33. Mil maldiciones atrapadas en mi garganta

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NARRA RYAN

-Para, por favor Ryan- ríe Jenn mientras le hago cosquillas.

Mis manos se cuelan bajo su camiseta mientras ella las agarra obligándome a parar. Una muy curvada sonrisa por su parte me hace acercarla a mi y dejar un cálido beso en su frente.

-¿Qué ocurre?- pregunta notando mi terrible malestar-Llevas extraño toda la tarde.

-Nada-digo algo cortante, no quiero hablar de ello.

-Vamos, sabes que puedes decírmelo.-acaricia mi mejilla y aparto su mano con brusquedad. No quiero sus caricias.

Veo como se incorpora y se levanta de mi cama. Su rostro está dolorido y su postura cabidbaja refleja el cansancio en su mirada.

-No, vamos Jenn, espera-digo cogiéndo su mano impidiendo que logre salir de la habitación.

-No, déjame-dice soltándose pero yo vuelvo a atraerla hacia mí juntando nuestros labios. Me aparta furiosa y su mano impacta contra mi mejilla.-No vuelvas a besarme, no todo se arregla con tu boca sobre la mía, no todo se arregla en tu habitación. Las cosas hay que hablarlas y sobretodo tener confianza en el uno y en el otro.

Acaricio con los dedos mi mejilla ahora tremendamente dolorida. La furia me corroe y ya no controlo lo que hago.
Me levanto y me aproximo hasta ella con rabia. Intenta encararme pero agarro con fuerza sus manos antes de que llegue a empujar mi pecho.

-¿Qué te importa a tí lo qué me pase?-pregunto elevando mi voz- Estoy arto de que estés siempre junto a Julian y todavia me niegues que no hay nada entre vosotros.

-No tengo nada con Jules, ¿cómo quiéres que te lo diga?- su voz se quiebra y aflojo mi agarre al verla tan débil.-Ryan, tienes que creerme.

"¿Tengo qué hacerlo?"

-Vete-espeto con rabia- detesto la persona en la que te has convertido.

La puerta se abre y me quedo mudo.
Jennifer intenta esconderse detrás de mí.

-Ves papa, te dije que estaría aquí, siempre esta junto a él.-dice Jules mientras aquel hombre que mató a mis padres aparece de nuevo.

Apunta con la pistola justo entre mis ojos. Va a matarme, va a acabar con todo y después la matará a ella.
Soy incapaz de moverme. Ni siquiera cierro los ojos, solo espero el disparo. Ese disparo que nunca llega, porque ahora es ella quien yace muerta en el suelo, después de haberme salvado la vida.

Joder. Otra noche igual, las pesadillas retoman su curso en mi mente.
Algo profundo se camufla en mi pecho. Y duele, lo hace constantemente, cada vez que mis horripilantes pesadillas cabalgan en mi cabeza.

"Miedo, eso es lo que és."

-Ryan, ¿estás bien?- pregunta mi hermana aparaciendo en el umbral de la puerta que hace excasos segundos estaba cerrada.-Te he oido y...

-Sí, solo es lo mismo de siempre-digo cansado, agotado.

Entra dentro del cuarto y cierra de nuevo con delicadeza.

Aunque este oscuro, puedo ver sus pies descalzos caminando despacio hasta topar con mi cama.

Se sienta en el colchón junto a mí, abrazando mi cuello, acariciando mi nuca. Un pequeño gesto que me hace recordar a Jennifer y a alguien más.

-¿Nunca has tenido esa sensación? Creer estar vacío, olvidar que tienes sentimientos, odiarte a ti mismo. Estar confuso, no saber que hacer, ni decir. Solo, solo estar callado e intentar que todo el dolor que sientes por dentro se mantenga ahí, en ese profundo lugar. Porque sabes que si eso sale a la luz, toda tu vida se desbordará, te asfixiarás, caerás, desaparecerás...-suspiro y la tormenta que estaba camuflada en mis ojos, ahora se expone ante la realidad-Joder, yo pensaba que esto solo sería un juego, una simple partida, que no llegaría a más. Pero esta chica me tiene jodidamente loco-sujeto mi cabeza con fuerza megando a su vez- ¿recuerdas cuándo no me importaban las chicas?¿cuándo solo eran un método de distracción? Todo eso ha cambiado-encamino mi mano hacia el paquete de cigarrillos, pero antes de poder cogerlos los dedos de Daya me lo impiden y la miro con súplica, rogándole que deje ahogar mis penas de esa forma- Yo no tendría que estar sufriendo por Jennifer, no tendría que estar sufriendo por nada, no tendría que importanrme nada que tenga que ver con ella.

-Pero te esta importando, y por eso estas intentando que se mantenga a tu lado de cualquier modo.-termina diciendo mi hermana.

-Sí...y odio esta sensación.

-Es normal- la miro de reojo- tienes miedo de no poder estar a la altura de este sentimiento, de no poder controlarlo.

Río al ver la terrible conversación que estoy teniendo con Daya y ella se une a mí. Su mano se mueve por mi espalda, reconfortándome.

-Volverás a estar con ella pequeño lobo.

"Pequeño lobo, suena bien"

Derepente aparece Mark entrando en la pequeña sala encendiendo la luz.
Su voz entrecortada y su respiración ligeramente agitada ne confirman que algo ocurre.

-¿Es qué acaso estáis sordos? El timbre lleva sonando un buen rato.-exclama mi hermano poniéndose una camiseta para taparse.

Me levanto apartándo a mi hermana la cual estaba apoyada en mí.
Esto me da un muy mal presentimiento.

Bajo los escalones con suma delicadeza intentando hacer el menor ruido posible. Golpes desesperados se escuchan cada vez más bajos, más lejanos...

Jennifer.

-Ryan tranquilo-dice Daya al ver que estoy empezando a convertirme. Mis garras se clavan en las palmas de mis manos haciendo que de estas goteen sangre innecesaria.

Abro la puerta de una vez por todas.

Alrededor de seis hombres rodean un cuerpo que yace inmóvil a mis pies.

Respira Ryan, respira.

No me atrevo a mirar al suelo, soy incapaz de hacerlo, no puedo...simplemente no tengo el valor suficiente.

En cambio, miro al frente, donde encuentro a la persona que más he detestado desde que tengo uso de razón.

-Hijo de...

No aguanto y me tiro sobre él esquivando el cuerpo débil de Jenn.

Tranquilo-dice éste- si me tocas, no tendrás tiempo para darle un último beso a tu princesa.

No puedo odiarlo más. ¿cómo puede existir persona tan despreciable en la faz de la Tierra?

Todas esas armas apuntando al cuerpo amoratado y malherido de Jenn me hacen no saber reaccionar a nada, como si me hubiera quedado clavado en el suelo.

-Veo que todavía me recuerdas-dice el hombre apoyando sus sucias manos en mis hombros-Todavia recuerdas lo que pasó...

Y con esas últimas palabras, mis pesadillas se hacen realidad.

Dedicado a mi fiel compañero y amigo socramTargaryen te quiero bastardo😉💗❤

ENTRE DOS MUNDOS [TT] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora