Luz (Tobecca)

Sentimientos

Entre dando un portazo. Se había atrevido a amenazarme y no me iba a quedar de brazos cruzados - ¡Hikaru! - Mande a llamar al oficial encargado de esta base. Era uno de los hombres más leales y confiables que conocía. Además de poseer una gran destreza con las armas. El suso dicho se acercó con paso firme hacia mí. 

- A sus órdenes ... Señor - dijo casi gritando.

- Triplicarás la seguridad- pronuncié con voz autoritaria, a pesar de que estaba furioso por dentro y quería que ese sentimiento se apoderaba de mi cuerpo, tenía que mantener la calma. No podía dejarme manipular por ese idiota, hacer una tontería solo por mis impulsos - Envía a un escuadrón de vigilancia, ahora. 

- Señor es muy presipitado....  

- ¡No quiero peros! Quiero saber todo lo que hace y no hace Garu, ¡Entendiste!

- Enviaré a mis mejores hombres - hizo un puño con su mano, se golpeó el pecho para luego inclinarse en modo de despedida. Lo vi llamarlos uno a uno, me dirigí al túnel subterráneo que conectaba la mayoría de mis bases. A pesar de que sabía que algún día tendría que enfrentarme a ellos para protegerla, y haber formado uno de los más fuertes ejércitos de china, tenía miedo de perder. No cumplir mi objetivo, que la mujer que amo muera y no pueda hacer nada.

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Forme un pequeño remolino en la palma de mi mano. Había salido para tomar un poco de aire, mire el cielo y se me hizo imposible no pensar en mi madre. No tenía muchos recuerdos de ella, pero sabía que me amaba mucho. A veces me preguntaba que hubiera sido si ella nunca hubiera bajado a la tierra.  Nada de esto hubiera ocurrido, forme un puño. Sentí los pasos de alguien acercase a donde me encontraba. 

- ¿Qué perturba tu mente? - dijo cerca a mi oído. Su voz tan grave y varonil me hizo estremecerme.

Trato de tocarme, pero me alejé de él - Los demás están adentro, te han estado esperando por horas - dije mientras trataba de encontrar la perilla de la puerta.

- ¿Qué te ocurre? - me acorralo contra la puerta y pego su cuerpo a mí. Mi cuerpo se tensó por su repentina cercanía.

- Estoy bien - dije lo más normal que pude.

- Mientes - Se pegó más a mí, podía sentir su miembro rozar mi trasero - Dime que es lo que sucede - Lo había hecho enfadar - No estas contenta, acaso. Voy a destruir lo que impide nuestra felicidad - pronuncio.

Baje mi mirada - No entiendes - logre susurrar.

-Entonces hazme comprender - golpeo la puerta con su puño - Porque no puedo ver tu bella sonrisa. 

Me giré para poder encararlo - No solo la matarás a ella ... - Me quede en silencio, pues lo amaba demasiado y quería su felicidad. Aunque eso me cueste la vida.

- Que quieres decir - logra sacarme de mis pensamientos. Con todas las fuerzas que tuve logre sonreírle.

- No es nada importante - Me acerque a su rostro, bese sus labios - Solo es que estaba molesta por hacerme esperar - Me tomo de la cintura e hizo que rodeara su cadera con mis piernas.

- Haré como si te creyera, pero tarde o temprano me lo dirás, Ring Ring - se había acercado a mi cuello y olido mi perfume - Ellos pueden seguir esperando, necesito a mi mujer en mi cama. ¡Ahora!

Lo volví a besar - Será para más tarde, Garu - ronronee - Será mejor que entremos ... - Pude abrir la puerta. Haciendo que él me siguiera.

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Desde una de las ventanas podía vislumbrar a mi dulce ama dormir. Había pasado por mucho en los últimos días, haber visto como su vida se derrumbaba fue muy doloroso para ella.  A pesar de que deseaba acercarme le, no se me era permitido, tenía que cuidarla desde las sombras.

- ¿Otra vez aquí? -  hice como si no hubiera oído nada y seguí con mi labor - Debería dar la alarma, ¿no crees? 

- Has lo que quieras - le respondí.

- Me sorprende que no hagas nada para detenerlo - menciono - Deberías ir a vigilarlo, ahora que ha terminado su conversación con el amo. Estoy seguro de que está planeando algo.

- Es demasiado obvio lo que quiere hacer, Payaso. Pero mi prioridad es que ella este a salvo - Me tomo por el hombre y me obligo a verlo.

- Pues tendrías que hacer bien tu trabajo - su voz me era irritante - Mi señora ha sufrido mucho y no has hecho nada para impedirlo. Mi señor, en cambio ha dado su mejor esfuerzo para apaciguar dicho dolor.

- No puedo interferir a menos que mi diosa me lo solicite - declame. Sabía que quería hacerme enfadar, pero eso no funcionaria conmigo.

- Eres el peor guardián que he visto - Afirmo.

- Solo soy un simple sirviente que sigue órdenes.

- Al menos dile a Tobe lo que sabes - reitero - No sé cómo puedes quedarte de brazos cruzados.

- Lo haré cuando la ocasión se presente - dije lo más calmado que pude.

- Mientras esperas ella esta a un paso de morir ...

- Iré a ver a mi diosa, con tu permiso - Sus palabras habían sido como un balde de agua fría en mí. Necesitaba hacer algo para detener a Garu, aunque mi vida y mi reputación se vengan abajo, la hija de mi ama no iba a perecer estando bajo mi cuidado - Trataré de que me permita actuar.

- Espero que la convensas, sé que ella puede ser muy dura contigo. Pero no creo que quiera ver morir a su única hija.