ante la interrogante de la peli azul, ella suspiró con resignación - Hice un poco de té.

- Pude escapar ... - dijo mientras se le acercaba - ¿Solo estas tú? - Pregunto mientras se sentaba junto a ella y empezaba a acariciar su cabello.

- Dijeron que vendrían más tarde - miró hacia la ventana - Ya sabes Ching tiene que ir a ver a Pucca - Él cogió una de sus manos - Estoy cansada de esto... - lágrimas salían de sus ojos - La prefieren a ella, siempre ella. La odio, no sabes cuanto. Desde que llego, ... snif... se ha robado mi vida ... Yo era la más querida de la aldea... snif... ellos eran ... mis amigos ... mis ... mis mentores... Me robó mi vida - volvió a escuchar sus lamentos.

Solo atinó a abrasarla, de algún modo él quería consolarla - Todos pudieron aceptarla, incluso yo sentí pena por ella. Pero a pesar de ello yo te prefiero a ti, sabes que nosotros, nunca te cambiaríamos.

- Entonces ... Porque están siempre con ella y no conmigo - las lágrimas salían sin parar de sus bellos orbes celestes.

Él secó con sus dedos las lágrimas que caían - Sabes el porqué - le posó un beso en la mejilla.

- Ya no soporto que sigan fingiendo ... - susurro. Él la colocó en su pecho y dejó que descansará.

- Yo también estoy cansado - dijo en un suspiro.

Los jóvenes no sabían que la muchacha de quien hablaban había perseguido a aquel ninja a casa. Estaba en una de las ventanas observando la escena, escuchado la conversación, pero a pesar de ello no se podía ver ninguna lágrima en sus ojos. Estaba en shock, por años había vivido soportando el odio de Ring Ring sin saber el porqué y ahora que lo sabía. Era todo muy confuso, ella le había quitado su ... Su... ¿Vida?

- Fue una perdida de tiempo -  Abyo se quejaba mientras abría la puerta. Pucca volvió a prestar atención a lo que sucedía - Siempre es una perdida de tiempo - Sus ojos no demostraban sentimiento alguno.

- Lo siento, ya sabes como es - Ching entraba detrás de él, se había soltado las trenzas que tenía y, ahora, llevaba una coleta alta con unos machones que caían sobre su rostro - Tengo que ir a buscarla para consolarla. Sabes bien que ese es mi papel.

- Como sea - finalizo el joven, su voz era ronca demostraba que ya no era un niño. Aun así su tono de voz era frío y sin emociones. Pucca no podía reconocer a su amigo.

- Ring ... - la chica corrió hacia la ya mencionada al ver que estaba llorando. Seco sus lágrimas y la despojo del pecho de Garu para poder abrazársela,  gesto que no había hecho nunca con ella -  Ya no llores más - Sabía el porqué de sus lágrimas, años de sufrimiento - Sabes que me tienes a mí - la miro a los ojos - Nunca nos separaremos, eso lo sabes.

- No me digas ... - Abyo se apoyó en una pared y observaba divertido la escena.

- Cállate - le gritó Ching.

- Tú aceptaste, recuerdas - una sonrisa burlona se posicionó en su rostro - Todos lo hicimos. O bueno nuestros padres, pero, ya que ...

- Ese día, el accidente... No teníamos otra opción - Garu se dirigió a él de forma amenazante - Solo cumple lo que acordamos y mantén tu cara bonita, Idiota.

- Bro, acaso no somos mejores amigos - lo miro desafiante - Acaso no eres el novio de Pucca ¿Qué haces con su enemiga? - se mofó - Anda a consolar a tu amante y déjame en paz - salió de la casa golpeando la puerta tras de sí.

- ¡Abyo! - le grito. 

- Garu - lo llamo Ring Ring - déjalo.

- Es que ya no soporto esto. Quisiera ir donde ella y gritarle que no la amo, que me deje en paz. Que todo lo que tiene no le pertenece, que su vida es una mentira. Que todos le mienten, que ... 

Pucca ya no podía más. Era demasiada información que digerir y no sabía cómo hacerlo. Empezó a hiperventilarse, necesitaba alejarse de ese lugar. Necesitaba una explicación. Ella solo atinó a correr lo más lejos posible. 

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Luz (Tobecca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora