28. Tener los ojos abiertos y aún así, no ver nada

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NARRA JENNIFER

Jules conduce a toda velocidad, como si faltasen 5 minutos para que se acabase el mundo. La música suena a todo volumen mientras él y yo tarareamos a la vez.

10 minutos pasan de las dos de la tarde. Nos hemos saltado unos pocos minutos de la última clase, que por cierto, era matemáticas.

Ahora mismo, debería estar hablando con Ryan, dándole alguna que otra explicación sobre mi repentina lejanía.

Aunque Julian y yo hayamos tenido algún que otro rocecillo, en estos últimos días, hemos estado más apegados que de costumbre. Él me ha contado que siente haberme dado malas expectativas y que no quiere nada conmigo. Esto último, me ha dejado algo descolocada y tranquila a la vez, ya que viendo lo mal que él y Ryan se llevan, no soy yo la que merezco estar en medio de esa constante lucha.

-¿En qué piensas?- pregunta Jules ofreciéndome una sonrisa ladeada.

-En nada-digo dándole un gesto parecido al suyo-¿falta mucho?

-No-ríe-no seas impaciente

La verdad es, que solo le pregunto para cambiar de tema y porque las piernas se me empiezan a cansar de estar tanto rato sentada. No estoy impaciente por llegar, sino por contarle lo que llevo casi más de un día entero ocultando.

No logro encontrar una respuesta coherente a la propuesta de Mark. ¿Por qué quiere qué me aleje de Ryan?

-Ya hemos llegado- me anuncia Jules que abre la puerta saliendo del auto al exterior.

Recorro con la mirada el sitio en el que nos encontramos, hasta que el sonido de mi móvil interrumpe mis próximos movimientos. Al mirar la pantalla, me siento descolocada de nuevo y furiosa a la vez.

<< ¿Dóndo estás?>>-Mark

<<No te importa>>-Yo

Contesto de una manera borde y cortante mientras guardo mi móvil en el bolsillo trasero de mi pantalón. Salgo porfín al exterior intentando seguir los veloces pasos de Julian, pero se me hace completamente imposible aguardar cerca de él.

-Jules, espera, vas demasiado rápido.

-Vamos, no queda mucho.

¿A dónde piensa llevarme? Necesitaba intimidad, pero tampoco tanta como para irnos a las afueras de la ciudad.

A cada paso que damos, la luz es mas tenue y las calles mucho más estrecha que hace escasos pasos atrás. Mis pulsaciones son demasiado rápidas y un repentino cansancio está camuflándose en mi pecho.

Sin poder aguantar su ritmo, freno y flexiono mi cuerpo apoyando mis manos en las rodillas.

Necesito sentarme, necesito parar. Ultimamente me canso con demasiada facilidad, y no creo que eso sea bueno.

Noto la pequeña caricia reconfartante en mi espalda por parte de Jules y me incorporo de nuevo.

Observo con detenimiento el lugar, un callejón abandonado, con excasa visibilidad.

-Veo que has elegido un lugar perfecto-río sarcástica- es un callejón repugnante.

-Bueno, aquí nadie podrá vernos ni oirnos- me gustaria debatirle esa reflexión, pero no quiero perder más tiempo- Cuentamé, ¿qué ocurre?

-Verás, ayer me sucedió una cosa bastante extraña- él se limita a asentir mientras yo prosigo- Mark ¿sábes quién es?-niega- ¿el hermano de Ryan?-asiente de nuevo- Bueno, me hizo una propuesta bastante tentadora y acabé aceptando. Sé que por un lado he hecho bien pero...

-Pero... ¿de qué se trata?

Callo y guardo silencio. Recapitulo y recapacito mis próximas palabras eligiendo las que creo más convenientes.

Un estruendo suena a nuestro alrededor y tengo que apoyar mis brazos en la pared para no perder el equillibrio.

Seis personas apaecen de la nada, rodeándonos y empiezo a temer lo peor. No puedo ditinguir sus rostros, ya que los tienen tapados. Dos de aquellas personas, por lo que puedo ver y analizar, son dos chicas.

-¿Qué ocurre Jules?-cuestiono comenzando a temblar

Se dispone a negar repetidamente hasta que tres de ellos agarran su cuerpo y hacen lo mismo conmigo.

Grito mientras noto mis lagrimas comenzando a camuflarse en mis ojos, cansados ya de pasar miedo y expulsar mi dolor por ellos. Los cierro, quiero que esto acabe cuanto antes.

Noto la cálida mano de Jules entrelazándose con la mía. Sus cálidos dedos me dan seguridad, como en aquella exposición que hicimos juntos, en la que me dió fuerzas para continuar y no venirme a bajo.

-Ey, Jennifer-oigo su voz pero no me atrevo a mirarle- Jennifer miramé- lo hago con delicadeza intentando tener mi rostro intacto, sin ninguna expresión.-Todo saldrá bien, nunca dejaría que alguien te hiciera daño.

Sus palabras se esfuman cuando cierro los ojos y espero el golpe, las palabras o cualquier señal que logre hacerme entender esta extraña situación. Pero en lugar de eso, noto una jeringilla en mi cuello, quebrando mi piel y abriéndose paso entre mis venas.

Todo se vuelve negro, pero yo sigo consciente.

Oigo palabras sueltas,al azar, sin ningún sentido. Alguien lleva mi cuerpo en brazos. No puedo moverme, lo intento, pero no logro hacer nada al respecto.

¿Qué me está pasando?¿qué nos han hecho? Mejor dicho...¿qué me han hecho?

Esto que siento, es diferente a todo lo demás, a todo lo anterior.

Esas personas parecían ser jovenes, más o menos de la misma que edad qué nosotros...¿por qué motivo hacer lo que han hecho?
No le veo sentido.
No le veo sentido a nada.

Noto como me quedo tumbada en algo, en un sitio firme donde nadie me toca ni me lleva en brazos.

Esto me pinta muy mal. Un chirrido y una puerta se abre.
¿Cuánto tiempo ha pasado desde el callejon?
No lo sé, estoy perdida, sin visivilidad y por lo que noto, también inmóvil.

Intento pronunciar algunas palabras, pero mi garganta parece no ceder.
Abro la boca y la cierro sin parar, sin lograr nada, quedándome al borde del intento.

No me queda otro remedio que esperar. Ser paciente y esperar.
Porque se que Jules me sacará de esto. Me ayudará y hará que todo vuelva a ser normal dentro de lo que cabe.
Lo ha prometido. Ha prometido que nadie me haría daño, aue nunca dejaría que nada ni nadie me dañara.

Pero ¿cómo puedo estar segura de eso?

No lo sé, a estas alturas solo puedo cruzar los dedos y esperar que todo salga bien

ENTRE DOS MUNDOS [TT] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora