Episodio 14:Nevra

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Cuando la pareja logró llegar al pueblo, se encontró con una desagradable sorpresa, todo el lugar ardía en llamas sin rastro ni de los residentes del lugar ni del enemigo.

—¿que ha pasado aquí? — asombro se dejó ver en la faelinne por aquel ciniestro panorama .

—no lo sé, pero esto no me da buena espina — miraba el vampiro por el rededor deteniendo su mirada en la cueva —vamos a buscar a los myconides y a la gente del pueblo —agregó tomando de la mano a la chica y camina con ella, su rostro reflejaba seriedad ya que los cosas no pintaban nada bien.

Cuando llegaron al lugar no había señales de los buscados.

—no están—declama la chica mientras su compañero observaba el lugar minuciosamente.

—al parecer los capturaron a todos — el otro  suspiro pesado.

—¿pero como? Se supone que nosotros nos llevamos a la mayoría de  esas bestias detrás de nosotros.

—hay indicios de que llegaron más, hubo batalla tanto en la entrada del pueblo como aquí y nuestro bando no salió bien librado, se los llevaron — señalaba este  unas huellas en el suelo.

Había muchas pisadas  y marcas pareciendo que habían arrastrado a varios, también estaba una bufanda tirada por lo que el azabache se acuclilló a recogerla, parecía pertenecer a unos de los balenvianos, este la olfateo para seguidamente hacer lo mismo con el aire.

—no van muy lejos — se levanta el vampiro pensado en lo que podría hacer.

Por unos instantes ambos se quedaron en silencio, no sabían como actuar ante la situación, lo planeado no había salido como ellos querían y ciertamente ellos dos no podrían hacer mucho.

—Gardienne

—¿si?

—regresa al refugio, necesitamos refuerzos.

Mintras a unos  cuantos kilómetros un ejército de minotauros empujaban a muchos pueblerinos y hongos, entre ellos iban Ezarel, Valkyon y Leiftan por parte de los chicos y Ewelein junto con Haglae por parte de las féminas. Iban atados de las manos y vendados para que no vieran el camino.

—esto me hace sentir como en los cuentos humanos de piratas que sacrifican a sus víctimas hechandolos por borda al mar lleno de tiburones , pero ¡oh sorpresa! no son tiburones, si no minotauros que nos tienen rodeados, amordazados y dispuestos a comernos con esos colmillos y alientos apestos...

—¡Ezarel! —interrumpe  Leiftan con voz calma

—¿que? —sonrie con burla el elfo.

—¡cállate! — Ewelein interviene.

—no saben apreciar mi esfuerzo por amenizarles la muerte—farfulla el duende haciendose digno.

—te recuerdo que Gardienne y Nevra están libres—expone con tranquilidad Valkyon.

—¡oh claro! La parejita que se comporta como niños en plena pubertad con las hormonas alborotadas, ¡estamos salvados! — ironía se oyó  del elfo.

—doy gracias a que tengo los ojos vendados para no ver las muecas que estas haciendo —negó con frustración la elfa.

—sí, pero no es suficiente, nos hubieran tapado los oídos también, así podemos escucharlo y es  frustrante —se hace hablar ahora la anciana al parecer le molestaban los comentarios agradables del elfo.

—solo digo que mejor siéntense a esperar a ser salvados  porque se van a cansar—se burla una vez más el de la absenta.

—¡duende hablar mucho! si no calla, ¡minotauro matar alimaña! —una de las bestias se queja por el escándalo, el cual empuja a Ezarel por la espalda con su hacha.

—oigan estos tipos hablan igual que Jamón — seguía  en su charla el elfo andando a fuerzas por su carcelero.

—no todos, hace rato otros platicában de forma muy normal— al parecer Leiftan había escuchado una conversación entre otros minotauros.

—entonces este es uno con retraso mental —se burlaba una vez las el de cabello azul por lo que tal comentario molesta a la bestia que iba detrás de este

—¡he dicho callar! —enojado el enemigo le pega con su puño en la cabeza al elfo dejándolo inconsciente, solo se habia escuchado el sonido del golpe algo hueco, seguidamente se lo hecho a los hombros para llevarlo consigo.

—¡valla! por una vez que estoy de acuerdo con lo que hace un minotauro—opinó la decana.

—no he de oponerme a que el silencio a veces es mejor en estas situaciones—estipula el de cabellos rubios.

—pobre Ez—suspira pesado el de la obsidiana pero sabía que su amigo se lo había ganado.

—no se que le habrán hecho pero él se lo buscó —agrega Ewelein ya que solo dejó de eschuhar la voz burlona del elfo, ya  imaginaba que lo habían dejado inconsciente o solo amordazado.

En fin después de esto aquella tropa siguió avanzando a paso normal, al parecer llevaban un rumbo fijado por tres hombres los cuales iban hasta adelante sentados en  caballos, por alguna razón estos hombres poseían animales de la tierra.

—pero que suerte la nuestra, ahora solo tenemos que esperar a que nos encuentren—comentaba uno  de estos tres sujetos, eran como los líderes de esta secta llamada la Triada, ya que sus apariencias imponían no por la envergadura si no por sus expresiones y aura.

Este sujeto llevaba una larga gabardina oscura con guantes del mismo color, complexión delgada o más bien esbelta mostrandose firme, su cabello era corto de un color cenizo casi plateado, sus ojos eran rojos como la sangre con mirada cruel y fría, dándole una escencia llena de maldad y fuerza.

—así es —responde otro de ellos el cual llevaba la misma vestimenta, sus ojos por igual eran rojos más sin en cambio parecía más alto y con masa muscular levemente mayor, este no tenía cabello mostrando su calva pero no era de gran edad, su sonrisa estaba algo torcida, denotando que podía ser más despiadado que el anterior.

El tercero de ellos solo se limitó a afirmar con una leve sonrisa sacarrona, por igual que sus camaradas llevaba la misma ornamentaria y los orbes del mismo color, complexión como el primero la diferencia residía en su cabello  largo lacio hasta el hombro de color azabache, su apariencia parecía más normal en comparación con los otros dos, pero de todas formas maldad se notaba en su rostro

Las bestias iban detrás de ellos, sin emitir ningún sonido caminando muy obedientes, parecían temerles a estos tres peculiares sujetos.

En camino hacia el refugio iba la chica corriendo a toda velocidad,  en la mano llevaba una manga llena de sangre la cual pertenecía al vampiro, por unos instantes sentía desfallecer después de todo el cansancio la abrumaba,  pero sacaba fuerzas de algún lugar al pensar en el peligro que estaban corriendo todos, Nevra se había ido a seguirlos aprovechando la oscuridad de la noche, la chica como pudo logro llegar de madrugada al CG.

—¡YKHAR! —toca insistente la puerta de su amiga la brownie la cual se despierta asustada por lo golpes, apresurada abrió viendo a la faelinne agitada, sudada y sucia.

—¡¿que pasa?! —expone toda confundida.

—ayúdame a localizar a Miko.

Después de esto dos días pasaron, uno para llegar a donde la kitsune y el otro para que esta regresara al cuartel, allí Gardienne le explicó lo sucedido, al principio se mostró exasperada, en primera instancia por la desobediencia de sus subordinados y la chica, pero después se tranquilizo sabía que no era el momento para regaños.

—vamos a ir a buscarlos, traigan al familiar de Nevra.

Mi historia de Eldarya (en Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora