Capítulo 15: Chicle en el zapato

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A la mañana siguiente Dulce se fue feliz al trabajo. Decidió tomar un taxi como lo había hecho los otros días luego del trauma del metro en hora punta. Pensaba comprarse una bicicleta para así hacer ejercicio, ayudar al medio ambiente y que le saliera más económico.

Llegó a La Oficina un poco tarde porque se le había pegado un chicle en el zapato al salir del taxi. No le pareció tan terrible, pues seguía con buen ánimo por la tarde de ayer.

Estaba entrando a las oficinas cuando vio que todos sus colegas estaban afuera conversando. Miró a los alrededores buscando la causa de porque estaban ahí cuando vio una ambulancia cerca de ahí.

-¿Qué pasó?- preguntó Dulce cuando llegó al lado de sus compañeros.

-Maite perdió el conocimiento, de nuevo- le explicó la jefa de departamento. Se llamaba Mercedes y para su edad avanzada, era muy activa.

-¿Maite? ¿De nuevo?- preguntó Dulce sin entender nada. May no le había dicho nada de que se había desmayado.

-Si, es tercera vez que se desmaya, le decimos que vaya al médico, pero dice que no le pasa nada- le dijo Mercedes.

-Ahora vuelvo-.

Dulce se dirigió a la ambulancia, pero antes quiso hablar con doctor que estaba llevando un maletín de primeros auxilios.

-Hola, buenos días -lo detuvo- ¿Cómo está Maite?-.

-Ya recuperó el conocimiento y está estabilizada-.

-¿No la llevarán al hospital?-.

-Fue un desmayo y la paciente ya está mejor. Tampoco ella quiere ir y no nos la podemos llevar sin su consentimiento-.

-Pero es tercera vez que se desmaya- exclamó Dulce.

-Dice que son síntomas de su embarazado- excusó.

El enfermero se subió a la ambulancia.

-Gracias ¡Por nada!- dijo molesta.

Se acercó a la parte trasera de la ambulancia donde Maite estaba sentada mientras que alguien le tomaba la presión.

-Ya se le bajó la presión señorita- dijo el enfermero.

-¿Entonces ya me puedo ir?- preguntó Maite.

-Si señorita, ya sabe si se sigue sintiendo mal o siguen estas pérdidas de conocimiento tiene que ir al doctor-.

-Si se, muchas gracias-.

Maite se levantó mientras el doctor arreglaba las cosas.

-¿Por qué no me habías dicho que te desmayaste?- le preguntó Dulce preocupada.

-Porque sabía que ibas a ponerte como lo estás ahora- dijo Maite rodando los ojos.

-¡Claro que me preocupo si eres mi amiga! ¿Cuántas veces te ha pasado esto?-.

-Esta es la cuarta vez que me pasa, pero es normal, son síntomas del embarazo- y empezó a avanzar.

-¿Perder el conocimiento?- preguntó Dulce. No le creía nada.

-Si, además el estrés del trabajo se junta con esto- se excusó Maite como si fuera totalmente normal.

-¡Pues pide licencia! ¡No puedes estar así! ¡Estás embarazada! Llevas una vida dentro de ti-.

-Por eso mismo no puedo pedir licencia ¡Voy a tener un hijo y estoy sola! Debo tener dinero guardado porque un bbé te pide mucho dinero ¡No puedo permitirme estar descansando ahora! No tengo muchos ahorros y además mi familia no me va apoyar ni emocionalmente ni económicamente- se le podía ver en su semblante que estaba enojada.

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