¡Querido diario!
Como don Sebastián no escucha bien, le tenia todo el volumen a su teléfono y sin darse cuenta el nosotras escuchábamos toda la conversación, mi abuela se levanto para ir a la cocina y lavar los vasos y platos que ensuciamos, mientras tanto mi corazón latía a mil por hora al escuchar la voz de James aunque solo fuera por teléfono.
En realidad yo esperaba que en cualquier momento le preguntará por mi y me lo pasara, yo estaba dispuesta a hablar con el y pedirle una disculpa por portarme como una tonta, deseaba decirle que estaba embarazada y lo necesitaba conmigo.
—Y así que entraste a la Universidad muchacho, que bien, espero ya dejes de darle dolores de cabeza a tu madre y hagas algo productivo con tu vida, salúdamela hijo y no te olvides de mi, háblame de vez en cuando, me dejaste acostumbrado a tu compañía cuando te fuiste.—
Ellos siguieron hablando por un buen rato, pero el nunca pregunto por mi, ni siquiera me menciono en su platica, mi felicidad se esfumó y una gran decepción se dibujo en mi rostro cuando don Sebastián termino la llamada, mi nana regreso a la sala y yo solo quería irme a casa lo antes posible.
¿Tan pronto el se olvido de mi? ¿O tal vez nunca signifique nada en su vida? Miles de ideas terroríficas me asaltaban, de un momento a otro perdí por completo la esperanza de volverlo a ver.
Ya en casa, mi nana no encontraba ninguna palabra para reanimarme, me contaba historias de parejas que habían superado muchos obstáculos para estar juntos y me aseguraba que si mi destino era estar con James, ese día llegaría.
—¿Como se conocieron mis padres nana?—
—Huyyyy hija, tu madre tenia 17 años cuando se enamoró perdidamente de Alberto, el tenia 19 años y vivía en el siguiente pueblo, se conocieron en la fiesta del patrono del pueblo y quedaron flechados, mi hija Rosa ya no tubo ojos para ningún otro muchacho y mira que había varios pretendientes tras de ella, pero Alberto no dejo pasar la oportunidad y se hicieron novios.
A los pocos meses se casaron y todas las tardes se iban al río a perderse en unas grutas que descubrieron, se perdían varias horas allá y Alberto le llamaba: "El manantial del amor"—
—¡No puede ser! Cuando estuve con James en la gruta la primera vez, el me dijo que ese lugar le traía muchos recuerdos, que el lo llamaba "El manantial del amor", que extraño, es una gran coincidencia.—
—Nada es coincidencia en esta vida hija mía, si lo conociste fue por algo, todas las personas que te rodean tienen algo que aportar a tu vida, para bien como para mal, pero no los maldigas, nadie es tu amigo ni tu enemigo, todos son tus maestros porque vienen a aportar alguna enseñanza a tu vida, si están a tu alrededor es por algo, solo aprende de todos ellos y también de tus errores.—
—¿Y que paso después?—
—Pasaron algunos meses y tu madre quedo embarazada de ti, apuesto que fue en las grutas, ella me decía que ahí se conocían mas a fondo, y me imagino que si, ellos regresaban felices al anochecer, cuando se enteraron de que esperaban un hijo, se volvieron locos de dicha, Alberto la cuidaba en exageración, mi hija Rosa siempre le decía que ella no quería verlo morir jamás, que ella le pedía a Dios morir primero, sabia que no lo soportaría, lo amó hasta el ultimo aliento de su vida.
A ella le faltaban algunas semanas para dar a luz cuando Alberto murió al caer del caballo, don Zacarías fue el primero en encontrarlo, el cuenta que cuando lo hizo tu padre todavía estaba con vida, pero debido a las lesiones en la cabeza el murió minutos después, hasta ahí llegaron otros vecinos y cuando lo trajeron aquí... el ya había muerto.— Mi nana se entristecía cuando le preguntaba por ellos, así que le cambie el tema:
ESTÁS LEYENDO
LA PROMESA
SpiritualEsta historia, relata un amor que quedo inconcluso y negándose a morir busca realizarse nuevamente en este mundo terrenal. Gracias a una adolecente que descubre el diario de su madre y se obsesiona con la vida de ella, al grado de que hace sus propi...