Episodio 13: Ezarel

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En aquel bosque se escuchaban las respiraciones agitadas tanto del líder de la absenta como el de la faelinne, ya que no podían dar descanso en su huida por tener a una manada de minotauros tras de ellos, el elfo a pesar del peligro que los asechaba iba cargado de vergüenza por su anterior comportamiento, no podía asimilar en su cabeza que se había comportado como todo un pervertido dejándose superar por sus instintos de apareamiento según el punto de vista de él. Por otro lado la faelinne iba completamente confundida por la actitud sorpresiva del duende, esta había sido la gota que derramó el vaso, este día no había sido Ezarel, parecía que estaba tratando con un completo desconocido, primero le escucha decir que era su chica, después se porta amable y le agradece el que ella se hubiera preocupado por él y por último trata de acosarla si de una forma se podría decir, nunca le había pasado por la cabeza que el elfo fuera capaz de ello, nada más no entraba en shock por la situación en la que estaban,  ya que  las bestias  los perseguían de muy cerca y a la mínima distracción podrían volver a ser capturados, sabía que tenían que seguir su camino y no tenía tiempo para detenerse a cuestionar a su compañero que estaba más perdido que ella en ese momento. Por fin más adelante en su andar logran perder por lo menos de vista a sus perseguidores, la chica recarga su frente en un árbol mientras respiraba con dificultad pero el elfo sin darle tiempo a descanso la toma de un hombro

—tenemos.... que hablar—le dice con la respiración agitada por la carrera, en su rostro se podía ver un poco de preocupación, no tenía la menor idea de que decirle a la faelinne, pero pensaba que si dejaba pasar más tiempo será más difícil hablar para él de lo que había sucedido, así que solo se deja en manos de la improvisación.

—ok... Hablemos entonces —le dice Gardienne seria todavía agitada y se cruza de brazos, realmente tenia mucha curiosidad por saber lo que le tenia que decir el elfo en explicación a su rara actitud, un simple juego o burla no podía ser, eso estaba claro y si lo era estaba dispuesta a golpearlo aunque este se indignara porque lo que hizo no era digno de ninguna broma.

—ok.... —le dice el elfo titubeando y su mente se queda en blanco, no sabia que decirle.

—¡anda! te escucho Ezarel, dime ¿por que hiciste eso allá? ¿porque te has estado comportando raro últimamente? ¿que te pasa? —le réplica seria la chica.

—¿porque dices que me he estado comportando raro?  solo fue lo de...

—no Ezarel, primero esta lo que dijiste cuando nos encontramos con los primeros dos minotauros, al principio creí que había oído mal pero estoy segura de lo que escuché—lo interrumpe la chica para cuestionarle aquellas palabras que él había enunciado en desesperación al haber sido atacados.

El elfo se queda con los ojos abiertos ya que se había olvidado de sus palabras.

—bien... eso.. —balbucea agachando la cabeza.

—y también esta en como me abrazaste y me agradeciste por haberme preocupado cuando estábamos en el albergue, también me di cuenta que Ewelein me miró mal a causa de que tu hablaste con ella—agrega la chica con los brazos cruzados.

El duende solo se queda pasmado, sentía que no tenía salida, sin darse cuenta se había comportado diferente a los ojos de la chica dejando en evidencia sus sentimientos, cosa que no tenía intención, realmente no tenía escapatoria, había sido muy obvio sin darse cuenta y no tenía otra excusa para encubrir lo enamorado que estaba de ella, sentía la mirada impaciente de su subordinada cuestionarle sin piedad.

—perdona mi comportamiento, no era mi intención en ningún momento incomodarte y claramente te debo una explicación, solo te pido un favor—responde con tranquilidad, ya sabia lo que tenía que hacer.

—¿cuál es ese favor?—Gardienne alza una ceja.

—que esta explicación que te debo la escuches cuando regresemos al cuartel después de esta misión, este no es el momento ni el lugar para decírtelo, a mi me gustaría que fuera en otro lugar más adecuado a ello—expresa con sinceridad en sus ojos a lo que la faelinne se asombra bajando sus brazos, en verdad era como si estuviera viendo una faceta totalmente distinta al estereotipo que se había formado del elfo.

—esta bien.... Esperare —le responde con neutralidad al chico a lo que este logra formar una sonrisa burlona en su rostro.

—solo que su no salimos vivos de esta misión te quedaras con la duda —agrega con burla a lo que la chica se acerca a él y lo señala con un dedo.

—pues aunque estemos en el otro mundo te voy a perseguir para que me lo digas—expresa con decisión la castaña ya que para una joven curiosa quedarse con la duda no era opción.

—¿enserió ni aunque me muera me vas a dejar en paz? —le dice con tono un poco afligido como si de verdad le molestase la presencia de la chica.

—puedo ser más pesada que eso además a-do-ro estar a tu lado —le guiña un ojo para molestarlo.

—eres un fastidio cuando quieres ¿sabias? —el duende cruza su brazos volteando a un lado.

—¡mira quien lo dice! ¡el encanto hecho elfo!—comenta con ironía la joven rodando los ojos situando sus manos en su cintura.

—eso ya lo sé, no necesitas decir lo obvio—expresa Ezarel alzando su mentón con orgullo.

-—¡oye! se supone que el ególatra es Nevra

—el vampiro es contagioso—sonríe ampliamente con su forma traviesa.

Ella no puede evitar reír levemente negando con la cabeza, ese duende no tenía remedio, a pesar de su comportamiento peculiar aún seguía siendo el mismo idiota, según ella, pero el verlo de esa forma le gustaba, ya que ya estaba acostumbrada a sus tonterías las cuales la mayor parte de las veces le lograban sacar sonrisas  y también corajes haciendo que se olvidara un poco de la realidad que estaba viviendo, lejos de su familia, de su mundo y en medio de una especie de guerra entre criaturas fantásticas, algo que cualquier persona normal se derrumbaría al vivir  esto, pero el humor de su jefe la hacía distraerse, así que le debía mucho a este peli azul haciendo que un sentimiento un poco familiar se apoderará de su pecho a lo que ella solo coloca una mano sobre este, ¿acaso las heridas de antaño habrían sido sanadas por travesuras y estúpidos comentarios? ¿Sería capaz de quebrantar su fuerza de voluntad? así en su confusión ríe al lado de su jefe cuando una gran explosión proveniente del pueblo de Balenvia logra captar la atención de la pareja.

Hola chicas aproveché un flash de inspiración, espero me halla quedado poro menos decente, ya saben comenten que les pareció y si no es mucho pedirles voten, besos.

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Mi historia de Eldarya (en Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora