Rafael junior entro y se sentó en el comedor como si nada, mi abuela le sirvió un gran plato de comida y todavía le preparo una jarra de agua de guayaba, el devoró la comida en un Santi amen y yo lo veía asombrada.
—¡Wow! Si que eres de buen apetito eh, creí que seguirías con mi plato después de terminar el tuyo, eso me hizo comer mas aprisa.— Le dije exclamando al tiempo que mi abuela le servía un dulce de leche como postre.
—Eso no es nada, nana Julia cocina delicioso, pero ya mi mamá me había dado de almorzar, este plato solo fue algo extra.— Mi abuela sonrió y me comento que Rafael desde que era niño la visitaba y la acompañaba a comer, también le ayudaba con las flores cuando había que hacer las ventas con los distribuidores, ese comentario me inspiró mas confianza en el chico sexi.
El insistía en salir conmigo pero mi abuela no se lo permitió, después del almuerzo lo despidió y a rastras nuevamente lo acompañó hasta la puerta de la salida.
Después de ayudarle a mi abuela a recoger la cocina, salí al portal y con mi grabadora en mano empecé una conversación sobre lo que estaba descubriendo en el pueblo, hablaba y grababa cada detalle desde que me baje del autobús, me senté en una silla mecedora y deje que los tiernos rayos mañaneros acariciaran mi rostro, todo era tan diferente a la ciudad donde estoy acostumbrada a vivir.
La mayoría de las casas aquí están construidas de adobe, son como ladrillos enormes pero sin cocinar, los techos son de un tipo de lámina como cartón y otras casas lo tienen de lámina, no hay casa que no tengan hermosas plantas floridas y también gallinas, perros y gatos deambulando por los patios.
Fui a caminar otra vez al sembrado de gladiolas, quería imaginarme a mamá corriendo para ganarle la carrera a mi papá, todo lo que ella escribió en su diario quería yo imaginarlo, de pronto recordé el lugar secreto, ese estanque de agua en las cuevas y quise ir a buscar el lugar, ¿Pero? ¿Cómo encontrarlo si no conocía el pueblo? Entonces se me ocurrió una idea.
Me regrese inmediatamente a la casa para avisarle a mi abuela que saldría.
—¡Abuelaaaaa! ¿Dónde estas?— Grite fuerte al entrar a casa, ella salió tan rápido como pudo de su habitación.
—¡¿Te sucede algo mi niña?!— Exclamó asustada.
—No, siento haberte asustado, solo que voy a salir a caminar para conocer el pueblo y vine a avisarle.—
—Esta bien, ahora me cambio de ropa y te acompañó.— Rayos (pensé yo) ahora como le digo que quiero ir sola.
—¡Eh, no te molestes abuela! Solo caminare un rato y tomaré fotos, también grabare y... como es algo personal, me va a dar pena estar hablando como loca en la grabadora de mano, ¿Me entiendes?— Ella movió la cabeza en un gesto de (Si, yo entiendo, no estoy tonta), creo que esta viejita es mas lista de lo que yo pensé.
—Tu ganas Yaretzí, solo no te alejes de la calle principal y te recomiendo visitar la plaza, la iglesia y pues no hay mucho que ver, pero para ti me imagino que todo es interesante, anda ve y cuídate, ¿Cuanto te tardas?— Vi el reloj y eran las 10am, para las cuatro de la tarde que era la reunión tenia buen tiempo.
—No se abuela, voy a ir a curiosear y si me aburro regreso rápido, si no, pues para la hora de la comida estaré aquí.— Como que no le pareció muy bien que me fuera a tardar tanto pero no me dijo nada, subí a mi habitación y en mi mochila metí la cámara fotográfica, la grabadora y un traje de baño que había llevado por si acaso lo necesitaba, puse también una pequeña toalla enrollada y me despedí de ella.
Al salir tome una foto del hermoso jardín a la entrada de la casa, también otra foto del portal y ya afuera una mas de toda la casa, mi abuela me vio desde el ventanal de la sala y sonrió, yo le avente un beso con mi mano y me marché.
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LA PROMESA
SpiritualEsta historia, relata un amor que quedo inconcluso y negándose a morir busca realizarse nuevamente en este mundo terrenal. Gracias a una adolecente que descubre el diario de su madre y se obsesiona con la vida de ella, al grado de que hace sus propi...