Luz (Tobecca)

Impulso

No pude resistirme, mi cuerpo reaccionaba por si solo. No podía controlarme, quería más de él. Seguí el compás de sus labios. Rodeé su cuello con mis brazos, hundí mis manos en su nuca y él me aferró más a su cuerpo. Su lengua recorría mi boca de lado a lado saboreándola. Agarró uno de mis labios y lo mordió con fuerza haciendo que sangrara. Solté un gemido de dolor. Sentía el sabor de mi sangre mezclándose con nuestra saliva. No sé cuanto tiempo estuvimos así. El oxígeno empezó a faltarme, por eso me separo de su cuerpo. 

Jadee por la falta de aire - No lo olvides, eres solo mía - dijo antes de irse y dejándome ahí, en shock. Esto está mal, pensé. Sentía que había cometido un error. Una parte de ella sentía sucia, pero otra le había gustado. Me sentía dividida, la imagen de Tobe vino a mi mente. Mi cuerpo calló pesadamente al suelo y una lágrima salió de mis ojos. Cubrí mi rostro con mis manos.

- Lo siento - dije entre sollozos.

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Estaba en medio de un prado, el viento golpeaba su rostro. El olor a pasto mojado invadió sus fosas nasales - Vuelve ... - pronuncio - Recuérdame - Se acercaba la hora de que ella llegara. Que podía decirle ... Como decirle que ella era la causa de la muerte de mis padres.

Flashback 

Corría con todas sus fuerzas, el olor a humo lo inundaba. Corría sin detenerse, las calles estaban manchadas de sangre. Corría por una destello de esperanza. Tenía que llegar  su casa lo más rápido posible, tenía que saber que su familia estaba bien. 

A lo lejos vio una torre de humo proveniente de su hogar. Se imaginó lo peor, al llegar el fuego había consumido su hogar,  sus padres no habían logrado salir. Sus gritos no dejaban de retumbar en su cabeza. Trato de entrar para ayudarlos pero tuvo miedo. Se quedó viendo como las llamas consumían todo lo que quería - ¡Padre! ¡Madre! - las lágrimas resbalaban por su mejilla cayendo a suelo.

Fin del flashback

A pesar de todo el dolor que sintió en ese momento no podía culparla, no podía. La amaba demasiado en ese entonces y aún lo hacía. Pero se sentía impotente, no pudo hacer nada - No volveré a ser débil - cerro sus puños con fuerza. Saco su katana y corto su palma. - Juro que protegeré lo que más amo - dejo caer unas gotas de sangre - Te protegeré, Pucca. Te ayudaré a combatir lo que tienes dentro.

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Que era lo que acababa de hacer. Por fin era libre, ya no era más el conejillo de los chefs. Podía hacer lo que quisiera sin fingir nada. Quería a esa mujer fuera de mi vida y ahora que lo había conseguido, acababa de besarla. Que me pasaba por la cabeza, solo había una explicación para lo sucedido ... Venganza.

Un golpe seco lo saco de sus pensamientos. Volviéndolo a la realidad, se dirigió a la puerta y dejó pasar a quien sea que estuviera tocando.

- ¿Cómo te sientes? - su melodiosa voz llegó hasta sus oídos. Tantos años con ella seguro tenía que saber como era cuando algo no anda bien.

- No es nada importante - le respondió.

- ¿Seguro? - asintió con la cabeza - Los chicos están por llegar. Ching dice que tiene algo que decirnos. Tienes idea de que puede ser.

- No he hablado con ella desde ayer.

- Bueno - la vi a la peli celeste sentarse en uno de mis sofás.

- Pucca sabe sobre el hechizo - dije de repente.

- Como ... Como es posible - la puerta se abrió repentinamente dejando ver a nuestros amigos.

- Por fin llegaron - mencioné, ignorando su pregunta.

- Tuvimos que hacer algo antes de venir - Aybo abrazo a Ching por la espalda haciendo que ella se sintiera incómoda.

- Garu tengo algo de información - la peli castaña se había separado de su compañero y se encontraba junto a su amiga - Los chefs se irán en un viaje por un largo periodo. Supongo que nos pedirán que cuidemos de su pequeña.

- Sabes el porqué de su viaje.

- Por lo que me dijo Pucca. Buscarán unos ingredientes raros para su sopa- se quedó pensativa un momento -  Aún que esa no debe ser la razón.

- Tiene algo que ver con la pócima. Estoy seguro - menciono eufórico Aybo.

- Garu ... - Ring Ring llamo su atención - Como es posible - había olvidado completamente a sus compañeros. Él no quería decirle que había pasado con la ojinegra - ¡Habla! 

- Que es lo que pasa - dijeron al unísono los demás.

- Pucca sabe casi todo - menciono el ninja de coletas - Sabe que le hemos estado engañando durante todo este tiempo. Sabe sobre nuestra farsa.

Ching estaba anonadada, sin decir nada. Mi mejor amigo me agarro del brazo - Como ... - Baje la cabeza sin responderle - Acaso rompiste el pacto, idiota - me parecía gracioso que pensara que había hecho tal cosa. Siempre había pensado que sería el quién lo hiciera.

- No - lo encaré - Me la encontré y hablamos. Estaba extraña ... - me liberé de su agarre - Sabes lo que significa, ya no tenemos que ocultarnos y más ahora que sus tutores no estarán. Somos libres de elegir ...

- ¡No sabes de lo que hablas!

- No ves que volveremos a ser los mismos - me golpeó.

- No tienes idea de lo que pasará - salió de la casa azotando la puerta.

- Eso no puede ser - la voz de la chica con la gallina era de miedo - Eso es imposible ... Ella no puede ... 

Río - De que te preocupas ... Ella no ha recuperado sus recuerdos. No sabe que es lo que le hicimos - Miro a la peli azul que había permanecido callada - No sabe quién eres - ella permanecía inerte - Yo te protegeré.