Ups, se me olvidó

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Adam y Clarence jugaban videojuegos en un extremo del sofá mientras Henry y yo yacíamos en brazos del otro en el lado opuesto. La temperatura fue menor esta mañana así que me habían dejado ir a la sala sin riesgo de contagio, como si tuviera La Llamarada, pero seguía sobreviviendo a base de fruta picada y verduras al vapor... Henry dijo que ya veía mis orejas de conejo asomarse. Claro está que se ganó una papa hervida en la cara.

Los dos seguíamos en pijama y calcetines, de hecho traíamos una cobija para ambos, nos levantamos muy tarde y Clarence decidió que no iba a golpearlo ya que lo vio muy mal ayer, por eso ahora se desquitaba con Adam en el videojuego, ni siquiera sabía qué jugaban pero Clarence apretaba los botones con furia.

-¡Estás haciendo trampa!-le gritó el amigo rubio de mi hermano.

Era tonto creerle ya que para Adam todos hacían trampa siempre que él no ganaba, ¿llorón? Desde luego; una vez acusó a Jeral de hacer trampa en el juego serpientes y escaleras. Alguien explíqueme cómo coños se hace trampa en ese juego.

-¡¿Cómo puedo hacer trampa en Assessin?!-gritó mi hermano indignado.

-Pues no sé, pero estás haciéndola-¿lo ven? Llorón.

Henry se soltó riendo y luego me besó la mejilla. Estaba sentada entre sus piernas con un plato de verdura en mi regazo, Henry tenía sus manos en mi cintura y sus pies entre los míos, honestamente era una posición bastante cómoda para reposar la panza, está sería mi posición favorita de estar embarazada pero lo mío era grasa. Comencé a picotear la verdura, no tenía nada en contra de los vegetales pero no me gustaba la papa. La odiaba, ¿por qué papá insistía en que debía comerlas? La última vez que lo hice me iba a ahogar y a morir por una papa.

-No te estás comiendo todo-me susurró en el oído.

-Te guardaba-le dije sonriendo-Las papas.

-Clarie-me riñó.

-No quiero papas. Cómetelas, todo el mundo sabe que las detesto, ¿por qué carajos insiste en que las coma?-Adam se rió.

Me miró con cara de pocos amigos pero comenzó a comérselas, esto era aburrido. Mi graduación era hasta junio y yo ya había empezado la dieta, no se podía tener peor suerte que la mía. Después de media hora comencé a quedarme dormida gracias a lo aburrido que resultó el videojuego de mi hermano, me estiré un poco pero Henry y yo juntos equivalíamos a un poste en el sillón así que tuve que hacerme bolita de nuevo entre las piernas de mi novio para dormir, Henry me rodeó con ambos brazos cubriéndome con la cobija como si fuera un bebé, oh sí, hola país de los sueños.

Estaba por dejarme ir cuando tocaron la puerta interrumpiendo mi descanso, carajo. Abrí un ojo y vi que ni Clarence ni Adam se habían movido para abrir, estaban locos si creían que iba a mandar a Henry y arruinar mi colchón anatómico.

-Oigan-mascullé-Tocan.

-Ve a abrir-dijo Adam mientras se movía junto con el control, daban ganas de explicarle que si él se mueve el monito en la pantalla no lo hace.

-Papá dijo que no hiciera esfuerzos-sonreí engreída-Además, si me levanto los vomitaré.

-Que vaya Henry-masculló Clarence mientras hacía caras raras.

-Estoy algo ocupado-le contestó el interpelado mientras me abrazaba más fuerte, bien dicho, tú de aquí no te mueves.

Volvieron a timbrar, con fastidio, Clarence le puso pausa a su juego y fue a abrir, sonreí. Cuando regresó Ian lo seguía con un ojo entre verde y morado y un moretón en la mandíbula. Lo miré frunciendo el ceño al mismo tiempo que Henry se tensaba detrás de mí. ¿Qué hacía aquí? ¿Acaso me echaba de menos en la escuela?

A mí también me gusta un idiota #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora