Una corriente de aire atravesó mi cuerpo haciéndolo templar. Sentía los parpados pesados, mi visión estaba borrosa, casi no distinguía las cosas. Me encontraba en una habitación llena de equipos médicos, pero no recordaba porque está ahí. Otra trafaga de viento entro a la habitación, respondiendo mi ser. Trate de incorporarme, pero cada vez caía sobre la cama. No comprendía que me estaba pasando. Un sentimiento de nostalgia me inundo, era como si hubiera perdido algo importante. Algo estaba mal, por más que intentaba mi cabeza no podía procesar lo que sucedía. Una risa se asomó entre la negrura de mis pensamientos. Era delicada y llena de felicidad - Tobe - dijo una voz femenina con cariño. Busque con la mirada a la dueña de aquella dulce melodía - Tobe - volví a escuchar, pero esta vez sabia que venía de mi cabeza - Te quiero.
- Pucca - susurré. Me levanté de golpe, recorrí desesperadamente la habitación buscándola. No estaba en ninguna parte. El viento volvió a ingresar por aquella ventana abierta. Mi vista se fijó en ella - ¡No! - Me asomé sobre esta, aún se podían distinguir unas pisadas que se dirigían a lo profundo del bosque.
- Mi señor que sucede - Uno de mis subordinados había entrado.
- ¡Dile a las tropas que se preparen! - el desconcierto me inundaba. Él asintió con la cabeza, al momento de salir casi se tropieza con Payaso que acababa de entrar.
- ¿Dónde está? - pronuncio mientras se posicionaba a mi costado.
- Se la han llevado - Dije volviendo a ver aquellas pisadas que iban desapareciendo con la lluvia.
- No se ha detectado la presencia de ninguno de ellos - su tono tranquilo me era irritante - Nadie ha traspasado nuestro territorio.
- ¿Insinúas que ella se ha ido por su cuenta? - Lo cogí del cuello y lo estrelle contra la pared - Ella nunca se iría, estaba en mal estado. No pudo haber salido, sin que la vieran.
- Es una posibilidad - anuncio a duras penas - Cálmate, piensa detenidamente las cosas, no te dejes llevar por tus emociones.
- Amo - llamo alguien desde la puerta - Uno de los guardias dijo haber visto correr a alguien entre los árboles.
- Tiempo - dije furioso.
- Alrededor de media hora - solté a Payaso y me dirigí a la puerta con intención de ir tras aquella persona.
Shaman me sostuvo del brazo impidiéndome seguir - Tobe, no vieron que llevaba algo por eso pensaron que era un ciervo.
- También piensas que ella se fue de mi lado - dije con rencor - ¿Qué me abandono por irse con él?
- Yo tampoco quiero creerlo, pero es una posibilidad, no sabemos a ciencia cierta si confía en nosotros. Además, no sabes todo con respecto al hechizo. Puede que sea más fuerte de lo que pensamos y que su mente solo piensa en el amor que siente por Garu. Y ahora que sabe de nuestras bases y la cantidad de ninjas que están bajo tu mando - su voz se iba apagando con cada palabra que daba.
- Recuerda que ella hizo mucho por mí en el pasado - dijo Payaso, ahora que se había recuperado - No pienso que ella pudo irse, pero la poción que controla su mente ...
- Si lo que dicen es cierto - había aparecido un nudo en mi garganta que no me dejaba respirar - Todo lo que he hecho por ella, no sirvió para nada. Pues la abría perdió para siempre. Y eso es algo que no aceptaré.
- Es tu decisión - finalizo Shaman - Estamos bajo tus órdenes mi señor - pronuncio mientras me soltaba y se inclinaba ante mí.
- Basta de juegos - susurré - Esto es la guerra - Le dije al viento.
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Poco me importaba ahora lo que sucediera, el restaurante no había abierto desde que los chefs se habían ido y sin la presencia de Pucca se veía más sombrío y desolado. Era lamentable como había quedado en el tiempo que nadie lo habitó, no quedaban vestigios de sus tiempos de gloria - Que patético - me burle, recorrí la gran sala, ahora mugrienta por el polvo. Detestaba este lugar desde lo más profundo de mi alma, haber sido humillado constante mente era algo que no podía soportar. Como un ser celestial, sirviente de la gran diosa de los vientos Feng Popo, ser despreciado de tal manera era aborrecible. Forme una pequeña llama en mi mano - Debe desaparecer - dije mientras la dejaba caer - Este es el adiós - reí.
Espere un momento para que las lenguas de fuego empezaran a consumir todo a su paso, pero nada sucedió - ¿Cuánto tiempo? - dijo alguien detrás de mí - Dada.
Aquella voz tan autoritaria y superior que odiaba me era inconfundible - Ha pasado mucho, Dompling.
- Que pretendías hacer con nuestro hogar - La voz de Ho llego como un rayo hacia mis oídos.
- Remodelación - conteste - Este lugar necesita un nuevo aspecto.
- ¿Dónde está Pucca? - Linguini había empezado a caminar hacia mí - ¡Responde!
- En este momento, está caminando hacia su muerte - me agarro del hombro y me obligo a voltear - O quisa ya haya fallecido.
- No bromees - pronuncio Ho.
- ¿Me estoy riendo? - dije con ironía.
- Tenías una misión - dijo Dumpling - Tenías que mantenerla lejos de los demás hasta que regresemos.
- ¿Eso? Decidí dejar de ayudarles - Una media sonrisa se dibujó en mi rostro - Quise divertirme un rato con su niña - Pase mi lengua entre mis labios.
- ¡Que dijiste, escoria! - Ho trato de golpearme, pero detuve su ataque a tiempo. Empezó a lanzar puñetazos los cuales esquivaba con facilidad.
- ¡Ho, detente! - Ordeno Dumpling. Este se quedo inmóvil - ¿Que hiciste?
- Nada que les importe - No pude ver cuando se acercó a mí hasta que sentí como me lanzaba hacia una de las paredes.
- Estás agotando mi paciencia - Empezó a ahorcarme - ¡Habla!
Empece a reírme, las llamas empezaron a rodear mi cuerpo haciendo que me soltara - Basta de juegos - pronuncie.
- Bastardo - Hablo Linguini. No me afectaba sus insultos, sabían que no podían contra mí, pues solo eran simples mortales.
- Solo les diré una cosa - pronuncié mientras me dirigía hacia la salida -Su adorada niña, acabara muerta en poco tiempo. Y nadie podrá impedirlo, ni siquiera ustedes.

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Luz (Tobecca)
FanfictionLos pájaros cantaban, el sol estaba en lo mas alto del cielo. La aldea de Sooga había cambiado a lo largo de los últimos 10 años. Sus calles y sus casa habían sufrido la eminente llegada de la modernización. Aúnque algunos de sus ciudadanos aún se a...