El viaje de regreso fue tenso, al menos de mi parte, papá iba tarareando la canción que sonaba en su radio mientras yo miraba por la ventana.
Cuando llegamos a casa baje del auto y entré por las cosas de Ian que seguía mensajeandose con una sonrisa que me destrozaba el alma. Esa sonrisa era tan bonita, tan real...y tan no mía.
-Ten-le extendí la mochila cuando salí-Gracias por traerme la tarea.
-De nada-tomó la mochila guardándose el celular-¿irás mañana?
-Eh, sí.
-Bien-asentí y comencé a jugar con mi cabello, una manía-te veo mañana.
Se acercó para despedirse pero me alejé. Sus palabras seguían en mi cabeza torturándome, si yo no era lo que quería que dejara de hacer las cosas que me enamoraban cada vez más porque así no podrá deshacerse de mí. Frunció el ceño mientras me apartaba.
-¿Eso qué fue?-preguntó molesto.
-Mi papá nos está viendo-mentí, bueno tal vez era verdad-Tengo tarea que hacer-dije y rápido me fui al porche-te veo mañana, adiós.
Cuando cerré la puerta papá me esperaba. Sonrió de esa forma en la que te hacía sentir tan pequeña, fui a abrazarlo y suspiré, había estado anhelando esto todo el día y al fin estaba ahí.
-¿Quieres llorar?-preguntó.
-No, mañana estaré bien.
Papá besó mi frente mientras nos dirigía a la sala.
-Nena, sé que te duele pero créeme, chicos así te vas a encontrar por todos lados y aunque te defenderé de todos ellos, debes saber a quién le vas a entregar tu corazón-lo miré con los ojos llenos de lágrimas-No siempre te fijaras en el correcto.
-Pero...se sentía bien, papá. Como si él fuera mi otra mitad-y lloré en ese momento.
-Ya, Clarie, ya. Me parte el corazón verte llorar por un chico-lo abracé más fuerte-Bueno, está bien, nena. Aquí estoy, no me iré. Te lo prometo.
-Ojalá mamá estuviera aquí-susurré.
...
El día era absolutamente soleado, sin rastro de tormenta para las fechas en las que estábamos, esos días eran escasos y te hacían agradecer la alteración a los ecosistemas. Traía un vestido veraniego color blanco mientras que Clarence usaba bermudas azules. Ambos bajamos del auto de papá y caminamos al edificio de nuestra clase con una energía poco propia de nosotros pero ¿quién podría juzgarnos? Papá estaba de vuelta.
-Si Ian comienza contigo-me dijo mientras me acompañaba a química-no dudes en contestarle-lo miré-ya es hora de que saques a tu perra interna.
Sonreí mientras me aguantaba la risa, ¿mi perra interna? ¿Apoco tengo una? Me abrió la puerta del aula y dándome un beso en la mejilla se fue. La maestra aún no llegaba así que caminé alegremente hasta mi lugar, Heima estaba sentada a mi lado tamborileando los dedos en la paleta de la banca.
-Jeral me platicó todo-dijo en cuanto me senté-oh, lo siento. ¡Hola, Clarie! ¿Cómo estás?-me solté riendo.
-Hola, y sí, me esperaba algo así-sonrió-pero me da igual-enarcó las cejas-bueno, tal vez no pero puede meterse sus insultos por donde más le quepan.
Se soltó riendo, hablamos de otro poco hasta que la maestra entró, unos minutos después el asiento frente a mí fue ocupado pero lo ignoré y comencé a tomar apuntes sobre la clasificación de los estúpidos elementos, no es que fuera a servirme en un futuro inmediato pero necesitaba saberlos para su maldito examen.
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A mí también me gusta un idiota #1
Fiksi RemajaÉl era un idiota en toda la extensión de la palabra. A veces parecía que tenía un letrero de luces de neón que leía "idiota aquí". Mis amigas, que no eran muchas, y mi madre opinaban lo mismo que yo, bueno mi madre no tanto pero ella ya no estaba...