Capítulo 48: No hay mucha diferencia

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Ambos se separaron para respirar. Christopher limpió las lágrimas que habían caído por los ojos de Dulce.

-¿Es en serio?- preguntó Christopher.

Dulce asintió con una sonrisa.

Christopher la volvió a besar con mayor pasión, lo que Dulce recibió encantada. El la levantó y la llevó hacia la habitación

-¿Pero es enserio?- pregunto nuevamente luego de depositarla en el colchón.

Dulce agarró su camisa y lo trajo para si.

-Que si tonto- le pegó en el hombro y lo besó.

-¿Tonto?- preguntó separándose.

-Mi tonto- comentó Dulce atrayendo su cuerpo. Por un momento la mente de Dulce se alertó, había dicho que era su tonto, sentía que era demasiado.

-Me gusta más como suena así- y le besó el cuello.

Dulce olvido totalmente la inseguridad que había sentido segundos antes para llenar su mente totalmente de placer.

-Eres preciosa- Christopher le beso la coronilla de la cabeza abrazándola.

Dulce sonrío en su pecho. Estaban en esa parte del atardecer que era preciosa llamada arrebol. Donde el cielo se pone de colores naranjas y rosados. Habían pasado unas horas bastante... agitadas por decirlo así y ahora estaban abrazados por debajo de las sábanas.

-¿Tienes hambre?- preguntó Christopher.

Dulce levantó la vista hacia el -Demasiada- admitió.

Christopher rió -¿Qué te parece si ordenamos algo para comer? Me da mucha flojera hacer la cena-.

-¿Desde cuando haces tú la comida?- preguntó Dulce graciosa.

-¡Siempre la hemos preparado juntos!- se defendió.

-Tu solo la embarras, yo tengo que limpiar tus desastres y luego cocinar-.

-Ah bueno, pero yo le doy la diversión al arte de cocinar- le guiñó el ojo y le apretó la mejilla.

Dulce sacó la mano de Christopher de su mejilla -Au, me duele -alegó- ¿Por qué no pedimos sushi?- sonrió.

-¿Sushi? Me gusta- Christopher se levantó completamente desnudo y fue a llamar desde el teléfono de Dulce. Dulce se sonrojó nuevamente ante tal acto de comodidad. Estaba caminando desnudo por su casa y no le entraba en la cabeza todavía.

No podía creer lo que estaba pasando en ese momento ¿Era real? ¿Él estaba ahí? Todo pasó tan rápido, hace unas pocas horas se le había declarado y parecía que estuviera en un sueño. Simplemente era demasiado perfecto para ser verdad. Ahora tenía que actuar con lentitud, paso a paso. No podía lanzarse a hablar de sentimientos tan rápido con él.

Christopher volvió a la pieza. Dulce trató de mantener su mirada solamente en su cara porque no quería sonrojarse en frente de él.

-El pedido llega en media hora- comentó Christopher tirándose a la cama.

-Entonces vamos a poner la mesa y vestirnos- Dulce trató de levantarse de la cama pero Christopher la empujó hacia abajo.

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