C. 30

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// JIMIN //

No sabía tampoco como reaccionar ante las  caricias y palabras de Tn, estaba nervioso, sólo quería tenerla entre mis brazos cuando la volví a ver y ahora siento que es un sueño. Uno muy dulce del que temo despertar.

Tn me mantenía en sus brazos, sus respiración estaba tan tranquila que pensé que ya se había dormido. Levanto la vista, sus pestañas como siempre seguian largas, sus labios aún gruesos, algo había cambiado en ella.

Su pelo, tan largo, lo había cortado un poco más abajo de su hombro, ahora lo manejaba ondulado y teñido. Se veía de alguna manera más madura y hermosa. Claro, el echo de que es madre la hacía ver tan madura. Y no pude evitar recriminarme por no haberle prestado la debida atención años atrás. Era un imbecil que poco menos jugó con ella.

<<¿Como puedes aún quererme?>>

Pensé más de una vez al verla tan perfecta. Quizás, como dijo Taehyung, habían miles de chicos tras ella. ¿Porque no decidió casarse entonces? Sabiendo que habían miles de hombres dispuestos a cuidarla a ella y Yang Mi.

Estaba feliz de pensar en que no lo hizo, es decir, prefirió quedarse sola y cuidar a nuestra hija.

— ¿No dormirás? — pregunta sin abrir los ojos, su respiración era tranquila. No como la mía, acelerada y nerviosa.

— No creo que pueda. — Tn abre los ojos y posa su mirada en la mía, podría jurar que estaba nerviosa tanto como yo.

— ¿Porqué?

— Porque siento que si me duermo y despierto, todo sea un sueño. — Tn me abraza con más fuerzas. Amaba el echo de que fuese tan afectuosa conmigo, que no se retrajera.

— Yo también, pero debes dormir. Mañana tienes cosas que hacer.

— ¿Como qué?

— Como ir a la compañía y explicar porqué no fuiste a la reunión.

— Ya tengo pensado que decir.

— ¿Si? Y ¿Que sería? — Dijo mirándome con picardía.

— Oh! Cochina, piensas en morbosidades ¿Cierto?

— Al parecer él morboso eres tú. — Dijo riendo. — Ven aquí. — Dijo acercando nuestros rostros a escasos centímetros. — Te mereces un beso. — Dijo depositando luego un beso casto en mis labios. No podía creer lo tan cambiada que está.

— ¿En serio eres Tn? No pareces ser la chica de hace seis años. — Ella agacha la mirada, ocultando un leve sonrojo.

— Sólo quiero aprovechar de hacer todas las cosas que no hice antes.

— ¿A sí? ¿Como cuales?

— Pues abrazarte más sin vergüenza a qué dirás, a besarte más sin esperar a que tú lo hagas, si deseo besarte lo haré sin pensarlo, a regañarte si es debido y no quedarme callada, y si algo no me gusta lo diré sin chistar.

— Me gusta eso... — Dije besando su frente, y no mentía, porque eso demostraba que Tn estaba tomando en serio nuestra relación y no como algo pasajero. Eso, me daba miles de esperanzas.

— Entonces vamos a dormir.

— No quiero — dije en pucheros esperando a que cediera.

— No hagas eso, sólo me dan ganas de morderte los labios.

— ¿Y qué esperas? — Tn sonrió y sin más que decir nos besamos olvidando todo lo que nos rodeaba, inclusive las cuestiones de las cuales ambos sabíamos que debíamos de aclarar. Olvidamos todo, sólo queríamos besarnos hasta cansarnos.

// TN //

Despertar junto a alguien que no era Yang Mi en mi cama era algo extraño, raro, diferente. Miré el rostro de Jimin. ¿Cómo podía ser tan hermoso incluso cuando duerme? Mantenía sus labios entre abiertos denotando una imagen provocadora, sexy. Me vi tentada a morderle los labios, pero me retraje al escuchar como la puerta se abría despacio.

Yang Mi nos miraba con los ojos bien abiertos, pongo el dedo en el labio, solicitando silencio. Yang Mi sonríe divertida y sale sin provocar mucho ruido. Volví a mirar a Jimin, no despertó.

En la cocina Yang Mi se encontraba colocando la mesa, sonreía al colocar la tercera taza.

— ¿Cielo?

— Mami, ¿papá ya despertó? — Negué con la cabeza. — Cuando tenga más edad, cuando sea más grande, mi sueño es cocinarle a papá. — Decía mientras colocaba el servicio. Nunca antes me había hablado de los sueños que tenía para con su padre. Siempre que se tocaba ese tema, era ella quién se escondía o era yo quién prohibía hablar del tema. Para mí era algo nuevo, algo que no sabía de mi hija y no podía evitar sentirme contenta.

Al fin podíamos hablar de un padre sin temor a sufrir por ello.

— ¿Amor? — Yang Mi me mira con ternura. Camino hasta ella y depósito un tierno beso en su frente. — Lamento no haberte dicho antes.

Yang Mi niega con la cabeza. — Papá ya me explicó todo. Dijo que por su fama no había podido estar con nosotras y que no supo lo del embarazo porque se separaron antes. — En cierto punto, Jimin había dicho la verdad, pero de una forma muy sutil, para que así Yang Mi, ni yo, ni él sufriéramos. Más ganas tuve de besarle.

— ¿Entonces está todo bien? — Ella asiente sonriendo.

— Anoche en mi diario coloqué todas las cosas que quería hacer con papá. Como ir al parque, ir a los juegos de atracciones, al zoológico, a la piscina o la playa... — Cada una las iba enumerando con sus pequeños dedos. No podía creer la cantidad de cosas que planeaba hacer con Jimin. Muchas de ellas no se podrían hacer sin lastimarla antes y eso era un tema muy delicado que teníamos que hablar Jimin y yo. La seguridad de Yang Mi, y nuestra relación como familia.

— Bien cielo, pero primero veamos el desayuno para el papi ¿Vale? — Esta asiente apresurada, para luego ir a la nevera y sacar jugo, yogurt. Sus preferidos. Al cabo de unos minutos Jimin aparece sobándose un ojo.

— ¿Y ese rico aroma? — Al escucharlo Yang Mi corre a sus brazos gritando ¡Papá! Jimin la toma en brazos y le da su beso de buenos días.

— Te preparé el desayuno. — dice con orgullo.

— Preparamos mentirosa. — Jimin sonreía al vernos discutir.

— Papá si lo pruebas y está malo es porque mamá metió mano.

— Durante seis años has comido mis comidas sin chistar.

— Es por eso que no engordo.

— Debes cuidarte.

— Me tocan y me quiebro.

— Estás bien de peso. Te ves hermosa.

— Que Pena que yo no pueda decir lo mismo de mamá — decía mirando a su padre en un susurro que escuché perfectamente.

— Tu madre es hermosa — Jimin me miraba con una sonrisa. — Deberías de pedirle disculpas por lo que dijiste.

— Sólo si admite que yo hice el desayuno. — Jimin no paraba de sonreír. Ellos dos tienen el mismo carácter. Tal para cual.

— Okey. — dije rendida levantando ambas manos — Yang Mi cocinó todo.

— ¿Ves? — Dice mirando a Jimin. — Mami, eres hermosa. — Me lanza un beso al aire con su pequeña mano, guiñando un ojo.

— Dime que eso no lo aprendiste del tío Jin. — Dije sonriendo como boba. Yang Mi asiente con una sonrisa satisfactoria. — Tendrás que hablar con Jin por eso. — Jimin no paraba de reír por las cosas que hacía su hija y peor aún, no paraba de festejar cada tontera que hacía.

Entendía porqué Yang Mi estaba así, a eso se le llaman celos de hija. Creo que quiere acaparar toda la atención de su padre. Y estaba en todo su derecho de querer hacerlo.

¿Amigos o Enemigos? 2   [Jimin] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora