Escapar a casa fue lo mejor que pudo pasarme en el día, Ian intentó hablarme pero siempre que nos pasaba algo así yo sólo me encogía de hombros o procuraba no hacer contacto visual si me preguntaba algo. Llámenme patética pero era la única forma que se me ocurría de recuperar un poco la dignidad que perdí con él; cuando Ian se daba cuenta que iba en serio mi enojo me ignoraba el resto del día, a veces durábamos días sin hablarnos, una vez no nos hablamos durante todo un año que fue cuando empecé a andar con Henry, nos volvimos a hablar gracias a un trabajo. Tal vez de nuevo nos ocurra.
Acorrucarme en el sofá con Clarence mientras engordábamos fue un alivio y 4 kilos más, papá se encontraba en Portland en una importante misión de su empleo y regresaba el sábado con la promesa de que nos llevaría al zoológico. Ya sé, infantil, pero nos encantaba ir.
Nunca había problema con que mi papá nos dejara solos después de lo de mamá, quitando el hecho de que les pedía a los vecinos que nos tuvieran checados. No éramos tan revoltosos como para hacer fiestas, yo les mencionaba a las chicas que estaríamos solos y Clarence a Adam, ocasionalmente se lo decía a Ian si surgía la plática pero no es que se fuera a aparecer por aquí ni nada.
El timbre sonó cuando íbamos a la mitad de la segunda película, Percy Jackson y el mar de los monstruos, Clarence me miró un momento mientras decidíamos quién abría, le sonreí y con un bufido se levantó hacia la puerta.
Clarence regresó después de unos segundos seguido de Adam. A veces era fácil que él me gustara, de hecho hubo un tiempo en el que decía que Adam era mi crush porque me negaba a aceptar que me gustaba Ian, pero luego Rouse me dijo que le gustaba y corte sentimientos no fraternales hacia él, era como otro hermano aunque por aquellas épocas Adam estaba obsesionado con Heima, realmente obsesionado, besaba el suelo por donde pisaba, sólo que las cosas no se dieron.
Una muestra de lo fácil que era quererlo era que traía una bolsa de mis dulces favoritos.
-Te adoro-dije sonriendo mientras me daba la bolsa.
-Lo sé-me guiñó un ojo mientras se sentaba a mi lado y me abrazaba-Escuché lo que hizo Ian y pensé que los ocuparías.
-Qué rápido corren los chismes-mascullé con la boca llena de gomitas en forma de peces.
-Sí, bueno...era algo relevante-fruncí el ceño mientras lo miraba.
-No la molestes-se burló Clarence al momento en que se levantaba-iré a hacer pipí-hice una mueca.
-No necesito saber lo que hace tu cuerpo-le gruñí mientras ambos hombres reían.
Cuando Clarence desapareció me dediqué a ver la película mientras Adam jugaba con mi cabello, empezaron a salir algo así como aletas de tiburones pero, cómo no, eran dientes de un gigantesco pejelagarto...
-Así que estamos deprimidos-dijo Adam y sonreí.
-No, estamos tristes, decepcionados, heridos. Nunca deprimidos-lo miré mientras nos reíamos, tenía unos ojos azules muy lindos-¿Puedo preguntarte algo?
-Ya lo haces-me solté riendo.
-Ya, listillo-asintió sin dejar de reír-Si te enteraras de que me gustas, e imaginando que no le gustas a Rouse, ¿qué harías?
Frunció el ceño mientras pensaba, me llené la boca de gomitas y le ofrecí una, la tomó con la boca de mis dedos y sonrió.
-Te besaría-dijo y yo me reí.
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A mí también me gusta un idiota #1
Teen FictionÉl era un idiota en toda la extensión de la palabra. A veces parecía que tenía un letrero de luces de neón que leía "idiota aquí". Mis amigas, que no eran muchas, y mi madre opinaban lo mismo que yo, bueno mi madre no tanto pero ella ya no estaba...