CAPÍTULO XIII

4.7K 320 21
                                    

MATTEO


En el momento que bajo del vehículo me doy cuenta que ya está anocheciendo, el clima otoñal se nos viene encima, toco timbre y espero unos segundos. – Matteo. – Aparece Ramiro y le hago señas a mi chofer para que se vaya.

Entro y el panorama es diferente a la primera vez que vine, su casa está muy bien ambientada al igual que acomodada, el día de la fiesta no había ni la mitad de los muebles de ahora. – Vamos a mi cuarto. – dice y me indica las escaleras cuando comienza a caminar.

- ¿Trajiste los patines no? – pregunta

- Sí, están en mi mochila, los tuve que esconder porque mi madre cree que vine a estudiar. – explico y me siento en su cama

- Que rebelde. – se burla y revoleo los ojos. – Acomodate que hasta las diez no vamos a ningún lado

- ¿Entonces para que me pediste que venga a esta hora exactamente? – pregunto molesto

- Para saber si podes mantener tu palabra. – Lo observo sin comprender porque realmente me parece una estupidez

Hablamos de cosas banas por bastante tiempo y cenamos junto a su familia, es muy cálida y amorosa, me preguntaron de todo e intente responder lo más que pude, según su madre "amaba mi acento italiano" y quería que viniese más seguido porque Ramiro nunca lleva amigos a casa y pensándolo un poco debe ser verdad porque nunca lo veo con nadie, en el Roller está solo con las chicas y en colegio se nota que las conversaciones que tiene son solamente para pasar el rato.

- Vamos a subir a jugar videos juegos. – le avisa y me levanto para seguirlo. – Mañana nos vemos, buenas noches

- No se acuesten muy tarde. – nos piden y ambos volvemos a la habitación. No digo nada porque no sé a qué va todo esto

Cuando cruzamos la puerta comienza a guardar cosas desesperado en la mochila y me dedico a observarlo. - ¿Pensas quedarte ahí? ¡Dale! Agarra tus cosas. – dice y me tira la campera en la cara. – Estamos llegando tarde

- ¿A dónde? – pregunto frustrado por la vaga o más bien nula información que me da

- No puedo decirte, solo vení conmigo y no hagas un solo ruido o te juro que te golpeo. – Me amenaza y le hago caso simplemente porque no quiero que nos atrapen

Bajamos a hurtadillas y nos dirigimos a lo que al parecer es una cochera, enciende la luz y me quedo parado esperando algo. - ¿Te gustan las motos? – pregunta y me da un casco negro

- Nunca me subí a una. – confieso mientras me pongo mi campera de cuero

- Entonces preparate. – dice y corre una sabana dejando al descubierto una de motocross color blanca y verde. – Ayudame a llevarla hasta afuera, cuando salgo apaga todas las luces

- ¿Sabes manejar esto? – pregunto con plena desconfianza

- Sí, era de mi hermano. – suspende la frase. – El falleció compitiendo y mi padre me prohíbe usarla, pero como verás, ni mierda que le voy a hacer caso. – Revolea los ojos y la empuja hacia fuera. Apago las luces como me indicó

Lo sigo y me pongo el casco cuando él lo hace, se sube y me llama para que haga lo mismo, me acomodo agarrándome de las manijas. – Estoy dándote un voto de confianza enorme Balsano, no la cagues. – dice y baja la visera del casco, hago lo mismo y arranca. La fuerza del motor me deja pasmado, se nota que es una moto real de competición.

Emprendemos el viaje a una velocidad normal, no quiere hacer ruido para que nadie lo note y mejor por mí, no confío mucho en Ramiro manejando esto. La noche está bastante fresca y le agradezco por haberme indicado que traiga la campera, pero la verdad es que algo ocupa más espacio en mi mente. Luna, no quiero pensar en ella, necesito cortar el rollo porque voy a volver a sentirme molesto. - ¿A dónde vamos? – grito cuando tomamos una autopista pero no me responde.

1. La legalidad de Matteo Balsano (#Lutteo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora