MATTEO
Despierto con la mente en todo lo que me pasó, anoche me costó demasiado dormir, le di vueltas al tema un millón de veces y cada cosa que pienso es catastrófica.Me pongo los pantalones del uniforme y camino en busca de mi camisa por toda la habitación, no sé donde está, Maguie siempre deja todo donde quiere y eso me pone de pésimo humor, agarro el saco, la corbata y la mochila y bajo sin remera las escaleras. – Maguie ¿Dónde está mi camisa del colegio? – pregunto y dejo el resto de mi ropa sobre la silla del comedor
- ¿No la dejé en tu cuarto? – pregunta y es cuando noto las grandes ojeras en su rostro, está más demacrada que de costumbre y su mirada es fría
- ¿Está todo bien? – pregunto y el aire de la casa es tenso
- Sí. Soy una distraída, la planche y la dejé en el lavadero ahora te la traigo, vos desayuna. – dice y desaparece de mi vista
Me siento frente al café y siento un escalofrío que me recorre la espina dorsal, la mañana está bastante fresca y yo sigo sin la camisa puesta, bebo la infusión para que mi cuerpo tome un poco de calor, envuelvo la taza con mis manos y me siento ido, no pienso en nada, porque mis propios pensamientos me dan miedo, pero sé que estoy con la vista perdida en la fugacidad del instante.
- Tomá hijo. – dice en un susurro y la deja sobre la mesa
No le respondo nada, en pleno silencio me la coloco, luego la corbata y por último el saco, cuando estoy listo como algo de todo lo que hay y desaparezco en busca de mi chofer.
Federico me espera con una leve melodía de jazz sonando y las ventanillas subidas, entro de apoco y me siento dejando la mochila en el suelo. – Buenos días. – digo y me devuelve el saludo.
Desde que mis padres lo contrataron hemos tenido conversaciones de no más de cinco minutos y sé muy bien que él sabe lo que está pasando pero tampoco es que pueda preguntárselo libremente porque en cuanto sospeche se lo dirá a mis padres y nada bueno puede salir de eso.
- De apoco el clima se vuelve otoñal. – digo porque no sé de qué hablar
- Si, se nota como refresca. - claramente lo de él no son las conversaciones. – Es un clima tan frío, solitario, oscuro. – deja su definición flotando en el aire
- A veces da miedo. – agrego para desviar la conversación, por el retrovisor alza una ceja. – me refiero que es oscuro, uno no puede ver con claridad lo que pasa a su alrededor con la neblina ¿No?
- ¿A qué se refiere? – pregunta y sé que ese camino no me estaba sirviendo. – Abróchese el cinturón. – dice tajante y antes de poder hacerle caso dobla a la izquierda, me golpeo un poco contra la puerta, nada grave
- ¿Qué pasa? – pregunto y observo para todos lados
En la calle solo veo gente paseando sus mascotas o niños que las madres los acompañan al colegio
- ¿Qué pasa? – pregunto nuevamente y no recibo respuesta
Sigue la ruta hacia el Blacke pero desde un camino totalmente diferente, sigo observando por las ventanillas pero nada me parece raro, no me respondió la pregunta y no abrió más la boca, subió el volumen de la música y siguió conduciendo como si nada hubiese pasado. Los nervios se me ponen de punta, no puedo tolerar esta situación un segundo más, estoy en peligro y nadie quiere decírmelo.
Cuando llegamos me bajo enojado, azoto la puerta del auto y no me interesa lo más mínimo lo que me diga, entro sin mirar a nadie y sin saludar. Mi día es una maldita mierda, acomodo mis cosas sobre el banco y uso el celular pero en busca de nada especial, recibo un mensaje de Luna preguntándome si llegué, no le respondo, no quiero hablarle. - ¿Y si tengo el celular intervenido? – me pregunto a mí mismo y sin pensarlo lo arrojo sobre la mesa. - ¡Mierda! – digo en un tono más alto.
ESTÁS LEYENDO
1. La legalidad de Matteo Balsano (#Lutteo)
FanficLuna y Matteo se reencuentran luego de estar todo el verano separados ¿Es posible estar juntos con todos los cambios que nuestro protagonista está por atravesar? Dieciocho años se cumplen para darle lugar a la famosa legalidad: Fiestas, alcoho...