El Descanso de One Direction. |Completa|

Capítulo 9

Harry

Acomodo mis manos en mis muslos recargando todo mi peso en ellos. Mi cuerpo se siente cansado y estoy muy enojado por no haber podido reaccionar y decir todas las cosas necesarias cuando ellas se fueron, en especial a Kate.

No le dije: "Dame tu número"

No le dije: "Gracias por la mejor entrevista de mi vida"

No les dije: "Cuídense"

No les dije a todas lo que habían significado para mí las 48 horas que estuvieron conmigo.

No. Solo las deje ir, sabiendo poco y nada, nada de Kate, nada de Camil, en resumidas cuentas, nada de ellas.

Solo tenía claro una cosa de ellas y era que eran muy jóvenes para ver en mí la realidad de mi persona. Todavía creían en mí, como el mismo chico de 16 años que llego a The X Factor, sin notar que ese chico murió hace mucho tiempo. No soy el mismo, he intentado dejarlo claro mil veces, pero simplemente la gente quiere ver lo que quiere.

Hace mucho tiempo deje de ser coqueto, bromista e inmaduro. Al principio estaba bien ser catalogado por unas cuantas cosas, porque de eso se trataba el inicio en este trabajo, pero casi 10 años después la gente sigue viéndome igual. El mismo niño ingenuo que creía en las personas.

No ven las arrugas que se han empezado a ganar su lugar bajo mis ojos, no ven las bolsas bajo estos a causa de mi trabajo y las noches de insomnio. No ven lo pálidas que se encuentran mis manos, cada vez que me pongo nervioso. Ni las crisis de asma y alergias que me dan a la mitad de la noche haciendo que como buen chico me las arregle solo. Tampoco la soledad en la que me he envuelto a mi temprana edad, ni las muchas veces que he visto This Is Us y me he mordido los labios para no sollozar como un niño pequeño.

Kate es de esas personas que si se ha dado cuenta en su medida, sin embargo no ha dejado que pensar que soy tan dulce como hace 10 años, porque justamente la pureza de ella y la de sus amigas, no las han dejado ver que la gente se pudre con los años, que envejece y cambia.

Los que estamos en este trabajo, en esta vida, crecemos más rápido, maduramos a la fuerza y vemos en carne propia, la cruel realidad de la que todo el mundo quiere escapar. En esos años he vivido más cosas que un hombre de 40 años que trabaje en un banco, más aventuras que un abogado y he vivido más problemas de los que ha escuchado un psicólogo. Sin embargo Kate y las chicas no ven eso, me ven simplemente a mí. Y eso es lo mejor porque no hay nada de malo en olvidar todo lo que he pasado y mirar y disfrutar de la diversión de tener a alguien a mi lado.

Quito en pelo de mis ojos y me apresuro a subir hacia el segundo piso. Quiero asegurarme de que no les haga quedado nada al quinteto de chicas.

Paso las habitaciones una por una hasta llegar a la de Kate, al llegar a ella mi cuerpo se sorprende. En la cama hay un sobre. Avanzo con grandes zancadas hasta la cama. Mi mano titubea al tocarla pero lo logra, cuando mis dedos tocan el suave papel, un escalofrió recorre mi espina dorsal. Mi cuerpo se paraliza de un momento a otro. La abro, no sin antes sentarme y procurar no romper mucho el sobre.

Querido Harry:

Escribo esta carta a casi tres horas de que me vaya de tu casa, estoy apurada y espero que entiendas mi letra horrible.

No tenía planeado que sucediera esto, ni siquiera busque que ayer llegara a tu casa y por fin abrazarte. Creo, que es como esas cosas que llegan simplemente. Tú no puedes buscarlas, pero me agrada que haya pasado así.