Capitulo 13 ¿Embarazada yo?

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(Yaretzi) ¡Wow! mamá tenia relaciones sexuales con mi papá aún cuando era novia de Rafael, ¡No lo puedo creer!, quisiera devorar este diario no aguanto la curiosidad, le voy a dar una llamadita a mamá para que no se preocupe y decirle que ya me siento mejor.

Ya han pasado dos horas y quiero seguir leyendo ojala le avance mucho porque no podre estarme haciendo la enferma otro dia mas.

¡Querido diario!

Después de recobrar el conocimiento, Rafael convenció a mi nana para que me llevara con el doctor, pero solo fuimos el y yo, no pude convencerlo de lo contrario por mas que le decía que ya me sentía bien, me ayudo a subir a su camioneta y me llevo a la clínica  del pueblo.

Me tomaron la presión, revisaron mi garganta, me hicieron exámenes de orina y sangre, aparte de un sin fin de preguntas, Rafael estubo conmigo y me abrazaba a cada rato, besaba mi frente y me decía que me quería sana, que teníamos toda una vida por delante.

El no quiso que nos fuéramos y decidió que esperáramos los resultados de mis análisis, después de algunas dos horas el doctor nos llamo, ya adentro del consultorio:

—Bien muchachos, no hay nada de que preocuparse, tu Izel estas perfectamente de salud.— Nos dijo el doctor, yo lo conocía muy bien porque varias veces pasaba al orfanato a revisar a los niños cuando se enfermaban, como es un pueblo pequeño casi todos nos conocemos muy bien.

—¿Entonces porque se desmayo?, ella estaba muy pálida doctor, yo creo que eso no es normal.— Le contesto Rafael, exigiéndole una respuesta.

—Es completamente normal... en una mujer embarazada, felicidades muchachos próximamente se çonvertiran en padres.— Yo me quede estupefacta, no sabia que decir...

—¡¿Esta usted seguro doctor, no confundió los estudios!?— Rafael casí le grito al doctor, su rostro incrédulo no aceptaba esa realidad.

—No, son los resultados de Izel, yo mismo lo corrobore con los análisis de orina y sangre, ¿Tienen algún problema?— Dijo el doctor Robles muy seguro de si mismo y con un gesto natural.

—No doctor, todo esta bien, ¿ya nos podemos marchar?— Le dije yo, ya no soportaba mas estar ahí, tras pagar la cuenta salimos y Rafael sin decir palabra se subió a la camioneta, sin esperar a que yo cerrará la puerta por completo arrancó y los escasos minutos hasta llegar a mi casa se volvieron eternos.

Cuando paro frente a mi casa, yo baje apresurada tratando de escapar de sus preguntas, pero tras cruzar el jardín pude escuchar su voz gritar mi nombre, yo seguía caminando  cuando me alcanzo y sujetándome bruscamente del brazo me empezó a insultar:

—¡¿Hasta cuando pensabas decírmelo eh?!, ya me imagino como te habrás burlado de mi, mientras yo trabajando como burro para darte lo mejor, eres una puta barata y falsa, no se como no me di cuenta antes.

Yo trataba de soltarme porque el estaba fuera de si, jamás lo había visto actuar de esa forma, su rostro transformado por la rabia, me miraba fijamente como traspasándome con su mirada, me soltó y yo trastabille y tropecé con los escalones del portal, vi que el saco un estuche y adentro estaba un anillo muy brillante.

—¿Ves esto? Era la maldita sorpresa que te tenia, quería hacerte mi esposa y presumirte por todo el pueblo para toda la vida, ¿Pero... para que? Si tu ya te revolcabas como puerca, con no se quien o cuantos.— El me mostraba el anillo restregándolo en mi cara, no paraba de insultarme con cuantas malas palabras se le venían a la mente.

—"¡Pudrete y muerete Izel!" Maldita la hora en que me fije en ti y no en Rosalía, todavía yo de estúpido arriesgue mi vida por ti, estas cicatrices que llevo me recordarán siempre tu traición, te odio.— Y diciendo esto me abofeteo haciéndome caer otra vez pues ya me había levantado.

LA PROMESADonde viven las historias. Descúbrelo ahora