#LunesDeEDDOD
#ElFinal
Sello mi bolso y me quedo paralizada mirando las paredes que fueron mi lugar de reposo por dos días. Miro las paredes blancas inertes y rezo, de verdad le pido a Dios, no volver a estar en una habitación de hospital nunca más, al menos en un tiempo extenso. Detesto los hospitales, como al aire más frió parece estar aquí, un olor incomodo que hace que la respiración no sea tan fácil como en otros lados y la inexplicable razón de que todo aquí parece no tener vida y carecer de existencia.
Tengo un ligero dolor en la parte baja de mi nuca, hago una mueca de incomodidad y gimo de dolor al rozar con mis dedos ese lugar. Cierro los ojos dándome impulso y tomo el bolso poniéndolo en mi hombro avanzando a la puerta. Es hora de largarme de aquí.
La puerta se abre y el doctor que me trato estos días se hace paso hasta avanzar un poco y cerrar la puerta tras él.
—Tuve suerte, pensé que ya te habías ido —sus manos se guían a su pecho y se cruza de brazos luciendo más serio de lo que habitualmente lo vi.
—Estaba en eso... ¿tiene algo más que decir?
—Seré breve —muerde la parte interna de su mejilla. Mis manos se incrustan en mis caderas sin saber dónde dejarlas —. Si hay algo que me ha molestado durante todos mis años como doctor es la indiferencia que tienes algunos con su propia vida, como justo lo estás haciendo tú.
Frunzo el ceño dibujando un semblante completamente indiferente a sus palabras. Me limito a sostener su mirada penetrante, sus ojos azules parecen querer colapsar toda mi condición que hace que esas palabras no me afecten.
—No pedí hora con un psicólogo —escupo sonando altanera. Nunca, jamás le hubiera contestado a un adulto de esa manera, pero este tema me tiene demasiado cabreada como para aguantar más.
—Bien —susurra, aunque tengo la ligera idea de que fue más para sí mismo que para mí —, pero eres hija de alguien —mi garganta se cierra. A dado en el clavo —, eres amiga de alguien y esas personas te quieren, quieras o no hay gente que tiene la desastrosa necesidad de justamente necesitarte. Así que ten un poco de amor propio y no te mientas. No estás bien, lo sabes, lo sientes así que no ocultes solo porque tienes miedo y es aquel el que se apodera de ti. Hay gente que está muriendo, a diario, pero lucha por no hacerlo, porque es valiente...tienes 17 años, ¡por el amor de dios! ¡Lucha!
—Usted no tiene idea...
—No te pido nada más que aceptes lo que tienes antes de que sea tarde, ten...—estira un papel hacía mí con dureza. Mi mano logra recibirlo, sin embargo toda mi mente quiso dejarlo con la mano estirada —, tengo un doctor conocido en Chicago y saque una consulta a tu nombre para él. Por al amor de dios, si te quieres y quieres a alguien ve ahí y acepta lo que te está pasando.
Toco el papel con las puntas de mis dedos sintiendo un peso que mágicamente se ha posado en mis hombros, al igual que en mi pecho y me dificulta un poco respirar como se debe.
—Gracias supongo —me alzo de hombros disimulando que realmente agradezco que alguien desconocido se preocupe por mí.
—Hice un juramento hace años, intento seguirlo al pie de la letra, solo asiste y pon a voluntad del destino lo que ocurra.
Asiento y avanzo lista para dejar la habitación y largarme con las chicas que seguramente se encuentran afuera dándome espacio para que salga cuando yo lo sienta necesario.
Cuando estoy rozando la puerta me doy la media vuelta y abrazo al Doctor Morris, al igual que Zayn me gustan los detalles pequeños, el que se haya preocupado de esa forma es algo que nunca olvidare, no olvido al chico que preescolar que me prestaba lápices, menos al doctor que se ha preocupado por mí. Su primera reacción es corresponder mi abrazo y luego me deja marchar sonriendo con una sonrisa extensa en su rostro.
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El Descanso de One Direction. |Completa|
Fiksi Penggemar❝One Direction confirma su separación...❞ Cuando One Direction llego a su fin todo el mundo quedo con dudas del por qué de su separación, pero...¿y si hubiera una manera de que ellos las aclararan? ¿Estarías dispuesta a escuchar sus razones? ¿A...