Luz (Tobecca)

Pasado

Una tormenta había comenzado, los relámpagos rugían con fuerza. La habitación se encontraba en silencio, nos veíamos la una a la otra. Se me hacía tan familiar esta escena, sentía como si conociera de toda la vida a aquella mujer que tenía enfrente.

- ¿Cómo estás? - pregunto para romper el hielo.

- Bien - le sonreí.

Río - Me alegra que hayas venido.

- Me siento bien cuando estoy aquí - no pensaba en lo que decía.

- Este siempre ha sido tu hogar, querida - sus palabras me confundieron. Este era mi ¿hogar?.

- No sé por qué siento que puedo confiar en ti - sus ojos denotaron sorpresa. Me pareció ver que quería decir algo, pero permaneció cayada - Sé que todos me han estado mintiendo durante estos años - Mi voz era tan calmada sin emoción que me dio miedo. Ya no podía más necesitaba decírselo a alguien, las lágrimas brotaban de mis ojos - No sé quién soy ... Me siento tan sola.

Ella me abrazo - No sabes cuanto te he extrañado - me separe de ella y la mire a los ojos, también lloraba - Regresa ... Por favor ... recuérdame ...

- No entiendo nada - mi voz estaba quebrada - Dime quien soy en realidad ... dime que es lo que ocultan

- Ya es suficiente - ambas nos sobresaltamos al escuchar la voz de Tobe - Chief ve con Payaso y Shaman ahora - Ella se levantó y se dirigió hacia su amo. 

- No la vuelvas a lastimar - susurro antes de retirarse.

- Tú sabes que es lo que está pasando - le increpe.

- No sé dé qué hablas.

- ¡No mientas! - me acerqué amenazante a él, pero no pareció importarle. Estaba desesperada - Dime quien soy ... - Me acercaba más a su cuerpo, podía escuchar mi corazón latir frenéticamente.

En un movimiento rápido él me acorralo contra una de las paredes - Ya no somos unos niños Pucca. No te tengo miedo - Me sentía tan indefensa - ¡Rayos! Ya no lo resisto - me beso desenfrenadamente como si hace mucho que no lo hacía. Seguí el compás de sus labios, rodee su cuello y acaricie su cabello. Gruesas lágrimas salían de mis ojos, mi corazón se contrajo. Todo era confuso, pero sentía como si no quisiera volverme a separar de él. No me quería separarme de él. Era como si un vació, que nunca me había percatado de su existencia, de pronto se hubiera llenado. No sé cuanto tiempo permanecimos así, pero era como si yo también lo hubiera extrañado.

Se alejó bruscamente de mí - Esto no debió suceder - Qué era lo que ocurría con todos, qué pasaba con mi vida. Salió sin decir nada más y me dejo sola en la habitación.

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Parecía que la tormenta no pretendía parar nunca, el sol se ocultaba detrás de las nubes negras, estaba entrenando con Abyo, pero no me podía concentrar. Lo que causo que me cayera un par de golpes. Estaba cansado de fingir. Dónde estaba mi honor, como podía estar participando en este engaño. Era una chica molestosa, lo admito, aun así no merecía que la trataran así. Debí de haberme negado cuando me entregaron el acuerdo. Otro golpe me saco de mis pensamientos. - Concéntrate, Garu - se quejó mi compañero -¿Qué te pasa?

- No te interesa - dije de mala gana.

- Si vas a seguir así, mejor vamos a comer - Tal vez podría hablar con los chefs y convencerlos de que le digan la verdad a Pucca - Tengo hambre.

Al llegar al restaurante, no la vi por ningún lado eso era bueno podía hablar con más facilidad con sus tíos. Nos sentamos en una de las mesas - Ahora vengo.

- Si vas a ir a tratar de convencerlos de que le digan la verdad, yo que tú, no lo hago.

- ¿Por qué? Acaso no estás cansado de todo esto.

- Yo ya lo intenté, no lo harán. Solo cumple con el acuerdo y no hagas nada estúpido, viejo.

- Tal vez me hagan caso - me dirigí a la cocina. Estaba cansado de seguir fingiendo ser el novio de Pucca cuando no la amaba. Abrí las puertas de golpe, los chefs no me prestaron atención y siguieron con sus cosas - Quiero anular el acuerdo.

- Eso no es posible Garu - LingüinI se volteó para encararme - Sabes lo que sucedería si es que ella sabe la verdad.

- ¡Estoy candado de vivir así! - tenía ganas de golpearlo, aunque sabía que no serviría de nada  - ¡Acaso me obligaran a casarme con ella! Yo no la amo

- De ser necesario, así será - le respondieron - Ella a ti si te ama y eso es lo único que importa - Ho hablo a pesar de que seguía preparan los fideos de Ya-Yang.

- Eso es a causa de lo que le han dado.

- No íbamos a permitir que ella nos destruyera - estaban perdiendo la paciencia lo podía notar, pero necesitaba, que de alguna forma, romper ese acuerdo.

- No es ....

- Basta Garu, firmaste ese acuerdo con tu honor y no puedes romperlo como si nada. Mantén las condiciones pactadas o todos moriremos. Sabes más que nadie lo que esa niña es capas de hacer cuando se enoja. Esta conversación acabó, así que retírate.

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Los rayos iluminaban la habitación, no quería irme. No quería ir a donde todo era una mentira. Caí pesadamente al suelo, golpee el suelo con fuerza. Era tan frustrarte, qué era lo que había hecho para que me suceda esto. La puerta se volvió abrir dejando ver a uno de los subordinados de Tobe.

- El amo, quiere que pase la noche aquí. Ya que parece que la tormenta no parará en un buen tiempo - Se arrodilló a mi altura y limpio mis lágrimas - No llore, se ve más bonita cuando sonríe - Me ayudo a levantarme - O bueno eso es lo que dice el amo.

Me llevo a una habitación al parecer era la misma que la noche anterior. Había unas prendas sobre la cama - Gracias - le dije.

- Que tenga buena noche, mi seño ... Señorita.

Mi cabeza estaba por explotar al parecer aquí me iba a volver loca, ya que me confundían más. Pero era el único lugar donde podía obtener respuesta, porque mis tíos o mis supuestos amigos siguen comportando como si nada. Agarre la ropa que había sobre la cama y me fui al baño.

Me duché y me puse lo que pensé que era un camisón, pero en realidad era una polera. Tenía un olor particular, una fragancia masculina que me inundo - Bastardo - Supuse a quien pertenecía. No quiere decirme nada y pretender que use su ropa para dormir. Mela quité y me metí a la cama en ropa interior.