45. El adiós a medias

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-¿Estás segura de que en un baile de fin de curso se lleva un vestido tan...tan elegante como éste?

-No lo creo,lo sé-afirma Daya con total seguridad

-¿Y cómo voy a andar con estos tacones?-muevo mis piernas mientras me ojeo en el espejo una y otra vez-¡Voy a matarme!

-Dame la mano- dice posando un dedo bajo mi barbilla, quedando frente a frente con nuestra mirada a la misma altura,ya que ella es un poco más alta que yo-Tu hermano va a darte la mano, no tienes porque preocuparte.

Mi mandíbula se desencaja al escuchar como ha llamado a Jules y tapa su boca ante mi reacción.

-Perdona, debí haberte dicho que Ryan me lo había contado-tapa su rostro avergonzada y niego.

-No te preocupes-la tranquilizo quitando peso al asunto- ¿Ryan te ha dicho algo más?

Sus ojos se posan en los míos y agarra mis manos. Niega algo confusa y habla de nuevo:

-¿Tendría que saber algo?-cuestiona

-No, no, yo solo...bueno, no estamos pasando un buen momento-admito por fín.

-Sabes que no importa que sea mi hermano, no voy a permitir que te dañe.

-Gracias, de verdad...por cierto

Justo cuando estoy a punto de contarle lo más importante, el timbre de casa suena y me dirijo al baño para terminar de retocarme mientras Daya baja a abrir.

Un calor se camufla en mi pecho, imaginando por un momento que quien está esperándome abajo es Ryan en vez de Jules.

Muevo de izquierda a derecha mi cabeza obligándome a dejar de pensar en eso y salgo.

Me miro una última vez al espejo, alisando el largo vestizo azulado, con pequeñas piedras que decoran mi busto y parte del tronco. Compruebo que mis labios están bien pintados y comienzo a bajar las escaleras con cuidado.

Al llegar abajo, cojo mi bolso y me acerco a la entrada, quedándome estupefacta.

-Vaya, ¿me he perdido algo?-indago sonriendo, haciendo que Daya y Jules dejen de besarse.

-Hemos vuelto-contesta él al ver que ésta se encuentra ruborizada.

-Bueno-contesta-Estamos ¿como decirlo? En proceso

Río por su último comentario y agarro del brazo a Jules.

-Tranquila loba, te lo cuidaré bien-sonrío dejando dos besos en las mejillas rosadas de mi amiga.

-¡Pasadlo bien chicos!-exclama-y sobretodo tú nena, lo mereces.

Sonrío de nuevo y comienzo a caminar junto a Jules hasta su auto.

-Estás preciosa-dice derepente, pasando un brazo por mi espalda y acercándome a su cuerpo, abrazándome.-¿Estás bien?

-Creo que sí- asiento algo temerosa-No he podido decirselo a Daya.

-No te preocupes, déjalo en mis manos.

-¿Vas a separarte ahora de ella? ¿Estás seguro?-indago

-Quiero empezar de nuevo, estudiar como un chico normal, debo hacerlo-suspira y enciende el motor del coche- Vendré a verla si hace falta los fines de semana, no puedo obligarla a renunciar su vida aquí, junto su familia y amigos.

-Tienes razón...no puedes-susurro casi para mi misma aunque se a la perfección que me ha escuchado.

Una vez estacionados en el aparcamiento, puedo oir una famosa canción.

ENTRE DOS MUNDOS [TT] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora