Fulgor

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Estaba frente al Goh-Rong, sus grandes puertas nunca antes me habían parecido tan intimidantes. Aquí había crecido, que había pasado los mejores momentos de mi vida y todo había sido una farsa. No sabía que hacer, como podría ver a la cara a las personas que más amaba y que a la vez me habían mentido todos estos años. Quería huir, alejarme de todo y de todos. Entre finalmente, la enorme estancia me recibió. Como era posible que aquí, donde me había sentido tan amada, me sintiera tan sola. Me sentí perdida en los recuerdos de cuando era niña, cuando atendía a los pobladores, cuando jugaba con Ching y Aybo, cuando iba corriendo a los brazos de mis tíos cuando me sentía deprimida, cuando Dada rompía los platos y tenía que limpiarlos, los distintos festivales, cuando perseguía a Garu. Había estado tan ciega, era tan tonta.

Me dirigí a la cocina, hay estaban ellos en sus labores cotidianas. Como podía encararlos, al voltearse y verme corrieron a donde estaba. Me abrazaron con fuerza, pero yo no sabía que hacer - ¿Dónde has estado? - su tono de preocupación parecía tan real. 

- Yo ... Bueno ... - Que tenía que hacer, decirle que sabía sobre su mentira. No podía, no antes de saber toda la verdad - Yo estaba espiando a Garu en su casa y me quede dormida fuera de su ventana - era la primera vez que les mentía, me sentía devastada. Aún tenía afecto hacia ellos - ... Perdón - miré al suelo, no podía mirarlos a los ojos.

- Está bien pequeña, sabemos que no puedes desacerté de esos sentimientos hacia él de la noche a la mañana - mi mentor Ho había mencionado.

- Si está bien, pero no vuelvas a hacerlos esta bien - mi tío Dumpling me regaño - Y más ahora que nos iremos de viaje. 

Estaba sorprendida - ¿Se van a ir?

- Cariño, hay unos ingredientes exóticos que pueden darle más sabor a nuestra sopa. No queremos perder más tiempo e iremos por ellos - Parecían tan normales, como si nada sucediera, acaso me estaba equivocando - Partiremos hoy en la noche, no te preocupes Dada se quedara contigo y cerraremos por un tiempo - Lingüini me abrazo - ¿Estarás bien mientras no estamos?

- Si claro - les sonreí - Tal vez Ching quiera quedarse hoy a dormir.

- Porque no vas y le preguntas, seguro que estará feliz de verte - Asentí con la cabeza y me despedí de ellos.

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Estaba furioso, se podía ver la cólera en sus ojos. Sus puños estaban sangrando por los constantes golpes que daba. No me atrevía a acercármele por temor a que pensara que fuera un enemigo. Estaba sentada en uno de los sofás de la sala y veía como se hacía daño.

- ¡Lo destruiré cuando lo vea! - grito Garu mientras destruía el saco de golpear - Haré que se arrepienta de haberla tocado - sus brazos cayeron pesadamente y una sonrisa macabra se dibujó en su rostro.

- Por favor detente - sentí como las lágrimas se acumulaban en mis ojos - Ya basta ...

- Acaso no te he dicho lo que ese imbécil trato de hacerle - su mirada es de disgusto, me pongo nerviosa. Mientras se acerca, retrocedo unos pasos - Acaso no sientes lástima ...  - me agarra de los hombros y presiona con fuerza asiéndome daño. Suelto un gemido de dolor - O no puedes comprenderlo - me soltó.

- Claro que me da pena por ella, solo que ... - sentí como el aire abandonaban mis pulmones.

El pelinegro cerro sus puños con fuerza y un aura negra cubre su cuerpo - Solo que ... Habla

- De lo único que hablamos y hacemos es con relación a ella - me atreví a decir - Pareciera que la amas, en vez de a mí.

- Chief ... - su voz era de resignación - Como puedes decir eso ... Ella es quien más sufre de esta situación.

- Ves, es de lo que hablo - mi voz esta quebrada - Ring Ring es de lo único que hablas. Estoy cansada de que le tomes más atención a ella que a mí, que soy tu novia. Tu verdadera novia o acaso me seguirás negando ante tus amigos.

- No quiero discutir contigo - suspiro.

- Siempre evitas estas conversaciones, ya no soporto esto. La quieres ... y no trates de negarlo.

- No me hagas enojar - froto su frente - No más de lo que ya estoy.

- Dime ¿Qué sientes por mí?

Rio - Ya lo sabes ... - me acorralo en una de las paredes. Me beso con pasión y no pude resistirme ...

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- Cuéntame ... Cuéntamelo todo - Estaba casi gritando. Pucca había venido a mi casa después de hablar con sus tíos y me había dicho que se quedaría sola en casa por unos días.

- Dijeron que iban a buscar unos ingredientes nuevos ... -  Sentía algo de repulsión hacia ella, pero me tenía que contener - Estarán fuera un mes aproximadamente - Su típica sonrisa me disgustaba, todo en ella más bien. Tenía que seguir la farsa así que le sonreí emocionada - Así que pensé que ... Podríamos hacer una pijamada como en los viejos tiempos.

- Que gran idea - no dejaba de sonreírle - Que tal si lo hacemos este fin de semana. Es que hoy Aybo y yo saldremos.

- Me alegra que él por fin te haya hecho caso.

- Yo también - la abrasé con fuerza - Lo siento por no poderte acompañar hoy.

- No hay problema, Dada estará conmigo - Así que con él se quedara, no me sorprende. Ese maniático tiene que seguir con su papel.

- Ching - Abyo derrumbó la puerta de mi cuarto haciendo que ambas nos sobresaltáramos - Te he estado buscando por toda la aldea ... - al ver a Pucca su mirada cambio - Nena - Sonrió.

Lo saludé y mi amiga reía por su actitud - Dime, qué pasa - el chico me agarro de las manos.

- Estas lista para nuestra cita - un rubor leve adornó mis mejillas, esa actitud de mujeriego me hacía sentir rara, pero era más convincente. Lo prefería como él era.

- Si  - Ghong lo miro con odio y me picoteo la cabeza. Cogí a mi gallina y la puse en  mi regazo - Y tú también iras - la acaricié.

- Perfecto - se notaba su emoción, me preguntaba donde metía esa actitud rebelde que él tenía cuando no actuaba - Entonces nos vamos. Te aseguro que te divertirás, lindura. 

- Yo también te quiero - le guiñé un ojo.

- Ahh, Pucca te ves diferente - sonrió - No te había visto - Era un gran estafador - Te vez hermosa hoy.

- Hola, Aybo - dijo en un susurro - Será mejor irme - nos sonrió con tristeza algo que no encajaba, tal vez era verdad que estaba recuperando sus recuerdos - Los veo luego.

La pude ver como se alejaba por una de mis ventanas - Que quieres idiota - dije por fin podría ser yo.

- Nada, ya sabes ... Tenemos una cita- se acercó y me beso.

- Deja de fingir inútil.

- Bueno pensé en revisar el contrato para ver que se puede hacer ... - Me abrazo de la cintura - O tal vez quieras divertirte un poco antes.

- Vamos necesito golpear algo...


Luz (Tobecca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora