(Yaretzí) Al día siguiente me levante mas temprano de lo normal para ir a mis clases, este será mi último año estudiando en esa escuela y el próximo empezare la Universidad, mamá vino a saludarme y me dijo que me amaba desde antes de conocerme, que fui su mas grande bendición en tiempos de crisis y yo solamente me despedí y le di un beso, le dije que todo estaba bien, que visitaría el pueblo y no la decepcionaría mas con mi actitud desafiante.
Todo cambio a mi alrededor porque yo había cambiado mi actitud, el viaje me tenia muy emocionada y casi vivía en la Luna, termine mi día y al regresar a casa elegí cuatro cambios de ropa para llevar, todos que le combinarán a mis tenis para estar cómoda en mi estancia con mi bisabuela Julia.
Esa tarde me fui a jugar básquetbol con mi hermano Ikal, el estaba preocupado por mi viaje y se quería ofrecer a acompañarme, pero yo de ninguna forma lo permitiría así que le di varios pretextos y termine convenciéndolo de cumplir mi penitencia yo sola.
El ha acompañado en varias ocasiones a mamá, así que el pueblo es de su agrado y el adora a la nana, habla seguido con ella, creo que solo yo soy la anormal de la familia, bueno también mi papá lo llama pueblo de locos.
Los días se fuero volando y cuando menos lo espere, estaba tan nerviosa despidiéndome de mi familia en el aeropuerto de Los Ángeles California, era mi primera vez viajando sola y a un lugar desconocido, mi mamá se veía triste, mi hermano preocupado y mi papá feliz por haber logrado nuestro cometido, todos me abrazaron y me pidieron mil veces tener mucho cuidado, mamá me dio un celular que tenia cobertura internacional y le tendría que llamar tan pronto llegara al pueblo, sin contar que llevaba dos maletas súper grandes y una de mano que era mía, ahí llevaba mi equipo de grabación y mis artículos personales.
Abordé el avión y pasaron algunas horas antes de llegar al aeropuerto de México y de ahí transbordar para otro estado, llegue allá y tome un autobús que tardaría tres horas mas para llevarme hasta el pueblo donde nació mi madre, ya que este se encuentra internado en un lugar cerca de la selva.
Al fin el autobús entro al pueblo y la gente empezó a bajar unas cuadras antes de llegar a la central de autobuses, yo veía todo a través de la ventanilla y me parecía un sueño estar en ese lugar, así que pedí la parada y el chofer muy amable me ayudo a bajar mis maletas, (Ese fue el problema, olvide que traía carga pesada), ignore cuantas cuadras faltaban para llegar y yo por ir conociendo el lugar olvide que mi abuela estaría esperándome con un taxi para llevarme a su casa.
Me di cuenta que solo la calle principal estaba pavimentada, las otras que la cruzaban eran empedradas y otras definitivamente solo de terracería, avanzaba lentamente arrastrando las dos grandes maletas que mi madre mando para el orfanato y cargaba en mi hombro la mochila con mis pertenencias.
El pueblo no era grande como yo lo imaginaba, me detuve en una esquina y pude ver que había pocas casas al final de la calle, todo el lugar totalmente diferente a lo que me imaginaba, estaba entretenida observando cuando sonó mi celular, y si... era mi mamá.
—Hello.— Conteste mi celular, a sabiendas que era ella.
—¿Dónde estas Izel? El autobús llego a la terminal y tu no bajaste, ¿Qué paso?—
—¡Ay mamita!, es que me equivoque porque unas personas se bajaron y yo creí que ya había llegado, pero no te preocupes ya estoy caminando y pronto llegare a la terminal.— Le conteste amable y tranquila, porque ya la conozco como se altera.
—Tu abuela se preocupó al ver que no llegaste, deja y le marco para avisarle, sigue caminando en calle recta y no des vuelta en ningún lado, tu abuela te estará esperando, ¿Ok?, y camina por la banqueta.—
ESTÁS LEYENDO
LA PROMESA
SpiritualEsta historia, relata un amor que quedo inconcluso y negándose a morir busca realizarse nuevamente en este mundo terrenal. Gracias a una adolecente que descubre el diario de su madre y se obsesiona con la vida de ella, al grado de que hace sus propi...