CAPÍTULO V

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MATTEO

Abro el armario y no puedo creer que esté por ponerme el uniforme del Blacke South College devuelta, el verano se me pasó muy rápido aunque aun no estoy seguro de si quiero darle replay o si continuar con todo es lo mejor. La camisa me queda más ajustada pero no le presto mucha atención, no está dentro de mis planes comprar otra, es el último año, nunca más voy a necesitar usarla. Observo el reloj rápidamente y aun me quedan treinta minutos para desayunar y terminar de prepararme y por "prepararme" me refiero a lavarme los dientes, ir al baño y fin.

- ¡Buenos días! – Me saluda Maguie y le hago un gesto con la mano. – Vamos Matteo es el primer día. – Deja una taza de café y unas tostadas frente a mí

- El último primer día. – respondo despertándome poco a poco. – Se termina la condena. – Río amargamente y bebo café

- Hijo, no hables así, muchos chicos quisieran tener la misma suerte que vos de ir a un colegio de ese nivel. – Revoleo los ojos porque no quiero seguir hablando del tema y me sumerjo en mi mente.

Cuando estoy listo me voy en busca del chofer, me subo al auto y tecleo un mensaje rápido

Espero que ya estés despierta, nos vemos en el colegio chica delivery.

Lo envío y guardo el teléfono cuando Gastón se sube al auto. Tiene una cara de dormido que al parecer no se va con nada, contengo la risa y espero a que hable él, bosteza, lo observo, saca el celular, responde un mensaje, lo observo, alzo una ceja y me mira. - ¿Buenos días? – digo irónico

- Si, buen día. – responde luego de otro bostezo. – Estoy muerto amigo, no puedo más

- ¿De qué? Recién es el primer día y todavía no empezó. – digo sin entender

- Anoche me quedé leyendo el final de una saga y no dormí hasta que lo termine. – Lo mire fijamente en silencio. – No me mires así. – Alzo una ceja. – Ya sé que lo podría haber terminado en otro momento pero era muy bueno

- Sí, me imagino. – digo en forma de broma. – La próxima podrías leer y luego continuar en otro momento libre que no haga que te conviertas en un zombie

Reímos y comenzamos a hablar de otros temas, el camino al colegio era un poco largo lo cual lo volvía muy aburrido, hacía calor aún, marzo no desistía de enviarnos temperaturas mayores de treinta grados y creí que todo este uniforme me iba a terminar derritiendo.

- Llegamos. – dice Federico y estaciona en la puerta. – Lo vendré a buscar a la hora de la salida señor Balsano

- Pero puedo ir a la pista yo solo. – busco algo que me sirva en su respuesta

- Tengo órdenes estrictas de sus padres de llevarlo y traerlo donde sea. – Se forma un silencio incómodo de tres segundos. – Está bien. – No digo nada más porque es gastar saliva en algo que no va a cambiar.

La puerta del colegio se encuentra llena de alumnos charlando, todos se rehúsan a entrar hasta que sea necesario, en el momento que se cruce la puerta se terminan las gloriosas vacaciones. Saludo a Ámbar y las chicas, a pesar de haber terminado nuestra relación somos muy amigos y me sorprende mucho que no me dijera lo de Simón, teniendo en cuenta que últimamente me cuenta todo. – Ahí están. – dice Gastón y no necesito ni preguntar porque ya se a que se refiere.

Luna está parada junto a Nina están hablando de algo y ambas se ríen. Su sonrisa es amplia como las que solía tener antes, el uniforme le queda diferente y eso me llama la atención, la miro varias veces de arriba abajo y no la recordaba tan así o antes no me fijaba de esta manera en ella. Sonrío cuando me observa con todo el pelo en la cara, quiero reír de alegría por tanto que la extrañe, me hace gestos para que me acerque y ya siento que todo comienza a estar mejor.

1. La legalidad de Matteo Balsano (#Lutteo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora