Después de la muerte de mi abuela estuvimos más unidos con mi familia, tratábamos de compartir al máximo cualquier tiempo libre, yo empecé a estudiar administración de empresas en la universidad y mi hermano Ikal consiguió un empleo de medio tiempo en un acuario cercano.
Mis padres trabajaban juntos aunque en diferentes actividades, mientras los meses transcurrían yo continuaba en constante comunicación con mi novio Rafael, pasaron las vacaciones de verano y ya no regrese al pueblo, de entre todos mis amigos tenia uno muy leal a mi, su nombre era Anthony, él me acompañaba en mis momentos difíciles y yo correspondía plenamente a su amistad.
El Otoño llego con su brisa fresca y los remolinos de hojas secas se apreciaban por los parques arbolados, caminábamos por el jardín con mamá disfrutando una taza de café caliente, cuando los fuertes gritos de mi papá nos interrumpieron, por la impresión ella soltó su bebida y corrió hacia la casa para ver que sucedía, yo corrí tras de ella y vi a mi padre con el teléfono en la mano.
Por su rostro sabia que no era nada bueno, colgó el teléfono y mamá lo abrazo en silencio, mi padre volvió a tomar el teléfono y le llamó a su madre, mi abuela María, entonces le dio la noticia que yo presentía... Don Sebastián había muerto.
Para mi papá fue difícil asimilarlo, pues él no conoció otra figura paterna que no fuera "El Viejo Sebas" como él lo llamaba de cariño, esta vez solo compraron tres boletos de avión, para mis padres y mi abuela, por vez primera mi hermano y yo nos quedamos solos en casa por algunos días, el motivo de quedarnos fue porque teníamos exámenes muy importantes y no podíamos perder las clases.
Todos los días estábamos llamando para el pueblo, Rafael mi novio, me mantenía informada de todo lo que estaba sucediendo, en el velorio y la sepultura de Don Sebastián, también me dijo que mi padre por más que se quería hacer el fuerte no lo lograba, me contó que abrazado del ataúd le lloraba cual niño a su padre muerto, que ni la presencia de su madre lo podía consolar del dolor por el que estaba atravesando.
Creo que fue mejor que no fuera yo, no soportaría ver sufrir a mi padre de esa forma, Ellos permanecieron una semana allá, esta vez el testamento estaba a favor de mi padre, don Sebastián lo nombro heredero universal de sus bienes, se dice que cuando don Sebastián era joven, tuvo un romance con una chica y ella quedo embarazada, pero sus padres no permitieron la relación y se la llevaron a ella lejos.
Lo único que él supo, fue que fue un niño y los padres de ella lo dieron en adopción, él paso su vida buscando un rastro tanto de su amada novia, como de su hijo, pero murió sin conseguir saberlo, seis meses después de que mi abuela Julia partiera.
Mis padres y mi abuela regresaron a casa, otra vez había rostros con expresión triste, mamá hacia hasta lo imposible por hacer sonreír a papá, poco a poco la serenidad fue regresando a casa, pasó Navidad con su nostalgia por nuestros seres queridos ausentes, pero la únion y fuerza familiar se sobreponían a cualquier cosa y el año nuevo prometía ser mejor que el que terminaba.
No les podría describir ni con miles de palabras la hermosa relación de mis padres, pareciera que su alma se fundió en una sola sin darse ellos cuenta, destilaban amor y buenas obras a lo largo de su existencia, esa fue la razón principal que me llevo a escribir esta historia, basada en el diario de mi madre.
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Debo admitir que mi vida no ah sido fácil, conforme pasaron los años, las decisiones tomadas me llevaron a sufrir por las severas consecuencias de estas, mi abuela María me decía que todos los errores los pagamos, ya sea con tiempo, dinero o con la salud, tanto física como psicológica, en eso coincidían con mi abuela Julia también.
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LA PROMESA
SpiritualEsta historia, relata un amor que quedo inconcluso y negándose a morir busca realizarse nuevamente en este mundo terrenal. Gracias a una adolecente que descubre el diario de su madre y se obsesiona con la vida de ella, al grado de que hace sus propi...