Cap. 41 "Darte la oportunidad"

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Cuando llegue la otra noche me encontré con un hombre sentado en la sala muy elegante para mi gusto, el traje me hizo recordar muchas cosas, el estaba viendo la televisión y conversando con mi abuelo fluidamente, no le preste ni un poco de atención y subí con mi madre.

- Ma! ¿Quién es el hombre... -me sorprendí al verla con un vestido rojo algo pegado a su cuerpo mientras se acomodaba el pendiente derecho, se giró y me sonrió- estas... muy linda mama.

- Gracias cariño... y respecto a ese hombre –sonrió, y yo levante una ceja- el es Joe... he estado saliendo un tiempo con el.

- Ma? He estado aquí por tres semanas y no me has dicho que tienes un novio?!

- Infinity! No es mi novio, y baja la voz el te puede escuchar.

- Pareces una adolecente!, mama, yo soy la que se debe poner asi cuando le hacen esa clase de preguntas, tu no.

- Error, tú, te pones peor, además tú no tienes ni una duda, y tienes que arreglar las cosas con tu novio. –se movía de un lado a otro, metiendo cualquier cosa en la cartera, su cabello crespo saltaba con casa pazo-

- Hija... - subió el abuelo con una taza de chocolate- tu novio te está esperando, ya me canse de hablar con el, baja ya. – las dos reímos un poco-

- Abuelo, tu te cansas hasta de respirar. –con aquella respuesta recibí un pequeño golpe en la pierna con ese bastón-

- No has cambiado nada, pequeña malcriada, cuando se vaya tu madre quiero hablar contigo, te he comprado algo y no quiero que tu madre se entere.

- Papa, sigo aquí. –nos miró mi madre –

- Lo sé, y no deberías, ya vete.

Mi madre se despidió muy apurada –Estas hermosa- le dije antes de que bajara las escaleras, ella me sonrió y se perdió por el pasillo principal. Escuchamos la puerta cerrarse y nos acercamos a la ventana, vimos el auto de "Joe" añejarse.

- Se parece mucho a ti, ahora. – dijo mi abuelo rompiendo en silencio y la vista de aquel auto perdido-

- ¿a qué te refieres abuelo?

- Una joven enamorada. –sin dejar que le respondiera, me sonrió y llamo con la mano, lo seguí.

Su andar ya era cansado, su espalda arqueada y la típica chompa de algodón gris lo cubrían, no importa si el estuviese dentro o fuera, jamás se sacaba esa boina guinda de la cabeza, una vez le pregunte porque

- Abuelo, ¿Por qué siempre llevas la misma boina?

- Pequeña, solo lo llevo en días importantes. –me respondió-

- Pero los llevas todos los días

- Todos los días son importantes.... Si así lo quieres tu.

Mi abuelo me había dado órdenes de quedarme en el comedor , el debía traer algo.

- Aquí estoy –dijo entrando y prendiendo las luces del centro, tenía dos cajas en mano, una pequeña envuelta en papel brilloso y una normal pero de gran tamaño . –primero esta. –mostro la grande, la abrió con cuidado y en su rostro se formó una gran sonrisa.

- ¿Qué es?

- Espera.... –se acomodó en la silla, saco de su bolsillo un estuche donde estaban sus lentes, lo hizo con tanta lentitud que yo lance un suspiro muy largo, el solo sonto una cansada risilla. De dicha caja saco un manojo de fotografías, algunas a blanco y negro y otras a colores, me extendió una- Toma.

* Enseñame a ser feliz *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora