ENTRE DOS MUNDOS [TT]

1. Torpeza es mi segundo nombre

El tiempo pasaba, y los días no cambiaban. Las voces tranquilizadoras no servían para nada, ya que nadie sabía el choque de problemas que se formaban en mi mente.

Los días pasaban y todos los intentos por lograr cambiar algo tan insignificante como es un pedacito de mi vida me eran inútiles.

No tenía ganas de juntarme con nadie, lo único que quería era hacer revivir a mis oídos con emociones y sentimientos que me hicieran despertar de la horrible pesadilla que estaba inundando mi vida por completo. Caminaba con el regazo agachado y con mis pies dando pasos firmes, intentando expresar una sensación de seguridad que no existía realmente.

Empecé a caminar más deprisa, sin saber por qué lo hacía. Mi cuerpo quiso hacerme creer que podía volar, asi que hice algo parecido para librarme de mi tensión y estrés. Corrí, corrí como no lo había hecho nunca, me sentía libre pero algo me impidió seguir. Cuando me quise dar cuenta, me encontraba rodeada de un grupo de personas mirándome con cara de asombro y preocupación, pero no era a mí a la única a la que observaban. A mi lado se encontraba un chico de unos 17 años con pequeñas pecas en los pómulos y unos ojos azules que cegaban al mirarlo.

El chico intentaba hablarme, pero estaba demasiado ocupada para poder responder. Me había quedado enbobada mirando su rostro hasta que volví en mí:

- ¿Qué...qué ha pasado?- Mi cuerpo está dolorido y mis rodillas y nudillos destrozados.

Mientras él me mira impresionado, con cara de no entender lo que he preguntado:

- ¿Todavía te ves tan inocente cómo para preguntarme qué ha sucedido? Íbas corriendo como si alguien estuviera persiguiéndote y te has desviado tanto que me has atropeyado y ni siquiera me has pedido perdón.

Dice con un último suspiro mientras mis ojos empiezan a nublarse y lágrimas amenazan con salir de ellos. Con el único sónido que mi voz puede emitir digo:

- Yo...yo no sé, no recuerdo nada. Supongo que, lo siento, lo siento mucho, yo no quería...no quería nada de esto ¿vále?

- ¿Qué no querías nada de ésto? ¿a qué te refieres con "ésto"?

- Mi vida es un auténtico remolino de desastres constantes. Solo me ocurren cosas malas...estar en mi casa es insufríble...yo solo quería librarme de todo...ser feliz por un momento.- Las finas gotas caen y se posan en mis mejillas.

Veo como la expresión del chico cambia al instante, me mira con expresión cansada, supongo que esperando que no siga contándole mis penas. Soy incapaz de moverme y pasamos un rato así, en silencio y yo siendo incapaz de mirarle.

Lentamente se separa un poco de mí y de mi boca solo salen palabras que arruinan el incómodo silencio.

- ¿Por qué no hablas ni dices nada?-Veo como una pequeña risa pesada se escapa de sus labios.

-No lo sé, supongo que tú harías lo mismo si fuera yo. Oye...aunque sé que antes he sido algo grosero, lo siento, no pretendía serlo.

-No pasa nada, tranquilo asumo toda la culpa.- sonrío-Al fin y al cabo pareces un chico muy majo, no me importaría conocerte mejor.

- ¿Estás insunando algo?-Puedo sentir que con esas palabras mis mejillas se han tornado lo suficientemente rojas como para que él se de cuenta de ello.

-Por favor, cambiando de tema, ¿podríamos ir a algun sitio dónde pueda sentarme y curar mis heridas?

-Claro, ¿necesitas qué te ayude o, puedes sola?- Pregunta encarando una ceja y yo ruedo los ojos.

-Ja, ja, ja no tengo 3 años niñato, por cierto, ¿cómo te llamas?

-Ryan, Ryan Collins

-Yo soy Jennifer Walters

-Me parece que te queda mejor "Jenn"

-Mira ahora mismo no me importa como quieras llamarme-doy un pequeño bufido- por favor demonos prisa, veo que hago las preguntas siempre en el peor momento...

-Tú te dices todo nena- mis ojos se fijan en su boca al oir su última palabra

- ¿En serio, nena, Jenn? ¿qué va a ser lo próximo? ¿Princesa? te advierto que no me van esas chorradas.

-Cada cosa a su tiempo.

Dicho esto, me ayuda a ponerme en pie y nos vamos hacia el hospital más cercano para que observen las leves heridas causadas por la caida. Tradan mas de 2 horas en atendernos y al salir de allí mientras caminamos hacia mi casa Ryan como me ha dicho que se llama, habla de nuevo:

- Ahora que lo pienso, no te he preguntado; ¿ cuántos años tiénes?

-Tengo 15 ¿tú?

-Tengo 16

-Bueno, debo irme y creo que tú también ¿no?- Mi rostro cambia por completo. Otro día más de discusiones inecesarias y lloros continuos. La verdad es que no quiero regresar a casa...odio ese lugar desde hace demasiado tiempo.

- ¿Ocurre algo?- Pregunta de nuevo Ryan haciéndome volver a la realidad.

- No, no es nada...solo que, bueno no importa. Tienes razón se ha hecho tarde y debo irme.- digo con la cabeza cabidbaja-Espero volver a verte Ryan- digo dejando un beso en su mejilla.

-No te preocupes por eso...hace rato que he decidido que esta no será la última vez que volvamos a vernos.