32. La valentía de una pequeña bestia

106 31 11
                                    

NARRA JENNIFER

19.45

Me encuentro tumbada en el suelo de esta repulsiva habitación, esperando a que Jules se digne a venir a por mí para ir a esa estúpida presentación.
¿Qué se crée ese tal Ánthony? ¿Qué va a intimidarme al tratarme con desprecio?

"Ingénuo"

Estando aquí encerrada me esta sirviendo para recapacitar demasiado deprisa.

Mis manos se enredan poco a poco entre los largos mechones de mi pelo mientras termino de hacerme una trenza de espiga que dejo caer a un lado de mis hombros.

La puerta del pequeño cuarto se abre de golpe dejando ver a un Jules mirándome con los ojos como platos.

-Jules, ya te echaba de menos...creía que te habías olvidado de mí-digo con sarcasmo y una carita triste.

Abre la boca y la cierra constantemente sin poder hablar mientras no deja de observar mi vestimenta.

- A Ánthony no va a gustarle verte así-dice señalando mi corta camiseta negra y mis shorts azules junto a mis Convers.

Con una sonrisa me acerco a él poniendo mis dedos bajo su barbilla para que aguante mi mirada:

-¿Ves qué me importe algo de lo que ese cabrón dice?-alzo las cejas viendo como traga saliva con algo de esfuerzo-Además, no me habeis dejado maquillaje para arreglarme.-digo dándole una sonrisa ladeada.

-Jennifer deberías cambiarte sino quieres que Anthony se enfade.

Una pequeña carcajada se escapa de mis labios al oirle su terrible advertencia-Vamos Jules, no seas plasta y dejame disfrutar de esta noche.- tomo su mano y salgo con él hacia el pasillo- No voy a ser la niña buena que él espera que sea...creeme, estoy deseando que me vea.

(...)

El trayecto hasta aquel lugar donde se va a dar la importante reunión se me hace eterno. Nada más y nada menos porque cuando Jules me pillo desprevenida ható mis manos con unas esposas metalicas tapando mis ojos después.

Cuando parecía que el gran chico popular, jugador de lacrosse empezaba a caerme bien todo se ha esfumado de entre mis dedos.
Estar en este lugar, atrapada junto a este hombre está dándome que pensar. Como por ejemplo: que esto no ha hecho más que empezar, quieren jugar...yo empezaré haciendo el primer movimiento para saber quien se atreve a seguir con la partida.

Para cuando las manos de Jules quitan la gruesa cinta de mis ojos, me encuentro en una sala de al menos 20 persona, entre ellas adolescentes observándome fijamente sin quitarme la vista de encima. Esto debería estar incomodándome pero en vez de eso ruedo los ojos buscando a Jules:

-¿Vas a quitarme esto de las muñecas o todavía crees que soy lo suficientemente peligrosa como para acabar con la vida de cada una de las personas que hay aquí?

Solo veo a un chico más o menos de mi edad que sonríe ante mi pregunta mientras los demás permanecen en silencio. Julian suelta las piezas metálicas dejando así libres mis manos.

Camino radiante hacia el asiento que hay justo al lado de Ánthony, él cual se encuentra completamente tenso con los puños apretados por la rabia.

Sigilosamente me acerco a su oido para susurrar:

-Papi, espero que te guste mi ropa- sonrío maliciosa-porque esto es lo más elegante que vas a verme en toda tu vida.

Un gruñido por su parte me hace saber que no va a montarme un alboroto aquí. Sonrío a todos los presentes sin dejar de observar con detenimiento a aquel chico que me ha sonreido hace escasos minutos.

ENTRE DOS MUNDOS [TT] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora