Episodio 12 :Leiftan

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Leiftan después de decirle esas palabras de apoyo a la chica se va a darles alcance al patriarca y a Gostien que ya se habían retirado, así al haberlo hecho les habla.

—discúlpenme caballeros pero tengo que apelar a su decisión—les dice de manera amable y educadamente.

Ellos, al escuchar esa voz hace que se giren a verlo.

—le escuchamos joven —le dice el patriarca.

—yo no puedo dejar ir sola a mi compañera, así que yo la ayudaré en su misión, es una dama y no se me hace correcto mandarla sin ayuda a una misión de esa envergadura— explica un poco serio el rubio a lo que los otros se miran entre sí y después de quedarse pensando un rato responden.

—creo que tiene razón, así que adelante —le dice amablemente Ethel.
Así el ojiverde hace una reverencia en agradecimiento y se va en dirección a la chica a la cual le informa de lo acordado con el patriarca y con Gostien y ella suspira aliviada.

—muchas gracias Leiftan yo no se que haría sin ti —le dice abrazándolo en un impulso, cosa que al chico sonroja levemente pero corresponde el abrazo ya que pocas oportunidades tenía de disfrutar de la cercanía de ella.

Poco después la faelinne se alista con solo una pequeña bolsa donde lleva lo necesario y después va a dar alcance a su caballeroso (y sabroso) compañero a la salida de la cueva.

—¿ahora que hacemos Leiftan?—pregunta la chica ya que por los nervios no sabía ni por donde empezar.

—correremos hacia el bosque para que así los minotauros salgan del pueblo y los demás puedan entrar a rescatar a Eweleïn y a los chicos—le explica con gentileza a la chica y al verla un poco inquieta trata de tranquilizarla —ya veras que todo saldrá bien—agrega el chico mostrándole una sonrisa cálida y alentadora a la ves que acaricia su melena y después avanzan sigilosamente rumbo al bosque, con solo ver esa expresión la chica se sentía segura y sin miedo alguno, lo que hizo que su olor a período no fuera tapado por su miedo e inmediatamente las bestias la percibieran a las afueras del pueblo. Así cuando ellos iban pasando por la entrada del lugar se encontrarán con una horda de estos Illuminatis.

—¡por todos los cristales! Gardienne ¡corre!— le dice el rubio para que ambos salgan corriendo.

Así con toda una manada de bestias detrás de ellos corren entre los árboles.

—¡dios mío! hasta donde he llegado por culpa de Andrés—comenta entre la carrera la joven a lo que el ojiverde suelta un risita.

Yendo ya muy lejos piensan que lograron perderlos y se detienen.

—¿crees... que se hallan... regresado al pueblo? —le pregunta jadeante la chica por la carrera.

—no lo creo... no tardarán en darnos alcance.... así que hay que buscar donde escondernos de ellos —le dice también cansado mirando para todas partes el ojiverde.

Así la toma de la mano para avanzar cuando de repente se oye un ruido como si el suelo crujiera, de repente ante sus ojos el suelo se estremece y se empieza a abrir, lo que hace que la chica caiga en una tipo grieta que se había abierto bajo sus pies llevándose consigo al chico ya que iban tomados de la mano.

—¡Gardienne! —es lo único que se alcanza a escuchar después de un silencio abrumador donde solo se escuchaban pequeñas rocas caer.

La faelinne empieza a toser por el polvo que se había levantado y abre los ojos para solo ver oscuridad.

—¡Nooooo! ¡me quede ciega! —exclama alarmada.

—Gardienne... 💧solo estamos a oscuras porque estamos abajo en una grieta, mira arriba y veras luz—le dice un poco desconcertado al escuchar aquel.... singular comentario.

Mi historia de Eldarya (en Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora