¡No puede ser!, ¿Cómo se le ocurre a mi abuela venir precisamente ahora? ¿Qué no se iba a dormir?
Rafael volteo a verme y sin pensarlo dos veces se tiro rapidísimo al piso y se deslizó bajo la cama, en ese justo momento mi abuela abrió la puerta, sin esperar que le contestará que podía entrar lo hizo.
—Que bien que todavía estas despierta mi niña, quiero cruzar algunas palabras contigo.— Yo estaba muy nerviosa pensando que si descubría a Rafael lo mataría, así que trate de ser breve.
—¡Ummm, haaaaa!, que sueño abuelita, ¿Lo podemos dejar para mañana? Me siento muy cansada.— Le dije con un bostezo y estirándome, fingí un sueño terrible.
—No te quitare mucho tiempo mi niña.— Me dijo y se sentó en mi cama. —Sucede que quiero lo mejor para ti, no me gustaría que te pasara un accidente, a ustedes los jóvenes todo se les hace fácil y sencillo, disfruta tu estancia aquí con tranquilidad, yo creo que... Rafael no es buena compañía y me preocupa eso.— Por un momento olvide que el estaba bajo la cama y le pregunte:
—¿Y porque no es buena compañía ese muchacho? A mi me parece respetuoso.—
—"Porque el esta acostumbrado a tratar con chicas de pueblo y tu eres diferente hija".—
—Y eso de ser diferente... ¿Es bueno o malo?— Me confundí y al igual que mi padre, mi español no es el mejor que digamos, algunas veces no entiendo bien.
—Mira mi niña, Rafael es un pica Flor, tiene una novia aquí, otra mas allá y lo peor de todo es que las ilusiona a todas, el esta muy insistente contigo y no me gustaría que te enamores de el.— No pude evitar sentir desilusión, este chico sexi me movía el tapete como dice un dicho de mi mamita.
—No te preocupes abuela, recuerda que soy del Este de Los Ángeles y la vida allá es diferente, nosotros no nos enamoramos, solo jugamos con el amor, las historias de este pueblo nada que ver conmigo, así que pierde cuidado.— Ella no muy convencida no le quedo mas remedio que marcharse al verme bostezando por quinta vez.
—Buenas noches mi niña, que descanses.— Y después de recordarle que no quería llamadas a horas de la madrugada, se fue mas tranquila.
Me cercioré que se fuera y sin hacer ruido le puse seguro a la puerta, fue entonces que Rafael salió de debajo de la cama con la crema de masaje en la mano, no pude evitar cierto malestar al recordar las palabras de mi abuela.
—¿Que sucede Yaretzí? ¿Por qué tan seria?, vamos, recuéstate y te doy el masaje, susto que nos dio la nana, ¿Verdad?— Yo cruzada de brazos moví la cabeza en forma negativa, me sentía... molesta, pero no sabia porque.
—Es mejor que te marches, no quiero tener problemas con ella si se entera que estas aquí, mucho menos con mis padres si les llegara a contar.— Exprese de mala gana moviendo mis brazos.
—Vamos preciosa, ¿No te habrás creído el cuento de las novias? Que las ilusionó y no se que mas dijo, eso es mentira.—
—Pues... yo no se, tal vez y me compares creyendo que soy igual que ellas.— El tono despectivo me traicionó y también lo molesto a el.
—¡Mira quien habla! La chica Angelina que no se enamora, solo juega con el amor, ¿Te sientes superior a cualquier jovencita de aquí verdad?, eres muy hermosa, es cierto, pero la belleza radica en los ojos y el corazón de quien la observa, no tanto en quien la posee.—
—Sí me quieres hacer sentir mal pierdes tu tiempo, ahora vete que no tienes nada que hacer aquí.— El bajo su cabeza y murmurando algo que no entendí qué, se salió por la ventana y yo la cerré con fuerza en cuanto salió.
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LA PROMESA
EspiritualEsta historia, relata un amor que quedo inconcluso y negándose a morir busca realizarse nuevamente en este mundo terrenal. Gracias a una adolecente que descubre el diario de su madre y se obsesiona con la vida de ella, al grado de que hace sus propi...