CAPÍTULO XXIII

6.1K 291 89
                                    

MATTEO

No puedo concentrarme en nada, mi mente solo piensa en las dos competencias que tengo hoy, desde que Nico me envió el mensaje aceptando armar la crew lo único que hago es pensar en que pasos voy a hacer a la noche, no ensayamos, no hablamos de que hacer, solo me dijo que nos veríamos el viernes a la noche y no puedo lanzarme en ese desafío sin saber qué hacer, no es como cuando patino con Luna se que espera el jurado y que va a juzgar, acá no sé con qué mierda me voy a encontrar, sin contar que voy a estar agotado de ya haber participado a la tarde.

- Matteo ¿Estás preparado para hoy? – pregunta mi novia sacándome de mis pensamientos

- Sí, tranquila esta tarde es nuestra. – Le guiño un ojo y ella sonríe

- Tampoco hay que confiarse, hay muy buenos patinadores. Lo importante es hacerlo juntos

- Como siempre bonita. – digo y le planto un beso corto ya que nos interrumpe el timbre

- Te veo a la tarde, porque a la salida tengo que correr a la mansión. – Me explica y antes de irse al aula me da otro beso

La observo irse y mis ojos se pierden entre su cuerpo, el que solo hace dos días fue completamente mío, la pollera le queda más corta que de costumbre o ella comenzó a usarla más corta, no sé pero realmente no me molesta en lo más mínimo, me tiene encantado, se mueve diferente sus caderas están en un compas de movimiento y la recuerdo abajo mío mientras yo me muevo, y antes de que se unan más imágenes a mi mente, pestañeo para eliminarlas, no puedo pensar en eso o por lo menos no ahora, en la noche solo en mi cuarto es diferente. Sé que estoy sonriendo como un estúpido pero ese efecto genera en mí, me tiene enamorado hasta el cuello.

Entro al salón y mi cara cambia rotundamente cuando tengo que sentarme con Gastón como siempre, no nos hablamos desde el lunes, solo nos miramos y asentimos como saludo. Sabe que me molesta lo que hizo y hasta que no me pida perdón vamos a seguir así, y en los entrenamientos es lo mismo, viene a casa, entrena en silencio y luego se va, no puedo prohibirle que venga a las clases de Felipe teniendo en cuenta que él las está pagando tanto como yo.

- ¿Vas a seguir ignorándome? – Pregunta como si leyera mi mente

- No te ignoro. – respondo con los ojos en el pizarrón

- Si Matteo me estás ignorando desde el lunes ¿O crees que soy idiota? – Sus ojos están sobre mí y volteo despacio. – Perdón ¿Está bien? – Alzo una ceja sin responder. – Me comporte como un pendejo hice lo que Nina quería por miedo a que se enojara conmigo y la verdad es que no tenía que enojarse porque era una fiesta de amigos y tengo todo mi derecho de salir entre hombres.

- ¿Y...?

- Y no era una fiesta estúpida solo lo dije porque quería ir y me la perdí

- Te perdono. – respondo rodando los ojos con una sonrisa. – Y ni te cuento de todo lo que te perdiste

- ¿Muchas cosas? – pregunta apoyando todo el peso de su cabeza en su mano

- Desperté junto al inodoro de mi casa repleto de vomito ¿Eso te dice algo?

- ¿Qué? Mierda. – Se golpea la frente. – Y yo estaba en mi casa como un estúpido intentando encontrar algo en Netflix para no pensar en lo que me estaba perdiendo ¿Tan fuerte fue?

- No mezcles alcohol y marihuana porque al otro día lo vas a lamentar. – digo lo más bajo posible

- ¿Qué hiciste qué? – pregunta en un tono más alto del necesario

1. La legalidad de Matteo Balsano (#Lutteo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora