Episodio 4: Ezarel

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Gardienne está sentada en el piso totalmente desconcertada por lo que le ha echo el elfo, sabe que es un faery burlón, pero nunca había echo bromas de ese tipo, se encuentra tratando de buscar una explicación a lo que ha sucedido con el duende y llega a la conclusión de que este solo se estaba burlando de ella, haciendo eso para molestarla y confundirla de otra manera, entonces trata de olvidar lo sucedido y se levanta para terminar de  recoger los vasos que iba a acomodar cuando oye que alguien entra al comedor.


—¡Gardienne! —  se escucha a Leiftan— ¿estas ocupada?

—¡no¡ — se gira la chica hacia él

—solo estoy recogiendo unos vasos que alguien olvidó acomodar y no quiero buscarme más raciones de sémola con  Karuto—le sonríe

—pero dime ¿en qué te puedo ayudar?

—necesito que me hagas un favor muy grande.

—¿si dime qué pasa?

—mira no puedo decirte lo qué pasa en este momento, por favor escúchame sin hacer preguntas, te aseguro que un día te diré lo sucedido—le habla mientras la toma de un hombro

—necesito que me regales un poco de tu saliva en este frasco.

El rubio saca un pequeño frasquito.

—¿mi saliva??? —cuestiona extrañada.

—¿y para que te serviría mi saliva?(para los que no han leído el capítulo 2 de Leiftan ahí explica lo de la saliva)

—por favor Gardienne no preguntes si, solo hazme ese favor—la mira suplicante el joven de la guardia brillante.

—o..ok-toma el frasco no muy convencida.

—¡pero voltéate! que me da pena que me veas—le pide la muchacha.

—¡está bien!

Sonríe el joven y se voltea dandole la espalda, ella hace lo que el chico le ha solicitado y le entrega el pequeño frasco

—muchas gracias Gardienne — exclama el muchacho, le da un beso en la frente y se va rápidamente.

—¿Pero que le pasa? —se pregunta a ella misma.

—no es normal que Leiftan actúe así, además ¿para que querrá mi saliva?(te va a hacer brujería)

Así la joven toda desconcertada por otro raro comportamiento por parte de uno de los chicos,  termina de acomodar los vasos y se va para su habitación a arreglar sus cosas para el viaje a Balenvia.

Por otro lado, Ezarel después de su pequeño accidente (del sangrado nasal😸)sale de su habitación con semblante serio, para ir a buscar a sus dos camaradas, al llegar al quiosco empieza a notar que la gente a su alrededor estaba haciendo mucho alboroto.

—¡solo espero que si lo hayan capturado! —escucha hablar a un perro anciano.

—¡si pero era realmente grande! — dice un hombre parecido a un conejo.

El duende escucha más comentarios de ese tipo hasta que se topa con Cryllis.

—¡qué tal! —lo saluda el oso.

—hola, ¿tú sabes que es lo que está pasando aquí? —le pregunta el elfo.

—¿no te has enterado? al parecer andan los rumores de que un dragón estaba dentro del cuartel—al escuchar esto el chico abrió los ojos como platos.

—¡ya veo gracias! —y sale corriendo hacia el cuartel, en el camino se encuentra con sus otros dos amigos..

—¿Ez, ya sabes? —le cuestiona Nevra.

—he escuchado algo de Crillys pero no mucho, al parecer se metió  un dragón ¿no es así?

—¡si! así es, pero muchos dicen que logró escapar, pues lo vieron elevarse a los cielos—comenta el vampiro.

—¿entonces ya no está aquí dentro?— pregunta el él joven de la absenta.

—al parecer ya no, pero no se sabe mucho, lo mejor es que vallamos a la sala de cristal para averiguarlo.

Le contesta Valkyon y así los tres parten corriendo en dirección a la sala de cristal. Al llegar ahí estaban Miko Jamón y Leiftan discutiendo.

—¡pero no te hizo nada!! —se oía la kitsune un poco preocupada.

—no! Estoy bien, pero de verdad, lamento haberlo dejado escapar— responde el rubio.

—¿eso quiere decir que Leiftan vio al dragón? —se oye al duende tomar la palabra para cuestionar.

—oh! Chicos ya se enteraron—Miko se dirige a los tres jefes.

—solo rumores pero no sabemos los detalles—repone Valkyon.

—¡ya veo! —exclama la kitsune para luego oírse hablar a Leiftan.

—si es verdad, yo lo encontré en el jardín del piano al salir del comedor, estaba lastimado, pero aún así se logró escapar—narra el chico.

—¡lo siento de verdad! —se disculpa.

—¡pero como pudo ser posible! porque no pediste ayuda, era importante que se capturara, ¡esos ingredientes son vitales!! —replica Ezarel.

—desgraciadamente todo pasó muy rápido, no me dio tiempo de pedir ayuda—responde el joven de la guardia brillante.

—lo más importante es que no hizo destrozos en el cuartel y nadie salió herido—opina el líder de la obsidiana.

—es bueno viéndolo de esa manera pero si es una lástima que no se haya atrapado—suspira la líder

Mi historia de Eldarya (en Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora