Capítulo 23 "La despedida"

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La predicción de la adivina me asusto un poco, Rafael al ver mi rostro de "¿What?" decidió que era tiempo de salir de ahí.

—Muchas gracias señora, pero la idea de venir a la feria es para divertirnos, no para regresar traumados a nuestras casas, debería de considerar esa idea antes de decir locuras.— Y como era ya costumbre, Rafael me tomo mi mano y tras decirle eso a la vieja adivina, salimos a toda prisa.

—¿Tu crees que sea cierta la predicción?— Le pregunte a Rafael un poco alterada.

—¡Vamos Yaretzí! No le harás caso a esa tontería ¿O si?, ella es una gitana, los gitanos tienen fama de estafadores y mentirosos, sigamos disfrutando el paseo y piensa que... sí te llegaras a casar y encontrar el verdadero amor, yo soy materia dispuesta, puedes amarme y hacerme tuyo jajajajajaja  desde ahora mismo.—

—¡Oh! Que malo eres.— Y le di un empujón que perdió el equilibrio por la sorpresa y casi cayo al piso, cuando se recupero intento hacer lo mismo conmigo, pero yo corrí mas rápido y me le perdí de vista.

 Fueron varios minutos y empecé a buscarlo entre la multitud, seguí tomando fotos en lo que lo encontraba, también compre varios recuerditos para llevarle a mi familia pues pronto terminarían mis vacaciones, al no encontrarlo, decidí entrar a la casa del terror, para aprovechar hasta el último minuto en la feria.

Compre el boleto y entre junto con un grupo de personas, adentro estaba totalmente obscuro, había diferentes pasillos, parecía un laberinto, figuras escalofriantes estaban dibujadas en la pared, se distinguían gracias a la tenue luz de una que otra candileja.

Poco a poco nos fuimos separando, un pasillo conducía a otro y algunos estaba bloqueados obligándome a regresar, de pronto vi a un monstruo cruzar corriendo por otro pasillo, quise regresar y al dar la vuelta una araña gigante colgando del techo chocó con mi cara, ¡Ayyyyyy! Se me escapó un grito escalofriante, manotee loca y desesperada, corrí por instinto y al dar la vuelta la luz se apagó por completo.

A tientas sobre la pared rocosa, camine lento para no caer, de pronto choque con un cuerpo y a ciegas pregunte si me indicaba la salida por favor, en ese momento se encendieron las luces y frente a mi estaba  la cara del hombre lobo, ¡Ayyyyy! Otro desgarrador grito escapó de mi garganta y presa de pánico intente liberarme de la bestia, este me abrazo sosteniendo mis manos en mi espaldas y yo seguí gritando despavorida.

De pronto me suelta y se quita la mascara, "Era Rafael" yo no sabia si llorar, alegrarme o matarlo.

—¡Eres un desgraciado, estúpido, maldito! Casi me matas del susto.— Lo golpe con mi puño cerrado en el pecho y sus brazos, yo estaba furiosa, y el estaba muriendo pero de la risa.

—Quieta fierecilla jajajajaja, fue sin querer que me cobre el aventón que me diste jajajajaja.— El sostuvo mis manos para evitar que lo siguiera golpeando, mis lagrimas escaparon rodando por mis mejillas, me sentía frustrada.

—¡Eres un animal vengativo!— Le dije sollozando, y entonces la luz se hizo aún mas tenue, el me abrazo fuerte y yo le correspondí, temblaba toda, fue cuando levanté mi rostro  y mi boca encontró los labios de Rafael, fue un pequeño pero magnético roce, escasos tres segundos, no tuve fuerzas para separarme, solo cerré mis ojos y entreabrí mis labios, deseaba con toda mi alma besarlo.

Ambos nos dejamos llevar por el momento, nuestro cuerpos fundidos en un apretado abrazo, el beso fue subiendo de intensidad, al principio fue algo tierno y suave, después se transformó en una necesidad imperante, nuestros labios se estrujaban y nos queríamos comer vivos, el beso se prolongó no se cuanto tiempo, con los ojos cerrados me olvide de todo.

Al abrirlos fue porque un monstruo nos toco los hombros y no dijo:

—Disculpen la interrupción, si quieren seguirse escondiendo para besarse, salgan y paguen otro boleto porque ya se les acabo el tiempo y el próximo grupo esta listo para entrar.

LA PROMESADonde viven las historias. Descúbrelo ahora