ENTRE DOS MUNDOS [TT]

3. Lo llaman reencuentro

Han pasado dos semanas y todo sigue igual, salvo que ya no he vuelto a ver ni a habar con Ryan.

Llego a casa y acto seguido subo a mi cuarto y me dejo caer en la cama.Hoy ha sido un día relativamente duro, con tres exámenes. Ni siquiera sé como no me he vuelto loca ni como no he confundido las ecuaciones de matemáticas con las definiciones de lengua y la historia del Antiguo Régimen de ciencias sociales.

Ni siquiera tengo fuerzas para cambiarme de ropa y acomodarme en la cocina para comenzar a comer ya que el sonido insufrible del timbre resuena en mis oídos. Al ver que no hay nadie en casa y que estoy sola aquí dentro, bajo las esaleras tomándome mi tiempo en ello.

¿Quién demonios llama a casa a éstas horas?

Cuando abro la puerta y levanto la vista con cansancio para ver quién esta frente a mí, noto como tengo que pestañear varias veces para asegurarme de que la persona que está mirándome es la que creo que és.

-¿Qué háces tú aquí?-le pregunto a Ryan algo confusa

-¿Pódemos hablar?-pregunta peinando su pelo con los dedos con ¿nerviosismo?

-Claro, pasa, estoy sola. Mis padres no llegan hasta las ocho...-¿Por qué le dás tanta información Jennifer? me interrogo a mi misma.

Observo como entra sin decir nada más y llega al salón sin dejar de admirar cada detalle.Mientras cierro la puerta veo como deja la mochila a un lado del sofa y vuelve a repetir el mismo gesto que haces unos segundos en la entrada.

-Bueno-rompo el incómodo silencio- ¿qué ocurre?

-Para empezar, me gustaría pedirte perdón por lo que ocurrió hace unos días, yo solo quería intentar ser amable contigo, pero al parecer no me funcionó muy bien-dice con una tímida y pequeña risa que hace que todas mis sospechas de que está nervioso se aclaren-Por otro lado, yo tampoco sé que quiero realmente ahora mismo...pero al menos me gustaría que intentáramos ser amigos.

Esto debe de ser una broma ¿verdad? Hay varias cosas que no llego a entender; ¿Ryan Collins está en mi casa? ¿Uno de los chicos más populares del instituto está proponiéndome que seámos amigos? Esto no puede ser real...

- Quiero que sepas que nadie, ni incluso mis padres, se han preocupado tanto por mí como estás haciéndolo tú desde el momento en que nos encontramos. No sé que está pasando para que ahora mismo estés piediendome que seamos amigos...pero supongo, - trago saliva con fuerza considerando por un momento lo que estoy a punto de decir- supongo, que acepto tu propuesta

Al oirme decir esto, el rostro le cambia rapidamente, sustituyendo su nerviosismo por una sonrisa tranquila.

-Para ser sincero- sus ojos me recorren- estos días he hechado de menos que no hablaramos.

Madre de Dios.

-Yo también- admito timidamente- por eso acepto tu propuesta de darnos esta oportunidad.

Al ver que coge su mochila de nuevo y la coloca en su hombro, le acompaño hasta la puerta y un momento incómodo se forma entre nosotros.

-Entonces, mañana nos vemos...¿no? -pregunta saliendo fuera

-Claro, por cierto, ¿cómo sabés qué vivo aquí? - una sonrisa atrevida aparece en sus labios como si estuviera esperando a que le hiciera esta pregunta.
Sin ninguna palabra más, se marcha y vuelve a dejarme plantada de nuevo.

Paso la tarde y no hago otra cosa más que pensar en la visita de Ryan. Ha ocupado todo el espacio en mi mente y no puedo hacer nada para hacer que pare de pensar en él. Solo puedo esperar a que llegue mañana para poderlo ver.

Me levanto al día siguiente y otra vez salgo de mi casa sin desayunar, pero hoy con mejor aspecto. Pero todo esto se acaba cuando me siento en mi pupitre de la primera clase de la mañana y el chico de al lado no para de hablarme. Mi paciencia empieza a agotarse y sin aguantarlo más exploto:

-¡Callate de una puñetera vez!

El profesor me observa con el ceño fruncido y con expresión seria me dice:

-Jennifer Walters, haga el favor de salir de clase, tiene una amonestación.

-¿Qué? Ha sido él quien me estaba jodien...digo molestando.-exclamo indignada y corrijo la palabra vulgar que iba a usar.

-No me importa, marchesé si no quiere que le ponga otra.

Susurrando por lo bajo sin que nadie me oiga decir las barbaridades que pasan por mi cabeza, cojo el papel que va a causarme estragos más adelante y cierro con un portazo el áula.

Después de dejar la preciada amonestación en jefatura, me dirigo a la biblioteca hasta que llegue la proxima clase. Supongo que este pequeño descanso, me vendrá bien para desconectar un poco de tanto estudio.
Ando con delicadeza haciendo el mínimo ruido posible al andar mientras observo algunos de los libros que hay en las estanterías.
Paso mis dedos por las finos perfiles de los ejemplares y veo como el polvo se adihere a mis dedos dejando un pequeño rastro gris.

-¿Qué háces tú aquí? - Al oir la voz de Ryan me obligo a levantar la vista y encontrarme con sus hermosos ojos.

Qur cursi ¿verdad?

-Hola- le saludo susurrando para no molestar a las demás personas que se encuentran aquí- nada, ya sabes profesor amargado, primera hora de la mañana...lo de siempre -digo con desesperación.

-Vamos que...te han puesto un parte - dice riendo

-Exacto imbécil, pero no hace gracia. -digo dándole un pequeño golpe en el brazo- ¿y tú...qué pintas aquí?

-Eh, ese tono no me gusta -dice poniéndose serio-¿crées qué por qué soy popular aquí, juego en el equipo de Lacrosse y las chicas me llueven del cielo...no puedo estar en una biblioteca?

Su rostro permanece sin ninguna expresión distinguible y empiezo a alterarme.

-No, yo...claro que puedes estar aquí yo no he dicho lo contrario- digo con voz temblorosa y veo que empieza a sonreirme y a reirse -eres un idiota.- le suelto

-Deberías haberte visto la cara,- dice riendo más fuerte y una chica cerca de nosotros nos chista diciéndonos que bajemos la voz.

Cojo a Ryan de las muñecas aproximándolo al fondo de la sala para que podamos hablar mejor y le miro neutral:

-No me gusta que jueguen conmigo

-Solo era una broma, no estoy jugando contigo, nunca lo haría.- sus palabras me hacen confundir y puedo notar el calor en mis mejillas.

¿Qué ha querido decir con éso? Mejor lo paso por alto.

-Voy a pasar a recogerte a las 17:30, asi que estate preparada.- Jennifer calmate seguro que esto vuelve a ser otra broma

- Estás de coña, ¿no? - pregunto

-No, en serio, no me gusta esperar, te quiero lista a esa hora- lo pienso un momento y asiento levemente con un movimiento de cabeza.

Cuando se gira y vuelve a mirar las estanterías con las novelas,puedo notar que el corazón se me va a salir del pecho. Cruzo los dedos deseando que esta no sea una de sus estúpidas bromas y giro mi cuerpo alejandome a mi próxima clase.