C. 19

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Después de dos horas seguir mirando la práctica de los chicos, decidí que lo mejor sería dejarlos seguir con lo suyo y yo ir camino a casa.

*Suena el celular... Mensaje*

"Debería de ir a tu casa hoy... Tenemos mucho de qué hablar. ❤"

No sabía de quién era el mensaje. Es decir, no es un número registrado y algo me decía por aquel corazón que podría ser Jimin. Así que creyendo que era él le pregunté.

"Jimin?"

"No puedo creer que no tengas guardado mi número 😣"

"No sabía tu número"

"Es el mismo desde hace 10 años! 😤"

"Jimin?"

"Que?"

"Seguirás mandando emoticones?"

No es algo que me moleste, claro que no, después de todo lo encuentro tierno y único en un varón, es sólo que me incomodó por la imagen mental que tengo de Jimin.

"No te gustan? 😊😘🙌💑🙏"

"No estaré en casa hoy 😞"

"Evades mi pregunta"

"Te amo"

"Y yo a ti... Pero que quede claro... Evades mis preguntas 😅"

"Te llamaré cuando esté desocupada"

"Desearía salir corriendo tras de ti y besarte"

A pesar de que hace apenas unas horas Jimin me había dicho lo mucho que me extrañaba, él no puede llegar a imaginar lo mucho que a mí me hizo falta.

Deseé día tras día ser más valiente para poder tenerlo a mi lado. Llegando incluso a odiarme por ser tan débil por desear ser dependiente de un hombre.

Ser Madre soltera era un reto que nunca creí llegar a tener y al ver a Yang Mi día tras día me recordaba a su padre, Jimin. Eso solo demostraba lo mucho que lo necesitaba. Su cariño y presencia eran solo algunas de las cosas que más extrañaba de él. 

Volví a leer el mensaje como si fuese lo que más extrañaba en estos momentos y no pude evitar soltar un pequeño grito de felicidad. La gente a mi alrededor me miraba como si estuviese comportándome como una loca. Claro, que no es común gritar mientras ves tu celular, pero no podía evitarlo. Estaba demasiado feliz como para guardarlo dentro. Necesitaba expresarlo.

Al llegar a casa no pude evitar abrazar  a Yang Mi como si fuese la última vez que la viese. La besé incontables beses en las mejillas, frente, nariz y labios. 

Yang Mi sólo se reía diciendo que le provocaba cosquillas, pero era un momento de felicidad Suprema en mí. El padre de Yang Mi me quiere, terminó con su noviazgo por mí. 

<<Al fin podré decirle la verdad de Yang Mi>>

Al recordar aquello el sentimiento de temor se apoderó de mí. Por unos segundos creí que lo mejor sería mantenerlo oculto por miles de años, pero muy en el fondo sabía que eso sería imposible. Ya he ocultado de Jimin la existencia de Yang Mi por seis años, no puedo seguir haciéndolo por más tiempo.

- Sólo espero que no me odie... - dije sin percatarme que Yang Mi aún seguía allí.

- ¿Quién? - pregunta mirándome con aquellos ojos que heredó de su padre. 

- Nadie cielo... Ven acá - dije para volver a abrazarla. - La tía Me Ri no está?

- Salió hace unos minutos atrás, dijo que volvería pronto.

- Okey... ¿Quieres un helado? 

- Si! - dijo emocionada.

- Entonces vayamos a comprarlo... 

Salimos de camino al local más cercano a casa, que se encontraba a unas tres cuadras. Yang Mi iba tomada de la mano conmigo, saltando emocionada por un helado, mientras yo me mantenía vigilante ante las señalisaciones de transito, ya que en Corea y EEUU son diferentes.

De la nada siento que alguien toca mi hombro, y al voltear una inmensa sonrisa se apoderó de mí.

- ¿Jimin? ¿Qué haces acá? ¿Y la práctica? - Jimin sonreía bajo aquellos lentes de sol y gorra negra.

- Vine a  verlas - dijo agachándose a la altura de Yang Mi. - ¿Como estás Yang Mi? - dijo dándole un pequeño beso en la frente.  Ella se cohibió por aquel acto y no dudo en esconderse tras de mí.

- Está tímida hoy - dije algo incómoda, por unos segundos me vi tentada a decirle <<Hey Jimin, cuando me fui a estados unidos me fui embrazada de ti y adivina, Yang Mi es tu hija>> pero por mucho que desee que fuese real, el miedo me consumió en ese mismo instante. 

Jimin se levanta mientras aún le sonreía - ¿A donde van?

- Mamá dijo que me compraría un helado - dijo con una sonrisa angelical. 

- ¿En serio? yo también quiero uno. 

- Ya eres bastante grande... - dije entre risas.

- Dile a tu madre que yo también quiero uno - le dijo a Yang Mi con pucheros. Ésta me mira y sonríe.

- Comprale un helado al tío Park - al escuchar la palabra "Tío" sentí como la consciencia me molestaba, y la palabra "padre" se vio tentada a salir. 

- Sólo uno - dije desviando la mirada incomoda de ellos dos. Sentí que estaba traicionando a las personas más importantes par mí. Y dolía. 

De camino a la heladería, Jimin se mantenía en constante vigilancia a su alrededor. Estaba incómodo, se notaba.

Estoy segura que en su mente quizás se pase aquel pensamiento "Sería difícil de Explicar el echo de que camino con una madre y su hija..." aún así Jimin no soltaba la mano de Yang Mi quien iba contenta de que dos personas (que no sean solo mujeres) le tomen de la mano.

Siempre ese lugar lo ocupaba Me Ri, ahora inconscientemente su padre. Era una imagen linda de ver pero atemorizante. Temo que Jimin me odie, al igual que Yang Mi al haberles ocultado la verdad por tantos años.

Al llegar Jimin se sienta en el lugar más lejano y alejado de la vista de los visitantes. Mientras, yo pedía los helados.

- Si te comportas así todo raro la gente sospechará de ti - dije trayendo los helado. Jimin sonrió algo incómodo para luego tonar su helado y comenzar a comer de él.

- Sabroso - dijo sin mirarnos a los ojos.
Yang Mi estaba en la misma condición, ambos totalmente locos por sus helados, no prestando atención a lo ajeno. No pude evitar sonreír al ver lo parecido incluso que eran en sus gustos.

- Ustedes son iguales - dije desviando la mirada de Jimin, esparando a que entendiera mi breve y pequeña indirecta.

- ¿Quién?

- Tú y Yang Mi... - Decía sin mirarlo.

- ¿En serio? - dijo entre risitas, yo Sólo asentí.

Dios me castigue por mi infinita cobardía. Llegamos a casa, Jimin se encontraba fuera de casa, esperando a que entrásemos, la única que entró fue Yang Mi.

- Tengo que seguir con la práctica, me escapé por unos momentos. - dijo como un lindo niño travieso.

- ¿Jimin?

- ¿Si? - los nervios me consumían por dentro, mi cuerpo tiritaba como si tuviese problemas de presión, y mi respiración se dificultó por unos segundos. Quise decirle "Yang Mi es tu hija" pero sé que no será fácil de explicar.

- ¿Puedes darme unos minutos más? - Jimin sonrió de oreja a oreja, feliz por mi repentina petición.

Debía de decirlo hoy, no mañana ni pasado mañana, o en varias semanas más. Éste es un asunto muy importante para mí, un asunto que no puede seguir esperando por más tiempo.

¿Amigos o Enemigos? 2   [Jimin] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora